Ayer

cumpli¨® ochenta a?os el, sin duda, ?mejor director de cine aragon¨¦s?, como gusta ¨¦l mismo de definirse: Luis Bu?uel. Naci¨® el 22 de febrero de 1900 en Calanda, Teruel, y se ha convertido en uno de los mitos vivientes de la cinematograf¨ªa y la cultura del siglo XX. En 1917, tras estudiar con los jesuitas -hecho que marc¨® notablemente su concepci¨®n del mundo-, se traslad¨® a Madrid y se aloj¨® en la Residencla de Estudiantes. En 1921 fue campe¨®n de Espa?a de boxeo amateur y su capacidad de l¨²cida provocaci¨®n se puso de relieve en sus dos primeras pel¨ªculas, Un perro andaluz (1928), en colaboraci¨®n con Salvador Dali, y La edad de oro (1930), en la que interven¨ªan, en tre otros, Max Ernst, Pierre Prevert y Paul Eluard, es decir, buena parte de los surrealistas. Dos a?os m¨¢s tarde rod¨® en Espa?a Las Hurdes, tierra sin pan. Espa?a y el surrealismo volvieron a unirse en la obra del realizador en 1961, con motivo de Viridiana, primera pel¨ªcula que rodaba en su pa¨ªs desde la guerra civil. En aquella ocasi¨®n, la pel¨ªcula fue presentada al Festival de Cannes, en donde consigui¨® la Palma de Oro. Su etapa mexicana comenz¨® en 1947, con Gran casino, y finaliz¨®, al menos por ahora, en 1965, con Sim¨®n del desierto. Desde entonces rod¨® fundamentalmente en Francia (Belle de jour, La v¨ªa l¨¢ctea, El discreto encanto de la burgues¨ªa y El fantasma de la libertad) y Espa?a (Tristana y Ese oscuro objeto del deseo). La obra de Luis Bu?uel puede ser resumida como un feroz canto a la libertad individual, lo que conlleva una dura cr¨ªtica a todas las instituciones totalitarias de la sociedad: poder pol¨ªtico, jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, fanatismo ideol¨®gico, impregnado de un saludable sentido del humor.