Homenaje a Rodolfo Halffter: la obra para piano por Garc¨ªa Chornet

Continu¨® en la sala de la Fundaci¨®n March el homenaje a Rodolfo Halffier, en su octag¨¦simo aniversano. En medio del mismo clima de la semana anterior -entusiasmo, inter¨¦s, cari?o, satisfacci¨®n por la recuperaci¨®n-, Rodolfo habl¨® brevemente de su obra, la de sus compa?eros de generaci¨®n y la de sus sucesores. Creo que fui el primero en subrayar la idea del mayor de los Halffier como ?puente? entre los disc¨ªpulos de Falla y los compositores espa?oles de 1951. Y aunque fuera el octavo, me sigue pareciendo v¨¢lida y, lo que m¨¢s importa, significa para el propio Rodolfo motivo de alegr¨ªa suponer esa funci¨®n de su magisterio y de su obra. Puente, desde dentro, lo fue tambi¨¦n Gerardo Gombau, capaz de evolucionar internamente antes de hacerlo en el lenguaje. Actitudes as¨ª no s¨®lo son inteligentes, sino, adem¨¢s, generosas. La verdad es que Rodolfo Halffier se asom¨® al quehacer de los m¨¢s j¨®venes con entusiasmo y, en cuanto pudo -y no es poco su ense?anza en Granada y Santiago- les ayud¨®.En el segundo programa dedicado a la obra pian¨ªstica de R. Halffter, Perfecto Garc¨ªa Chornet, con seguridad de criterio y de t¨¦cnica, expuso las dos primeras sonatas, las lejanas y neoscarlattianas Sonatas del Escorial, de 1928, y algunas de sus obras recientes: el Homenaje a Rubinstein (1973), un ?nocturno? muy bello de atm¨®sfera y extraordinariamente preciso de escritura; Facetas (1976), en las que a trav¨¦s de su lenguaje postserial se transparentan algunos componentes permanentes en la m¨²sica de Halffter, y, en fin, Secuencia (1977), un tr¨ªptico derivado de un ¨²nico material b¨¢sico, sobre el que declaro mi preferencia sin rodeo. Me parece que el compositor accede a una suerte de ?nueva libertad? a partir de todas sus experiencias y evoluciones anteriores. M¨²sica de gran belleza sonora, de depurada y flexible escritura, no creo (jugando a las adivinaciones y en contra de lo que dijo el propio Rodolfo) que Falla la hubiera rechazado por no ajustarse a principios de tonalidad funcional. Pero s¨ª ha sabido cultivar exigencias fallescas aplicadas a otros supuestos. Exito grande para Halffter y su excelente int¨¦rprete, Perfecto Garc¨ªa Chomet, as¨ª como para los organizadores de dos audiciones tan significativas como ¨²tiles.