Gabeiras: "Nunca deberemos determinar con nuestras espadas la amplitud de las oscilaciones pol¨ªticas"
El jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, teniente general Jos¨¦ Gabeiras, hizo ayer, ante el grupo de fuerzas regulares de Infanter¨ªa Melilla n¨²mero 2, en esta misma ciudad, un triple llamamiento: a la responsabilidad del Ej¨¦rcito, para que advierta las mejoras que ?por fin? se observan en el horizonte pr¨®ximo; a la necesidad de ?no determinar con nuestras espadas la amplitud de las oscilaciones pol¨ªticas?, y a los que entienden que el Ej¨¦rcito es una carga para el Estado o un peligro para la libertad.
El jefe del Estado Mayor y, en consecuencia, primero en la cadena de mando del Ej¨¦rcito de Tierra, destac¨® que la inmensa responsabilidad de ese mando s¨®lo se aliviaba ?por la idea que todos compartimos de que nunca deberemos presionar con nuestra presencia la balanza de los negocios p¨²blicos, ni determinar con nuestras espadas la amplitud de las oscilaciones pol¨ªticas?.?Somos militares conscientes?, a?adi¨®, ?y como tales, prevalece en nosotros un inmenso poder¨ªo moral, mayor cien veces que la fuerza impetuosa y permanente, f¨ªsica, de las bayonetas.?
Antes, seg¨²n el resumen que facilita Europa Press, el teniente general Gabeiras se?al¨® que ?el deber del Ej¨¦rcito, y por consiguiente de todos sus miembros, est¨¢ perfectamente determinado en la obediencia al Gobierno, donde la confianza de nuestro Rey est¨¢ depositada, donde el poder ejecutivo del Estado est¨¢ representado y ejercido por la voluntad popular?. Y a?adi¨®: ?Es obvio decir, por tanto, que en nuestra conciencia ¨ªntima anida un instinto seguro y recio que siempre nos conducir¨¢ a sostener el principio del orden, que nos revela el lugar donde los sentimientos de verdadera lealtad y patriotismo se hallen albergados, que nos indican la conducta m¨¢s noble, m¨¢s acertada y m¨¢s digna, pero no debemos arrogarnos misiones que no nos han sido encomendadas?.
?Nadie debe pensar de nosotros, porque no hay motivo para ello, que somos un peligro para la libertad, pues la hemos proporcionado al pueblo espa?ol una y mil veces. ?
El jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito se refiri¨® ?a los que claman por la preponderancia de lo castrense sobre lo civil ?, y asegur¨® que a ¨¦sos ?hemos de responder que es preciso empezar por dejar al Ej¨¦rcito consagrarse a los especiales deberes de su profesi¨®n, sin intentar in¨²tilmente socavar su esp¨ªritu y su disciplina, con alevosos halagos, unas veces, y con il¨ªcitos ap¨®strofes y diatribas, en otras?.
?Debemos despejar, de una vez por todas?, dijo el teniente general Gabeiras, ?esos extra?os sambenitos que nos presentan como carga insoportable del Estado, instrumento de la tiran¨ªa y pesadilla de los presupuestos. S¨®lo deseamos que se tenga fe en la firmeza y estabilidad de nuestra organizaci¨®n y en la espiritualidad y nobleza de los ej¨¦rcitos de Espa?a. Pero debemos dejar bien sentado que, admitiendo el orden como origen de la fuerza, no concebimos la existencia de la sociedad, sin que el principio de la autoridad se encuentre rodeado de reverente culto.?
Al comienzo de su intervenci¨®n, la m¨¢xima jerarqu¨ªa del Ej¨¦rcito de Tierra se?al¨® que ?esta d¨¦cada reci¨¦n comenzada se presenta en lo castrense ciertamente halag¨¹e?a para el Ej¨¦rcito, ya que, por fin, vemos en el horizonte pr¨®ximo una pol¨ªtica de defensa que se hace necesaria, no ya desde los ¨²ltimos a?os a esta parte, sino desde principios de siglo, extremo este que no se puede escapar a todo aquel que conozca la historia de nuestra instituci¨®n?.
Y en este mismo sentido, a?adi¨®: ?Por fin se han comprendido nuestras necesidades, y la revitalizaci¨®n deseada y necesaria est¨¢ cerca. Es preciso que nosotros aportemos menos pasi¨®n y m¨¢s af¨¢n de servicio y de mayor predominio de las ideas de orden y concierto. D¨ªa a d¨ªa, se va adelantando en el camino de la consolidaci¨®n de las instituciones, y esto no nos puede pasar inadvertido.?
?En los ¨²ltimos ochenta a?os, por no remontarme m¨¢s atr¨¢s?, asegur¨® el teniente general Gabeiras, ?hemos recibido los militares lecciones muy fecundas. Nunca hemos sufrido m¨¢s . que cuando hemos adoptado a ultranza el papel exclusivo de v¨ªctimas o de patriotas. sin pararnos a pensar que ambos ten¨ªan tanto de est¨¦ril como de limitado, pues si el lamento de los primeros, interpretado como expresi¨®n de debilidad y torpeza, s¨®lo produjo el desprecio, la presunci¨®n de los segundos ofend¨ªa a todo el que comprend¨ªa que cada ciudadano, de no importa qu¨¦ profesi¨®n, dispone en la sociedad de un c¨ªrculo de deberes, donde puede ser tan ¨²til a la Patria como cualquiera de nosotros.?
El teniente general Gabeiras que lleg¨® a Melilla el martes por la tarde, desarroll¨®, en la ma?ana de ayer, un amplio programa de actividades. Asisti¨® a la recepci¨®n que se le ofreci¨® en el sal¨®n del trono de la comandancia general, en la que estaban presentes las autoridades militares y civiles.
El comandante general de Melilla, general Jos¨¦ Mar¨ªa Bourg¨®n pronunci¨® un discurso en el que se?al¨® los problemas m¨¢s urgentes de la ciudad y dijo que ?cuando con frecuencia los intereses socioecon¨®micos de Melilla no est¨¢n en contraposici¨®n con las necesidades de la defensa, ser¨ªa muy conveniente dar mayor flexibilidad a los tr¨¢mites administrativos.?
Tras la recepci¨®n militar, el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, al que acompa?a en su visita el capit¨¢n general de la IX Regi¨®n, teniente general Alvarez Delgado visit¨® las distintas unidades de la guarnici¨®n y presenci¨® unas operaciones castrenses.
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