"Las libertades se encuentran cada d¨ªa m¨¢s amenazadas", afirma Juan Luis Cebri¨¢n
La necesidad de una reforma seria y profunda de la Administraci¨®n p¨²blica, como paso necesario para la democratizaci¨®n del Estado, y la defensa de las libertades, ?cada d¨ªa m¨¢s amenazadas con medios m¨¢s y m¨¢s perfeccionados y t¨¦cnicos?, como uno de los objetivos fundamentales de la nueva sociedad espa?ola, fueron dos de las tesis expuestas por Juan Luis Cebri¨¢n, director del diario EL PAIS, en la conferencia que ayer pronunci¨® en el Club Siglo XXI, de Madrid, bajo el t¨ªtulo ?La Espa?a radical?, dentro del ciclo que se desarrolla en este foro bajo el lema Convivencia y respeto social.
El periodista inici¨® su intervenci¨®n con una advertencia previa: no se trata, pese al t¨ªtulo, del lanzamiento de un partido pol¨ªtico de nueva planta, que ir¨ªa contra su tesis, defendida en numerosas ocasiones p¨²blicamente, de la independencia partidaria de los periodistas. ?La Espa?a radical?, dijo, ?no es la de una formaci¨®n pol¨ªtica, sino la Espa?a a nivel de calle, de escuela, de f¨¢brica, de oficina; la Espa?a llamada a ser rescatada por la democracia a¨²n naciente e incomprensiblemente olvidada por los partidos y los aparatos de poder. ??La Espa?a radical?, precis¨® el conferenciante, ?es, pues, antes que nada la Espa?a de las libertades, la de los espa?oles preocupados por los retrocesos que nuestra democracia sufre, la Espa?a ut¨®pica so?ada por los hombres honestos, sabedores de que, si es cierto que el poder corrompe siempre, no es necesario apuntarse al anarquismo para embarcarse en la b¨²squeda de una sociedad de poderes menos concentrados y m¨¢s diluidos, menos poderosos, en una palabra, donde no sea a la postre el poder, sino la felicidad, la verdadera meta de los hombres. ?
Pas¨® a continuaci¨®n a analizar c¨®mo el proceso de transici¨®n pol¨ªtica de los ¨²ltimos a?os ha estado marcado por una primera etapa de expectaci¨®n, otra de entusiasmo, el cansancio, la decepci¨®n ?y, por ¨²ltimo, el miedo que atenaza nuestra sociedad?. Junto a ello se ha producido, a juicio del se?or Cebri¨¢n, un retroceso de los comportamientos democr¨¢ticos.
?Asistimos as¨ª?, afirm¨® el periodista, ?al alejamiento del pueblo de sus ¨®rganos de representaci¨®n y a la multiplicaci¨®n de burocracias pol¨ªticas que, sumadas a las a¨²n existentes de la dictadura y a las por venir de las autonom¨ªas, alimentan constantemente el mito ya monstruoso del sagrado becerro de oro del Estado?.
Pas¨® a continuaci¨®n a exponer que el proceso de transici¨®n pol¨ªtica no ha originado un cambio en profundidad en la estructura social espa?ola, destacando que el ¨²nico apreciable hab¨ªa sido el que intent¨® la reforma fiscal de Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, e insisti¨® ampliamente sobre el tema de la corrupci¨®n, afirmando que ?est¨¢ a la orden del d¨ªa en la Administraci¨®n p¨²blica. La democratizaci¨®n del Estado espa?ol?, se?al¨® el se?or Cebri¨¢n, ?pasa por la reforma seria y profunda de la Administraci¨®n p¨²blica, y cada d¨ªa que pasa es m¨¢s preocupante la actitud temerosa de los partidos pol¨ªticos frente a este elenco electoral?.
Tanto la cuesti¨®n del divorcio como la del aborto, tambi¨¦n influidas en el debate actual por el poder de la Iglesia, fueron expuestas con amplitud por el conferenciante, concluyendo que ?una ley de divorcio a la altura de las circunstancias y un debate amplio y racional sobre la despenalizaci¨®n del aborto son dos reclamaciones que, lejos de intentar destruir el entramado social, tratan de defender los derechos del individuo ?.
Dentro de la exposici¨®n de temas que preocupan a la sociedad espa?ola a nivel de calle, Juan Luis Cebri¨¢n se refiri¨® tambi¨¦n al aumento del alcoholismo; a la necesaria diferencia entre drogas blandas y duras a la hora de su tratamiento legal, y a la insensibilidad del Gobierno y de muchos de los l¨ªderes parlamentarios sobre la pol¨ªtica de la juventud.
El conferenciante se refiri¨® a continuaci¨®n al retroceso que las libertades democr¨¢ticas estaban experimentando en el pa¨ªs, y en especial, al padecido por la libertad de expresi¨®n. ?En estos momentos?, dijo, ?asistimos a un derrumbamiento general de la prensa escrita, crece el proteccionismo y dirigismo de los peri¨®dicos y nos amenaza una ley general de, la informaci¨®n que puede suponer serias y graves limitaciones al ejercicio del derecho constitucional de la libertad de prensa.? Acus¨® de esta situaci¨®n tanto al creciente intervencionismo del Gobierno en la prensa como a la postura de la oposici¨®n, que defiende el monopolio televisivo del Gobierno y mantiene el principio te¨®rico de la prensa institucional.
Finalmente, Juan Luis Cebri¨¢n hizo una referencia a los peligros de golpe militar afirmando: ?Nunca los militares han intervenido pol¨ªticamente en este pa¨ªs sin una amplia base civil dispuesta a recibirles y a colaborar, y no es a los militares, sino al poder pol¨ªtico precisamente, a quien compete la eliminaci¨®n de esos c¨ªrculos subversivos contra la libertad que anidan en los escondites del antiguo r¨¦gimen y se dedican a incitar a la violencia y a la intervenci¨®n a un Ej¨¦rcito que, justo es decirlo, no ha interrumpido para nada el proceso de democratizaci¨®n y no lo har¨¢ si el poder civil sabe mantenerse en su papel.?
Entre otros, asistieron a la conferencia Santiago Carrillo, secretario general del PCE; Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca, ministro de la Presidencia; Enrique Bar¨®n, Javier Solana y Enrique M¨²gica, dirigentes del PSOE; Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, Rafael Alberti, Juan Jos¨¦ Ros¨®n, Jos¨¦ Sol¨ªs, Carlos Zayas, Emilio Romero, Julio J¨¢uregui, senador del PNV; Luis Gonz¨¢lez Seara, ministro de Universidades; Antonio Gala, Ignacio Camu?as, Eugenio Triana y Ram¨®n Tamames.
Durante el coloquio posterior a la conferencia intervino, entre otros, el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, quien afirm¨® que suscribir¨ªa casi toda la conferencia. ?La mayor parte de las ideas?, a?adi¨®, ?las hago m¨ªas, porque Juan Luis Cebri¨¢n ha dicho muchas de las cosas que yo estoy diciendo, desde hace alg¨²n tiempo, en este pa¨ªs. ?
?No creo?, prosigui¨®, ?en la fundaci¨®n de un partido radical que s¨®lo podr¨ªa encabezar Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. Yo?, sigui¨® Carrillo, ?al partido que se ha estado barajando en la conferencia no le llamar¨ªa radical, por los antecedentes hist¨®ricos de esta palabra en Espa?a. El verdadero partido radical es el que se podr¨ªa formar con una uni¨®n de la izquierda entre socialistas y comunistas. ?
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