Una carta-bomba hiere de gravedad a dos directivos del Club de Amigos de la Unesco
Luis Enrique Esteban y Mar¨ªa Dolores Mart¨ªnez Ayuso, miembros del comit¨¦ ejecutivo del Club de Amigos de la Unesco de Madrid, resultaron heridos de gravedad como consecuencia de la explosi¨®n de una carta-bomba que ellos mismos procedieron a abrir en la sede del citado organismo, situada en la plaza de Tirso de Molina, n¨²mero 8.
El paquete-bomba, aproximadamente del tama?o de un libro de bolsillo, confeccionado con cien gramos del explosivo conocido como amonita, hab¨ªa sido entregado a las dos de la tarde en la porter¨ªa del inmueble, en cuyo piso primero est¨¢ la sede del Club de Amigos de la Unesco. Seg¨²n explic¨® la portera del edificio, un hombre joven ?muy bien parecido? llev¨® el paquete personalmente, explicando a la empleada que se trataba de un libro para el Club de la Unesco. Al parecer, ¨¦sta replic¨® al joven que no habr¨ªa nadie en el local hasta el lunes, a lo que ¨¦ste contest¨®: ?Da lo mismo?, y a?adi¨®, en tono de guasa: ?Tenga usted cuidado de todas formas, no vaya a ser una bomba?, frase a la cual la portera rest¨® toda importancia.El paquete-bomba estuvo en la porter¨ªa hasta media tarde, momento en que la portera se lo entreg¨® a uno de los asociados, el cual lo deposit¨® en la secretar¨ªa del club. La bomba hizo explosi¨®n s¨®lo cinco minutos despu¨¦s de que en el sal¨®n de sesiones del club se iniciara la decimos¨¦ptima asamblea anual ordinaria, justo al lado del despacho de la presidencia y de la secretar¨ªa, lugar ¨¦ste donde estall¨® el artefacto.
Alrededor de cien personas estaban reunidas en el sal¨®n de sesiones en ese momento. El punto principal del orden del d¨ªa era la elecci¨®n del nuevo comit¨¦ ejecutivo, cuya ¨²nica candidatura estaba encabezada por Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, y en la que Luis Enrique Esteban y Mar¨ªa Dolores Mart¨ªnez figuraban como aspirantes a la secretar¨ªa general y a la secretar¨ªa de propaganda, respectivamente. Sin embargo, los reunidos no tuvieron oportunidad de escuchar el programa electoral de los aspirantes. Unicamente el presidente de la sesi¨®n, Jos¨¦ Mart¨ªn, pudo pronunciar unas palabras de saludo, porque inmediatamente despu¨¦s sobrevino la explosi¨®n.
Luis Enrique Esteban, en su calidad de interventor saliente del club, y Mar¨ªa Dolores Mart¨ªnez, como bibliotecaria general tambi¨¦n saliente, proced¨ªan en ese momento a abrir el paquete, en cuya parte anterior la direcci¨®n especificaba: ?Club de Amigos de la Unesco. Tirso de Molina, 8, 1?. Madrid.?
Ambos miembros del comit¨¦ ejecutivo fueron inmediatamente asistidos por los presentes y trasladados a un piso anexo, donde existe una instalaci¨®n de la Cruz Roja. All¨ª recibieron los primeros auxilios y fueron trasladados inmediatamente a la Ciudad Sanitaria Provincial, antes conocida como Francisco Franco.
La reuni¨®n anual ordinaria del Club de Amigos de la Unesco de Madrid fue suspendida inmediatamente. Numerosos efectivos policiales hicieron enseguida acto de presencia e iniciaron las diligencias oportunas.
Seg¨²n comunicaron a los periodistas, en el club no se hab¨ªan recibido amenazas en los ¨²ltimos tiempos, aunque hace ya algunos meses hab¨ªan recibido comunicados en aquel sentido de la organizaci¨®n fascista Triple A.
Los dos heridos, ambos militantes del Partido Comunista de Espa?a (PCE), son miembros antiguos del club. Luis Enrique Esteban, de treinta a?os de edad, es empleado de banca y trabaja en la actualidad en una sucursal de Credit Lyonnais. Mar¨ªa Dolores Mart¨ªnez, de cuarenta a?os, trabaja en CEPSA. Ambos han destacado en los ¨²ltimos a?os por su dedicaci¨®n al Club de la Unesco, organismo fundado en 1960, el cual, a lo largo de sus diecisiete a?os de existencia, ha pasado por distintos avatares, entre ellos sucesivos cierres en los ¨²ltimos a?os de la dictadura.
Hasta el momento del cierre de esta edici¨®n, ning¨²n grupo hab¨ªa reivindicado el atentado. Directivos del club manifestaron su extra?eza y su absoluta repulsa por el mismo. A ¨²ltima hora de la noche de ayer se esperaba en el local la presencia del juez de guardia, el cual comunic¨® finalmente que no ten¨ªa intenci¨®n de trasladarse a la citada sede. Funcionarios de polic¨ªa realizaron las pruebas de identificaci¨®n rutinarias. La habitaci¨®n donde hizo explosi¨®n la bomba presentaba un aspecto desolador, con restos de dedos, trozos de piel y gotas de sangre esparcidos por toda la estancia.
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