Encierro frustrado en el Consejo Superior de Deportes
Con el deporte escolar como protagonista, se frustr¨® ayer, en el Consejo Superior de Deportes, un encierro que intentaron llevar a cabo varios miembros de la comisi¨®n del deporte escolar de la liga de asociaciones deportivas juven¨ªles, como muestra de disconformidad hacia lo que el Consejo hace o, mejor dicho, no hace, con respecto a dicho deporte escolar. Los empleados del Consejo impidieron que se llevara a cabo el encierro.Despu¨¦s de la clara discriminaci¨®n que durante cuarenta a?os sufri¨® el deporte escolar, ¨¦ste qued¨® en manos de nadie en los ¨²ltimos tiempos, y se podr¨ªa decir aquello de que ha sido peor el remedio que la enfermedad. Por un lado, hay un sector de j¨®venes que quieren sacar adelante un deporte escolar para todos, y que son los que intentaron ayer por la ma?ana, a las doce y cuarto aproximadamente, encerrarse en las instalaciones del CSD, con el fin de que todo el mundo se enterase y tomase conciencia del problema. Por otro, la Administraci¨®n y las circunstancias. con sus vetos y censuras, parecen dispuestos a que los escolares acaben por anorar a la Secci¨®n Femenina y la Organizaci¨®n Juvenil Espa?ola, porque, al menos, en aquellos tiempos jugaban.
Ana Puyal. de la Liga Deportiva Juvenil (LDJ). manifest¨® a EL PA?S que ya est¨¢n aburridos de lu char y no ve¨ªan otra soluci¨®n que la de encerrarse como medida de fuerza y con una leve esperanza de conseguir algo, porque eran conscientes de que, en realidad, el deporte escolar no existe en estos momentos en Espa?a. Seg¨²n ella, porque no les permiten acabar con la diferenciaci¨®n que los colegios privados y estatales han sufrido, en detrimento siempre de los ¨²ltimos.
Por otra parte, EL PA?S se puso en contacto con Coro Dom¨ªnguez, internacional de baloncesto hasta el 1974, y que desde hace siete a?os entrena en el colegio de la Asunci¨®n, de Alcobendas, y, por tanto, es conocedora del tema, e insiste en que ?ser¨ªa preferible volver a lo de antes, porque, aunque hab¨ªa defectos de forma y no era lo ideal, al menos las ni?as jugaban todos los s¨¢bados y ten¨ªan una competici¨®n que se disputaba regularmente. A las ni?as lo que les importa es jugar, y no entienden de colores ni de problemas pol¨ªticos. Ahora cada d¨ªa te preguntan con incertidumbre si van a tener partido el s¨¢bado, porque, sin querer, instintivamente, sufren la inseguridad e informalidad de lo que en estos momentos ocurre?.
No hay m¨¢s remedio que hablar claro y decir que en los ¨²ltimos anos, por unos o por otros -l¨¦ase por la izquierda, que quiere cambiar lo anterior, o por la derecha, que no est¨¢ dispuesta a ceder, aunque ya ha sido disuelta a nivel de deporte escolar-, la ?casa? del deporte escolar est¨¢ sin barrer. Parece excesivo e injusto que desde la infancia empiecen los ni?os a sufrir los descalabros pol¨ªticos, que, en este caso, se resumen en un t¨®pico: no hay deporte escolar.Y en esto est¨¢n de acuerdo, como se ve, los de un lado y los de otro.
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