Los vecinos de San Blas se movilizan para que no les quiten a sus curas
Los vecinos del populoso barrio de San Blas se movilizaron el viernes pasado en favor de los tres curas de la parroquia de Jes¨²s Divino Obrero, cuyos superiores en la Orden Dominicana pretenden trasladar a otros lugares, seg¨²n parece por no estar de acuerdo con la acci¨®n pastoral que ejercen en la zona desde hace muchos a?os. Lo que para la autoridad eclesi¨¢stica no pasa de ser un simple traslado, los sectores cat¨®licos m¨¢s progresistas del barrio no dudan en relacionarlo con una situaci¨®n regresiva de la Iglesia, de la que ponen como ejemplo la condena del te¨®logo suizo-alem¨¢n Hans K¨¹ng, la llamada a cap¨ªtulo a Alberto Iniesta -el obispo de Vallecas- y ahora la expulsi¨®n de tres dominicos que se hab¨ªan caracterizado por su talante progresista y de total relaci¨®n con las clases m¨¢s populares
El viernes por la tarde, una asamblea vecinal de m¨¢s de quinientas personas, celebrada en el templo de la parroquia de Jes¨²s Divino Obrero, sirvi¨® para demostrar p¨²blicamente el absoluto rechazo por parte de la ocho entidades ciudadanas y de acci¨®n religiosa convocantes del acto al inminente traslado de Ambrosio, Gonzalo y Nino -que les ha sido comunicado verbalmente-, ?despu¨¦s de repetidos intentos de rechazo y marginaci¨®n de estos sacerdotes y de su l¨ªnea de trabajo, seg¨²n rezaba la convocatoria.Ambrosio, Gonzalo y Nino llevan, en la misma parroquia, quince, diez y ocho a?os, respectivamente. Son de esos curas sin h¨¢bito y casi sin cara de cura que, ante todo, intentan remediar el problema inmediato de quienes les rodean, sin preguntarles previamente qui¨¦nes son o qu¨¦ ideolog¨ªa pol¨ªtica tienen. Dicho de otra forma, Ambrosio, Gonzalo y Nino intentan convertir a la Iglesia en un ente vivo e incardinando en el medio en que ha de desarrollarse la Iglesia: el pueblo mismo.
En funci¨®n de esa actitud pastoral, los tres dominicos en cuesti¨®n pusieron el templo a disposici¨®n de todos los vecinos, fueran o no cristianos, incluso en ¨¦pocas pol¨ªticamente m¨¢s dif¨ªciles que la actual. No tuvieron inconveniente en reconocer que la preponderancia pol¨ªtica del barrio estaba en manos del Partido Comunista y trataron a. sus militantes como a uno m¨¢s y no como a un enemigo al que hubiera que eliminar. Una mujer que intervino durante la asamblea del viernes pasado no dud¨® en afirmar que ?han hecho m¨¢s cristianos en el tiempo que llevan aqu¨ª que toda la Iglesia cat¨®lica en los ¨²ltimos 2.000 a?os?.
F¨¦lix Gil, vicario regional de la Orden Dominicana, quien s¨®lo se present¨® como ?un superior, un hermano?, intervino en el turno de palabra de la asamblea. Intent¨®, a su modo, explicar la situaci¨®n, quitarle hierro al tema y dejar reducido a un traslado por necesidades del servicio lo que casi todos los presentes aseguraban que era una expulsi¨®n: ?La Orden?, dijo, ?est¨¢ presente en los cinco continentes y, a lo mejor, es necesaria su presencia en el Jap¨®n.?
Explicaciones no aceptadas
Una formidable bronca acogi¨® el intento de explicaci¨®n por parte del dominico, quien, sin esperar a m¨¢s, abandon¨® el atrio -que serv¨ªa de tribuna a los oradores- para ir a sentarse en el lugar que antes ocupara y se dispusiera a seguir oyendo a quienes intervinieran. S¨®lo volvi¨® despu¨¦s de que Antonio Villanueva, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de San Blas-Simancas, se lo pidiera vehementemente, ?en nombre de todos los que estamos callados?.F¨¦lix Gil volvi¨® a intentar conciliar la situaci¨®n: ?No se va a hundir todo esto?, ?seguir¨¢n funcionando la guarder¨ªa y las clases en el instituto?, ?es s¨®lo un traslado, un cambio de casa?, fueron las tres frases que pudo pronunciar antes de que una nueva bronca, mayor si cabe que la anterior, le hiciera retirarse definitivamente del estrado.
Muchos de los oradores que le siguieron reclamaron la presencia de ?quienes han denunciado a Ambrosio, Gonzalo y Nino?. Sin decirlo, se estaban refiriendo a M¨¢ximo Puertas, el p¨¢rroco de la parroquia, quien, una vez que se pusieron de manifiesto las discrepancias de actuaci¨®n entre los tres sacerdotes y la doctrina oficial de la Iglesia, desapareci¨® de la zona. M¨¢ximo Puertas se encontraba entre los presentes, pero, al parecer, prefiri¨® declinar la explicaci¨®n que se le ped¨ªa. S¨®lo al final de la asamblea se mostr¨® brusco para retirar a aquellas personas que intentaban hablar, con F¨¦lix Gil, entre ellas un redactor de EL PA?S.
El obispado se exime
Muchos de los que intervinieron en la asamblea hicieron alusi¨®n directa a la culpabilidad en el tema por parte de Luis Maicas, vicario episcopal de la zona, aunque, en este caso, la zona incluye barrios tan diametralmente distintos como son el de Salamanca y el de San Blas. El traslado de los tres dominicos no ser¨ªa competencia directa del obispado -ya que no ten¨ªan cargo parroquial alguno-, pero los convocantes de la asamblea denunciaban ?las presiones del se?or vicario sobre los superiores dominicos para obligarles a tomar la decisi¨®n de echarles?.Sin embargo, el propio Luis Maicas asegur¨® a EL PA?S que ?tengo la conciencia tranquila y, desde luego, no me someto al dictamen o al juicio de una asamblea como la de ayer, sino al dictamen y al juicio del obispo, sencillamente porque creo que la Iglesia es jerarqu¨ªa?.
Tras puntualizar que no es ¨¦l quien les echa del barrio -?es su superior quien ha decidido trasladarles?-, el se?or Maicas reconoci¨® para este peri¨®dico su no concordancia ideol¨®gica con los tres dominicos en cuesti¨®n: ?El propio Gonzalo lo dijo cuando me present¨® su dimisi¨®n como coadjutor de la parroquia: no estamos de acuerdo en cuanto a las l¨ªneas pastorales?.
El mismo vicario episcopal se neg¨®, ayer por la ma?ana, a recibir los pliegos de firmas que, en apoyo de Ambrosio, de Gonzalo y de Nino, hab¨ªan sido recogidas durante la asamblea del viernes. Luis Maicas se justific¨® diciendo que ?han sido recogidas bajo la acusaci¨®n de que yo les echaba del barrio. Pero como yo no acepto eso, para m¨ª esas firmas no tienen ning¨²n valor, y no las recibo?.
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