Rumores sobre un golpe derechista en El Salvador
Mientras distintas fuentes polemizan sobre el n¨²mero de muertos dejado por los sangrientos incidentes del martes en El Salvador, rumores insistentes circulan sobre un golpe de Estado de matiz derechista, auspiciado por la Guardia Nacional y la polic¨ªa de Hacienda, circulaban en la ma?ana de ayer en la convulsionada ciudad de San Salvador, cuyos habitantes a¨²n no se han repuesto M clima de terror vivido durante m¨¢s de quince horas. La capital salvadore?a era, en las primeras horas del martes, una urbe desierta, sin apenas otra circulaci¨®n de veh¨ªculos que la de los cuerpos de seguridad_
Los sucesos de anteayer demuestran claramente la ausencia real de poder de la Junta de Gobierno salvadore?a. Los integrantes de dicho ¨®rgano hab¨ªan cursado ¨®rdenes estrictas a las fuerzas armadas y a los grupos policiales para que se abstuvieran de aparecer en los lugares por donde iba a circular la anunciada manifestaci¨®n. Los soldados acataron las ¨®rdenes y, en efecto, permanecieron acuartelados. No as¨ª la Guardia Nacional y la Polic¨ªa de Hacienda, cuerpos tristemente c¨¦lebres por su tradici¨®n represiva. cuyos miembros atacaron. desde diversos puntos, a la manifestaci¨®n.
Si. como se rumorea. los jefes de la Guardia Nacional tratan de hacerse oficialmente con el poder que en cierta manera ya ejercen, y el Ej¨¦rcito mantiene su respaldo a la Junta Revolucionaria de Gobierno. no es aventurado suponer la explosi¨®n de una guerra abierta. de consecuencias impredecibles. La situaci¨®n dram¨¢tica puede verse agravada a¨²n m¨¢s s¨ª los civiles del Gobierno salvadore?o deciden, como tambi¨¦n se rumoreaba ayer, dejar solos en sus puestos a los coroneles Majano y Guti¨¦rrez.
El n¨²mero de muertosEntre tanto, distintas fuentes polemizan sobre el n¨²mero d v¨ªctimas producido por el ataque de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes. Periodistas extranjeros aseguran haber visto diez cad¨¢veres en las inmediaciones de la catedral de San Salvador y otros siete en los aleda?os de la plaza de la Libertad, donde deb¨ªa finalizar la manifestaci¨®n. El presidente de la Cruz Roja salvadore?a estim¨® que los enfrentamientos hab¨ªan causado la muerte de, por lo menos cincuenta personas. Dirigentes de los grupos pol¨ªticos organizado res de la manifestaci¨®n se?alaron, por su parte, la existencia de cien v¨ªctimas como m¨ªnimo.
En lo que todos coinciden es en se?alar la inexistencia de ning¨²n tipo de provocaci¨®n por parte de los integrantes de la marcha.
El propio Gobierno reconoci¨®, en un comunicado emitido por la noche a trav¨¦s de la cadena nacional de radio y televisi¨®n, que la manifestaci¨®n se hab¨ªa desarrollado en forma ?pac¨ªfica y ordenada? hasta que surgieron los primeros disparos.
Todo parece indicar que los cuerpos de seguridad planearon de manera cuidadosa el ataque contra los manifestantes. Los disparos surgieron desde varios edificios al mismo tiempo: la torre de telecomunicaciones, el Palacio Nacional (sede tambi¨¦n del Ministerio de Defensa). el local del diario La Prensa Gr¨¢fica. Testigos presenciales aseguran haber visto en dichos lugares a civiles armados con las metralletas que habitualmente usa la Guardia Nacional, y tropas uniformadas y con casco.
Tres horas de pesadilla
Cuando, alrededor de las dote y media del mediod¨ªa, se oyeron las primeras detonaciones y los primeros cuerpos ca¨ªan a tierra alcanzados por las balas, la multitud se dispers¨® en varias direcciones. Los grupos m¨¢s numerosos se refugiaron en la catedral y en la iglesia del Rosario, desde donde las Brigadas de Autodefensa contestaron a la agresi¨®n. El intercambio de disparos dur¨® cerca de tres horas. Durante ese tiempo se temi¨® seriamente que las fuerzas de seguridad trataran de desalojar a los ocupantes de los templos. La intervenci¨®n de periodistas extranjeros, que se comunicaron con las autoridades del Gobierno, y de algunos embajadores, entre ellos el espa?ol, permiti¨® que los manifestantes pudieran abandonar las iglesias.
Cerca de 20.000 personas asustadas se refugiaron en la Universidad Central de San Salvador, que ayer por la ma?ana amaneci¨® rodeada por la Guardia Nacional. Dirigentes de partidos pol¨ªticos, embajadores extranjeros y la Cruz Roja realizaban gestiones ante el aparentemente impotente Gobierno para levantar el cerco del ¨¢rea universitaria. La Junta Revolucionaria de Gobierno anunci¨® tras reunirse con el embajador William Bowlder, subsecretario adjunto de Estados Unidos para asuntos interamericanos, que en breve retirar¨¢ el cord¨®n preventivo al rededor de la Universidad.
Desde la manifestaci¨®n del martes por la noche, la violencia no ha cesado en El Salvador. Dos menores de edad y siete adultos resultaron muertos al ser alcanzados por disparos en la capital salvadore?a y en el norte del pa¨ªs.
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