Sevilla-Este, un proyecto de ciudad para 120.000 habitantes
En su ¨²ltima reuni¨®n de 1979, la Comisi¨®n Permanente del Ayuntamiento de Sevilla acord¨® denegar la concesi¨®n de licencias para construir 1.640 viviendas en el Pol¨ªgono Aeropuerto, tambi¨¦n conocido como Sevilla-Este. El suceso no pasar¨ªa de la categor¨ªa de an¨¦cdota si no estuviese en juego el presente y el futuro de un ambicioso proyecto capaz de albergar a 120.000 ciudadanos al este de Sevilla. Para unos, se trata de la principal operaci¨®n especulativa iniciada en muchos a?os en esta tierra; para otros, una actuaci¨®n mod¨¦lica y ejemplar. La pol¨¦mica podr¨ªa desembocar en los pr¨®ximos d¨ªas en un acuerdo o una ruptura total entre los protagonistas: Ayuntamiento y juntas promotoras.
El proyecto contempla la construcci¨®n de 30.436 viviendas en la parte oriental de la ciudad, entre los l¨ªmites del vigente -ahora en revisi¨®n- Plan General de Ordenaci¨®n Urbana y las pistas del aeropuerto de San Pablo, sobre la base de cuatro planes parciales, lo que significar¨ªa una mini ciudad de 121.744 habitantes, mucho m¨¢s poblada que numerosas capitales de provincia espa?olas. El dato ya indica de antemano que sus promotores no imaginaban que la crisis de los setenta provocar¨ªa, entre otras consecuencias, el estancamiento demogr¨¢fico de Sevilla.Porque el Pol¨ªgono Aeropuerto nace al calor del expansionismo confiado de la d¨¦cada de los sesenta. Fue en la ¨¦poca de S¨¢nchez Arjona como ministro de Vivienda, exactamente el 24 de julio de 1969, cuando un decreto delimitaba, a efectos de expropiaci¨®n y utilidad p¨²blica, las 776 hect¨¢reas del Pol¨ªgono Aeropuerto (en el futuro pretende llamarse Sevilla-Este), con el sempiterno argumento de la falta de viviendas de car¨¢cter social que padec¨ªa la ciudad. El capital actuante era privado en un 75%, y el otro 25% correspond¨ªa al Instituto Nacional de Urbanizaci¨®n (Inur), extremo este que ha sido y es uno de los m¨¢s controvertidos del proyecto.
En julio de 1975 se aprueba el proyecto de expropiaci¨®n, estim¨¢ndose en 325 millones de pesetas el valor total a expropiar e incluy¨¦ndose una cl¨¢usula en virtud de la cual. si el 60% de los afectados aceptan participar en la actuaci¨®n, puede cambiarse del sistema de expropiaci¨®n al de compensaci¨®n total o parcial. Poco despu¨¦s, en diciembre, se produce, efectivamente, el cambio, implant¨¢ndose el sistema de compensaci¨®n mixta, no sin que antes muchos antiguos propietarios, asustados por el fantasma expropiatorio, hubiesen vendido sus parcelas a bajo precio a avispados promotores.
Los arquitectos, en contra
El proyecto se gan¨® de entrada la oposici¨®n del Colegio Oficial de Arquitectos de Andaluc¨ªa Occidental y Badajoz, que, en agosto de 1976, presentaba un recurso contra la aprobaci¨®n de los planes parciales 1, 2. 3 y 4, por entender que violaban el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana, trasladando a la poblaci¨®n a terrenos insalubres y calificados como r¨²sticos y no edificables en dicho plan, y con el agravante de que el agente de la actuaci¨®n era la propia Administraci¨®n P¨²blica a trav¨¦s del Inur, y de que pod¨ªa haber contaminaci¨®n. ruidos y riesgo de cat¨¢strofes a causa de la proximidad del Pol¨ªgono al aeropuerto.Consideraba el Colegio de Arquitectos que el Pol¨ªgono Aeropuerto (PA) terminar¨ªa siendo una simple ciudad-dormitorio, parasitaria de Sevilla, ya que la actuaci¨®n no se planteaba en principio la relaci¨®n del nuevo conjunto residencial con el resto de la ciudad en cuanto a transportes y equipamiento. Adem¨¢s, la propia grandiosidad del proyecto, que supon¨ªa albergue para la quinta parte de la poblaci¨®n que ten¨ªa entonces Sevilla, iba a contracorriente de las modernas tendencias urban¨ªsticas, partidarias de urbes de menor tama?o y con elevados niveles de autosuficiencia.
Pero los cr¨ªticos del PA llegaban m¨¢s lejos, rechazando la misma premisa de la que ¨¦sta part¨ªa. En su opini¨®n, Sevilla no carece de suelo urbanizable dentro de los l¨ªmites del PGOU, sino que, por el contrario, dispone de la cantidad suficiente para lo que queda de siglo, seg¨²n un crecimiento demogr¨¢fico normal (ahora se est¨¢ muy por debajo a causa de la crisis). ?El problema de Sevilla no es la falta de suelo, sino la sobra de especulaci¨®n sobre el suelo existente?, declar¨® a EL PAIS, gr¨¢ficamente, un joven urbanista, quien a?adi¨®: ?En todo caso, lo intolerable es que se pretenda solucionar este supuesto problema con terrenos perfectamente insalubres por su proximidad a los pol¨ªgonos industriales de Calonge, Carretera Amarilla y Palmete.?
Un tercer tipo de problemas ser¨ªan los derivados de la presencia inmediata del aeropuerto de San Pablo, con un avi¨®n entrando o saliendo cada quince minutos y las consiguientes emisiones de ruidos, gases y vibraciones, am¨¦n del propio peligro de cat¨¢strofe. En opini¨®n de los recurrentes, al PA se le pod¨ªan aplicar la ley sobre contaminaci¨®n atmosf¨¦rica y el reglamento sobre actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas, especialmente en el caso dej plan parcial n¨²mero 4, en el que se proyectaban viviendas a una distancia entre trescientos y seiscientos metros de las cabeceras de pista.
La historia del Pol¨ªgono Aeropuerto indica que en febrero de 1977, el subsecretario de la Vivienda, Ignacio Bay¨®n, reconoce que el plan 4 presenta los inconvenientes citados, anunciando que deber¨¢ ser reconsiderado mediante el aumento de las zonas verdes y de expansi¨®n a costa de la zona habitada. En la actualidad, el plan 4 est¨¢, en efecto, remodelado y a mayor distancia del aeropuerto. aunque todav¨ªa hay quien opina que no despeja totalmente las dudas levantadas por su ubicaci¨®n. Los restantes argumentos del Colegio de Arquitectos, rechazados por sentencia judicial en lo que se refiere a la presunta ilegalidad de la actuaci¨®n. ayudan, no obstante, al Ayuntamiento democr¨¢tico en su contencioso con el Pol¨ªgono.
Un plan incontrolable
Y es que la nueva Corporaci¨®n se ha encontrado de bruces con un plan gigantesco, ya dif¨ªcil de controlar debido a las facilidades de todo tipo ofrecidas al PA por los ayuntamientos que la precedieron. En marzo de 1977. por ejemplo, el pleno municipal faculta un¨¢nimemente al alcalde, Fernando Parias, para suscribir un convenio con la Junta General de Compensaci¨®n del Pol¨ªgono Aeropuerto para la realizaci¨®n de obras de infraestructura en la zona en cuesti¨®n, siendo una empresa municipal (EMASESA) la encargada del abastecimiento y saneamiento de agua.Ya en 1979, Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Perrote, director general del Instituto Nacional de Urbanizaci¨®n, viene a Sevilla para declarar que el Pol¨ªgono Aeropuerto ser¨¢ una ciudad modelo en Espa?a, s¨®lo comparable a Tres Cantos, ¨²nica en cuanto a su modernidad, en la que las viviendas se construyen al mismo tiempo que los equipamientos: parques tres veces m¨¢s extensos que los que tiene actualmente Sevilla, entre veinticuatro y treinta colegios estatales de EGB y tres privados, varios institutos, espacios peatonales... (v¨¦ase cuadro 1).
Los defensores del PA no se olvidan un dato al que es muy sensible la opini¨®n p¨²blica. Se trata de los 1.431 millones de pesetas invertidos en los dos ¨²ltimos a?os, con una media de 317 puestos de trabajo durante los d¨ªas laborables, generados por catorce empresas principales y 69 subcontratistas. El c¨¢lculo que se hace del total de inversiones concertadas y aun en negociaci¨®n supera los 20.000 millones.
Condenados a entenderse
A pesar de la dureza de las posiciones de partida, Ayuntamiento y PA parecen condenados a entenderse. Los concejales, porque s¨®lo pueden aspirar a controlar lo m¨¢s posible una iniciativa puesta en marcha hace a?os e irreversible en sus grandes l¨ªneas, el Pol¨ªgono, porque, como dice Jos¨¦ Mar¨ªa Gea, que est¨¢ al frente de la gerencia del mismo, ?aunque lleguemos a pedir indemnizaciones y responsabilidades personales, el proyecto se derrumbar¨ªa sin remedio si se paraliza por m¨¢s tiempo?.
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