Los comunistas franceses mantienen un calcudado aislamiento tras la crisis de Afganist¨¢n
La grave crisis internacional que vive el mundo desde que las tropas sovi¨¦ticas invadieron Afganist¨¢n ha incidido en Francia como en ning¨²n otro pa¨ªs de Europa occidental. El protagonista y generador de la nueva guerra fr¨ªa que vive el pa¨ªs vecino ha sido el Partido Comunista franc¨¦s (PCF), que, una vez m¨¢s, de vuelta al gueto, se declara el ?¨²nico defensor de los derechos del hombre y de los trabajadores?. Frente al PCF, panegirista encendido de la pol¨ªtica de la URSS, se ha realizado una especie de uni¨®n sagrada del resto del pa¨ªs. Nuestro corresponsal en Par¨ªs, en un primer cap¨ªtulo, informa hoy sobre la actuaci¨®n y las motivaciones de los comunistas.
El primer s¨ªntoma palpable del ?giro hacia el Este del PCF?, seg¨²n expresi¨®n de un dirigente socialista, hay que buscarlo en 1977, cuando los comunistas pretextaron el ?giro a la derecha? del Partido Socialista para iniciar el proceso de ruptura de la Uni¨®n de la izquierda, que iba a consumarse con el fracaso estruendoso en las elecciones legislativas de 1978. Desde entonces, el peregrinaje del PCF hacia el ghetto, en el que ya vivi¨® tras la segunda guerra mundial, no ha hecho m¨¢s que acelerarse hasta que, en diciembre ¨²ltimo, estall¨® el asunto afgano. El viaje a Mosc¨², en enero pasado, del l¨ªder del partido, Georges Marchais, para regresar izando la bandera de un prosovietismo declarado y provocador para la gran mayor¨ªa de la sociedad francesa, fue el detonador de todo lo que ha sucedido desde entonces y que, de un par de semanas a esta parte, - ha alcanzado el cenit que seguramente buscan los comunistas franceses: quedarse solos frente al resto del pa¨ªs. Las motivaciones de este nuevo comportamiento de los comunistas galos nadie las explica con precisi¨®n, pero a pesar de los excesos del se?or Marchais, cuyos ?n¨²meros? dan pie a toda la gama-posible de iron¨ªas, nadie imagina ni un solo instante que este giro de 180 grados el PCF no ha sido calculado meticulosamente. Existen razones electoralistas, contra el Partido Socialista y de cara a los movimientos de extrema izquierda. La solidaridad con la URSS y con las luchas revolucionarias en el mundo ser¨ªa otra explicaci¨®n de la ?virginidad revolucionaria? que desea recobrar el PCF. Abundan las exhortaciones de los dirigentes comunistas a sus militantes: Pierre Junquin, miembro de la direcci¨®n, escrib¨ªa d¨ªas pasados: ??C¨®mo se van a batir los obreros por el socialismo si creen que el balance de los pa¨ªses socialistas es negativo?? El director del ¨®rgano del PCF L'Humanit¨¦, Roland Leroy, expresaba otra vertiente de las motivaciones del partido: ?El objetivo esencial de la guerra ideol¨®gica del gran capital consiste en hacer dudar a los obre ros del papel del partido, de su direcci¨®n y de su l¨ªnea. La direcci¨®n, los militantes y la prensa del partido desarrollan una guerra que pone fin a la etapa que, hace veinte a?os, coincidiendo con la instauraci¨®n de la V Rep¨²blica gaullista, llev¨® al PCF, a principios de los a?os setenta, a ser considerado ?un partido como los otros? por una mayor¨ªa de los franceses. Los medios de informaci¨®n no comunista, los disidentes, el capitalismo, todas las formaciones pol¨ªticas del pa¨ªs son la diana de esta batalla desencadenada por el PCF que, para las dos ¨²ltimas generaciones de franceses, resulta una novedad m¨¢s o menos insospechada. ?El capitalismo es un asesino?, exclam¨® hace tres d¨ªas el se?or Marchais en una rueda de prensa organizada para anunciar la creaci¨®n de su Comit¨¦ de Defensa de los Derechos del Hombre. Y, a continuaci¨®n: ?Sajarov es un partidario de Pinochet.? ?Los capitalistas quieren boicotear los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨² para que los occidentales que viajen a la URSS no vean lo bien que se vive en los pa¨ªses socialistas.? ?Los derechos del hombre somos los comunistas?. Desde anteayer, los intelectuales que practican la contestaci¨®n dentro del PCF, como el historiador Jean Ellenstein y el profesor Jean Rony, reciben cartas de las c¨¦lulas de base en las que les invitan a abandonar el partido. Esta campa?a del PCF ha provocado un aut¨¦ntico diluvio de acusaciones contra los comunistas en toda Francia y, paralelamente, ha alimentado las ilusiones m¨¢s acariciadas por los anticomunistas viscerales. Incluso a la prensa y a los dirigentes pol¨ªticos que intentan mantener la cabeza fr¨ªa les resulta dif¨ªcil aguantar la avalancha revolucionaria del PCF. Ayer, el editorialista del diario Le Matin, de tendencia socialista, daba el tono general que domina en el pa¨ªs: ?Conviene seguir escuchando a Georges Marchais como a un dirigente pol¨ªtico, pero ya no estamos seguros de que haya que continuar consider¨¢ndolo como a un hombre responsable. Algunas declaraciones suyas ofrecen signos inquietantes.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.