Un mill¨®n de veh¨ªculos evit¨® Ir¨²n

? ... ) Hoy una de estas breves informaciones, para la ocasi¨®n an¨¦cdota, suscita la categor¨ªa de unas reflexiones paticularmente graves. Se trata del mill¨®n menos de veh¨ªculos entrados en la Pen¨ªnsula por la frontera de Ir¨²n el pasado a?o 1979 y en comparaci¨®n con los que la cruzaron 1978.Este es el hecho escueto; al mismo tiempo se le extrae necesariamente una deducci¨®n inmediata, que es la nula atracci¨®n que ofrecen los territorios en que dicha frontera est¨¢ enclavada. No resulta dato consolador que el movimiento aduanero -importaciones y exportaci¨®n- haya aumentado. A fin de cuentas, las rutas que arrancan de Ir¨²n son el camino m¨¢s corto para llegar a extensas ¨¢reas peninsulares, Portugal incluido. Entra dentro de lo l¨®gico, pues, que el tr¨¢fico de mercanc¨ªas y comercial haya podido incrementarse. Pero lo que realmente alarma es el radical descenso en la entrada de veh¨ªculos, ya que el turismo que afluye fronteras adentro es, como de sobra se sabe, preferentemente automovil¨ªstico. Ello quiere decir que los veh¨ªculos tur¨ªsticos que entraban por Ir¨²n, bien se han dirigido a distintas ¨¢reas a partir de los otros pasos fronterizos. bien se ha abstenido de penetrar en territorio espa?ol. Las dos hip¨®tesis expresan una situaci¨®n grave por igual. No es descubrir secreto alguno la baja general del turismo, debido a m¨²ltiples motivaciones, en su mayor parte no de ¨ªndole pol¨ªtica, sino estructural. Pero si esto ocurre en el conjunto espa?ol, no as¨ª en las tierras e¨²skaras.,donde s¨ª es principalmente pol¨ªtica la raz¨®n del absentismo tur¨ªstico. ( ... )

?Soluciones? Por supuesto, la soluci¨®n del problema pasa por la gen¨¦tica del problema vasco, terrorismo incluido.

16 de febrero.