Rodesia, imposible
EL PROBLEMA principal que parecen presentar las elecciones generales de Rodesia es que los candidatos lleguen vivos a la fecha del 27 de febrero, primero de los tres d¨ªas en que estar¨¢n abiertos los comicios. Robert Mugabe, a quien los c¨¢lculos previos atribuyen la mayor¨ªa de los esca?os reservados a los negros en el Parlamento, escap¨® por d¨¦cimas de segundo a la explosi¨®n de cuarenta kilos de dinamita y una mina militar; lo cual no impidi¨® que, horas despu¨¦s, el gobernador brit¨¢nico le reprochara realizar una labor de intimidaci¨®n sobre los votantes. Un obispo miliciano, Muzorewa, y otro jefe guerrillero, Joshua Nkomo, disputan al no menos guerrillero Mugabe el derecho a la reconstrucci¨®n de un poder que ya tuvo Muzorewa y que perdi¨® por su violencia y su desprestigio.Si Rodesia aparece ahora como un imposible, no hay que despreciar el valor de las desinencias hist¨®ricas que lo cargan de odio, de maniobras, de juego sucio. Es un amplio y rico pa¨ªs, constituido como propiedad privada -su nombre viene de sir Cecil Rhodes, su primer propietario, con la compa?¨ªa que lo conquist¨® y explot¨®, en el siglo XIX-, y que ha mantenido a la minor¨ªa blanca -un 5% de la poblaci¨®n total- dentro de este sentido de propiedad, no s¨®lo de haciendas, sino de vidas y de trabajos forzados. No es de extra?ar que, al final de la era que defend¨ªa principios de racismo y esclavitud, y que se trat¨® de mantener a ultranza mediante la declaraci¨®n unilateral de independencia de 1965 por parte de los blancos, con el rudo iluminado Ian Smith, toda esta vieja presi¨®n salte y se incendie. Sobre todo si maniobras trasnochadas de las momias imperiales de Londres, renovadas desde que est¨¢ en el poder su fuerte admiradora Margaret Thatcher, tratan como pueden de seguir sosteniendo a sus primos blancos y a los privilegios personales y coloniales.
La posibilidad de que Robert Mugabe alcance el poder desespera a los blancos de Ian Smith y a los brit¨¢nicos representados por lord Soames. Se ha desatado contra ¨¦l toda la fuerza de la campa?a, desde las acusaciones de marxista y prosovi¨¦tico, hasta las de terrorista, sin dejar de practicar el terrorismo directo contra ¨¦l, como se ha visto no s¨®lo en este ¨²ltimo atentado, sino tambi¨¦n en otros varios (algunos de sus sostenedores no han podido escapar a la muerte violenta). Incluso se trata de favorecer a Joshua Nkomo, que durante tantos a?os fue el perseguido, el encarcelado y el torturado, en vista de que la candidatura del eclesi¨¢stico Muzorewa, acusado de colaboracionismo y de violaciones del alto el fuego, ha ido disminuyendo en capacidad. La ¨²ltima defensa del sector imperial parece ser ahora la de suspender las elecciones que ¨¦l mismo convoc¨®. Podr¨ªan declararlas imposibles en vista de la ola de violencia que parece disminuir la capacidad de libertad y de decisi¨®n de los votantes. Pero suspenderlas acarrear¨ªa, adem¨¢s de un grave reproche internacional, el estallido de la guerra civil, contenida ahora con un ?alto el fuego? que se viola continuamente.
Esta situaci¨®n tr¨¢gica de un pa¨ªs por donde se cruzan muchas riquezas -el oro- y muchas l¨ªneas de la estrategia mundial con respecto a Africa es, como la mayor¨ªa de los conflictos que se concatenan en el mundo, la herencia de un mundo injusto administrada con toda la irresponsabilidad propia de los due?os de nuestro tiempo.
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