Andr¨¦s Saborit
A los noventa a?os de su edad, en Valencia, ha muerto Andr¨¦s Saborit, socialista admirable, encarnaci¨®n viva del Partido Socialista Obrero Espa?ol y de la Uni¨®n General de Trabajadores, en los que ha luchado m¨¢s de tres cuartas partes de siglo. Historia austera y ejemplar la suya, servidor ¨ªntegro de las ideas, hombre de acci¨®n firme y elevada, maestro del socialismo como s¨ªntesis profunda de conducta e ideal. En su respetada veteran¨ªa ha sido el testimonio m¨¢s completo del pasado y de las esperanzas del movimiento obrero socialista espa?ol.Tip¨®grafo, como Iglesias
Aprendiz de tip¨®grafo, Saborit, muchacho alcala¨ªno hu¨¦rfano de padre bien pronto, se destac¨® por su laboriosidad, inteligencia y honradez y por su sentimiento de solidaridad con los compa?eros. En la Asociaci¨®n del Arte de Imprimir se revel¨® precozmente como luchador obrero, con ansia de saber y ansia de ideal. Tras las penosas jornadas del tip¨®grafo escrib¨ªa sus primeras cuartillas de asuntos sindicales y pol¨ªticos. Muy estimado por Pablo Iglesias, muy exigente con su propia conciencia, su pluma fustigaba con veracidad y valent¨ªa toda injusticia.
Destac¨® en seguida en la Agrupaci¨®n Socialista Madrile?a y no tard¨® en sufrir la denuncia de un fiscal, que le acusaba de delito de prensa. Era costumbre de los periodistas de oposici¨®n que ten¨ªan correligionarios en el Parlamento y no firmaban los art¨ªculos atribuir la paternidad de los mismos a alg¨²n diputado amigo. Pablo Iglesias era ya diputado por Madrid, elegido en la conjunci¨®n republicano-socialista en 1910. A Saborit no se le ocurri¨® acudir a tal recurso. Y fue condenado a unos meses de prisi¨®n, que extingui¨® d¨ªa por d¨ªa. Iglesias le dijo que aplaud¨ªa su actitud, ¨²nica decorosa. En ning¨²n caso ¨¦l hubiera faltado a la verdad.
Episodio capital en la historia contempor¨¢nea de Espa?a es la huelga de agosto de 1917, insertada en el proceso de crisis pol¨ªtica del pa¨ªs, que, con la primera guerra mundial por fondo, se exterioriza en los efectos econ¨®micos de aqu¨¦lla, las Juntas Militares de Defensa, la Asamblea de Parlamentarios y la debilidad de los partidos pol¨ªticos tradicionales. El empe?o de enfrentarse a fondo con los problemas del pa¨ªs alienta a la huelga de agosto, que suscita en el Gobierno actitudes de dura represi¨®n, ya que sus causas no fueron tratadas a tiempo y con visi¨®n profunda. El m¨¢s joven de los miembros del comit¨¦ de huelga es Andr¨¦s Saborit. Con sus compa?eros Besteiro, Largo Caballero y Anguiano es condenado por el consejo de guerra a reclusi¨®n perpetua -treinta a?os-, que pasaron a cumplir al penal de Cartagena.
Diputado por Asturias
La derrota de agosto de 1917 signific¨® el triunfo pol¨ªtico de las elecciones generales de 1918, en cuanto a la libertad de los miembros del comit¨¦ de huelga y las perspectivas que abr¨ªa al partido en la vida parlamentaria. F¨¦lix Azzati, el pol¨ªtico valenciano, amigo de Blasco Ib¨¢?ez, lanz¨® desde las columnas de El Pueblo de aquella ciudad la idea de presentar como candidatos a diputados a los cuatro socialistas presos en Cartagena. La conjunci¨®n republicano-socialista triunf¨® en los distritos en que fueron candidatos: as¨ª, Besteiro sali¨® diputado por Madrid; Largo Caballero, por Barcelona; Anguiano, por Valencia, y Saborit. por Asturias. Desde entonces, hasta que renunci¨® a ello, en 1931, por luchar en Madrid, por mandato del partido, fue sin interrupci¨®n diputado por Asturias en todos los Parlamentos de la monarqu¨ªa de Alfonso XIII, sin m¨¢s excepci¨®n que la Asamblea no democr¨¢tica que cre¨® el general Primo de Rivera. en la que los socialistas se negaron a participar.
Famosos y memorables son los discursos de estos y entonces noveles diputados, en los que se presentaron los hechos de la huelga revolucionaria y los problemas pol¨ªticos y sociales de Espa?a. Saborit se revel¨® como formidable parlamentario con sus discursos en dos sesiones, muy documentado y certero con la cr¨ªtica implacable del Gobierno.
Secretario del partido
El 14 de abril de 1921, tras la separaci¨®n de los partidarios de la III Internacional en el famoso Congreso Extraordinario que rechaz¨® las veintiuna condiciones de Mosc¨², Saborit fue elegido secretario del partido. Constitu¨ªan la ejecutiva: Pablo Iglesias, en la presidencia; Besteiro, vicepresidente; secretario-tesorero, Saborit; Francisco N¨²?ez Tom¨¢s, vicesecretario; Ferm¨ªn Bl¨¢zquez, secretario de actas, y vocales: Largo Caballero, Prieto, Fern¨¢ndez Quer, Fernando de los R¨ªos, Toribio Pascual y Lucio Mart¨ªnez Gil. Segu¨ªa Iglesias de director de El Socialista, con Fabra Ribas de subdirector. No mucho despu¨¦s, los quebrantos de salud de ?el abuelo? llevaron a Saborit a la direcci¨®n del peri¨®dico.
En el gran debate que se hizo en aquel congreso sobre la aceptaci¨®n o no de las ?veintiuna condiciones?, es decir, el ingreso en la Internacional Comunista, en el que fue decisivo el informe adverso de Fernando de los R¨ªos, comisionado con Anguiano para visitar Mosc¨², el de Saborit fue uno de los discursos decisivos. Apoy¨® con firmeza la carta de Iglesias en favor de la propuesta de De los R¨ªos, y sin renunciar en' nada a las ideas program¨¢ticas del partido encontr¨® s¨®lidas razones ideol¨®gicas y t¨¢cticas en la defensa de los intereses del proletariado para defender la no integraci¨®n en el comunismo.
D¨¦cada 1921-1930
Saborit, en la secretar¨ªa del partido; Largo Caballero, en la de UGT; Iglesias, en la presidencia, que su salud le imped¨ªa ejercer en plenitud, y Besteiro, en la vicepresidencia, y desde 1925, en que muri¨® Iglesias, en la presidencia encabeza la pol¨ªtica firme y perspicaz que fortalece y acrec¨ªenta el,poder del movimiento obrero, estimula la formaci¨®n pol¨ªtica y cultural de los trabajadores, impone respeto a los Gobiernos y a la dictadura de Primo de Rivera, logra positivos avances acordes con la pol¨ªtica de los socialistas europeos en la OIT (que regenta el socialista franc¨¦s Albert Thomas, quien tiene de cercano colaborador a Antonio Fabra Ribas) y logra para la causa democr¨¢tica apoyos crecientes de la opini¨®n p¨²blica.
Lejos de comprometerse en la pol¨ªtica del sistema dictatorial, lo somete a su cr¨ªtica, que ejercen los socialistas en el Instituto de Reformas Sociales, convertido en el Consejo de Trabajo, en el propio Consejo de Estado, adonde acude Largo Caballero designado por la UGT, en la prensa y en la opini¨®n p¨²blica.
Saborit, con singular tenacidad, fue uno de los principales art¨ªfices de aquella pol¨ªtica.
Dos t¨¢cticas
Ante la crisis del Estado, Saborit no vacila en contribuir a la defensa de la libertad y del progreso. Regresa al Ayuntamiento de Madrid, en 1930, al ser restablecido en sus puestos los ¨²ltimos concejales de elecci¨®n popufar anteriores al 13 de septiembre de 1923, y a la vez que reanuda sutarea de gestor eminente e ¨ªntegro de los intereses de la ciudad, trabaja con ardor en la preparaci¨®n de las elecciones municipales de abril de 1931, que, como hab¨ªa previsto Besteiro, significar¨ªan la ca¨ªda del r¨¦gimen. El mismo, con los concejales electos, proclam¨® la Rep¨²blica en la plaza de la Villa en aquella famosa efem¨¦ride.
No quiso ser alcalde, pero trabaj¨® como el mejor de todos
El partido pensaba en Saborit como alcalde indiscutible, pues grandes eran ya su experiencia y servicios como concejal. En 1931 fue elegido por el distrito de la Universidad y, designado primer teniente de alcalde, dirigi¨® la pol¨ªtica municipal con admiraci¨®n y respeto de todos. El reciente libro escrito por Jos¨¦ Manuel Flores y Joaqu¨ªn Garc¨ªa Murillo revela lo que fue la formidable tarea de dos a?os de administraci¨®n democr¨¢tica del Ayuntamiento de Madrid, que Saborit simboliza: ?De hecho?, dicen estos investigadores, ?desarroll¨® una gran actividad en todos los campos, pudiendo calificarle de verdadero art¨ªfice de la pol¨ªtica municipal socialista en Madrid.? Supera a toda ponderaci¨®n lo que se hizo y se prepar¨® en tan breve tiempo, antes de la absurda suspensi¨®n de concejales que dispuso el Gobierno de Lerroux, el plan de extrarradio y ensanche, la ordenaci¨®n de espacios libres, la apertura de la Casa de Campo, donada al pueblo de Madrid, la municipalizaci¨®n de servicios directa o en consorcio con empresas privadas, la regulaci¨®n de los mercados, la construcci¨®n y apertura de m¨¢s de doscientas escuelas, el control y ampliaci¨®n del Metro, la proposici¨®n de ley -llamada de Saborit- sobre sanidad urbana, la reforma tributaria local e impuesto de plusval¨ªa del suelo, las casas baratas y cooperativas de viviendas, la reorganizaci¨®n de la Aldministraci¨®n y servicios del Municipio, la colaboraci¨®n con, Manuel Mui?o, formidable con-
(Pasa a p¨¢gina 10)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.