Mazazo al movimiento campesino

La decisi¨®n gubernamental de no negociar los precios de los productos agrarios sometidos a regulaci¨®n de campa?a entra?a un paso atr¨¢s en los planteamientos pol¨ªticos del partido en el poder y, muy especialmente, de uno de sus m¨¢ximos dirigentes: Fernando Abril. No hay que olvidar que el hoy vicepresidente econ¨®mico fue el primer titular de Agricultura que accedi¨® a entrevistarse con las organizaciones campesinas, ni que el compromiso de negociar los precios agrarios fue incluido en los pactos de la Moncloa, uno de cuyos principales inspiradores fue tambi¨¦n Abril.Como alternativa a la negociaci¨®n, el Gobierno ha incorporado las consultas, intentando justificar su actitud con la aseveraci¨®n ?los decretos no se negocian?. De paso, hasta se ha afirmado que la negociaci¨®n directa con las organizaciones campesinas no tiene parang¨®n en Europa, olvidando quiz¨¢ que los agricultores europeos tienen institucionalizados canales de representaci¨®n directa en los organismos competentes y que el FORPPA adolece en Espa?a de una absoluta falta de participaci¨®n sectorial. Tampoco parece tenerse en cuenta que la pol¨ªtica agraria de la CEE-precios incluidos- se fija, previo debate, en el Parlamento Europeo.

Lo cierto es que la decisi¨®n de no negociar los precios agrarios es b¨¢sicamente una apuesta pol¨ªtica, con el claro objetivo de anular a las organizaciones campesinas claramente representativas. Ello despu¨¦s de que los sucesivos intentos de UCD para crear un sindicato agrario de obediencia centrista hayan culminado en el m¨¢s absoluto fracaso. A nadie se oculta el importante aparato de poder que constituyen las C¨¢maras Agrarias, ni el trascendente aporte electoral que entra?a un control del medio rural.

El principal punto de fricci¨®n entre el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno y su ministro de Agricultura, cara a la negociaci¨®n de los precios agrarios, ha sido el tope m¨¢ximo de incremento, a efectos de su repercusi¨®n en el ¨ªndice de precios al consumo. Mientras Fernando Abril se siente m¨¢s inclinado a recuperar las viejas tesis laureanistas de perpetuar la transferencia desordenada de recursos del sector agrario a los restantes de la actividad, Jaime Lamo aboga por una reordenaci¨®n efectiva de todo el medio agr¨ªcola. Mientras el vicepresidente se empe?a en controlar a toda costa el crecimiento de la inflaci¨®n por la v¨ªa de someter los precios en origen, el ministro de Agricultura aboga por un reparto de recortes entre el intocado, y posiblemente intocable, segmento de la comercializaci¨®n y los productores agrarios, a la hora de contener el encarecimiento de los productos alimenticios.

Desde antes de la ¨²ltima dimisi¨®n de Jaime Lamo-retirada a ¨²ltima hora, a instancias del presidente Su¨¢rez-, la pol¨ªtica agraria del Gobierno pasa por el eje que constituyen el presidente del FORPPA, Luis Garc¨ªa, y el subsecretario del Ministerio de Agricultura, Luis Mardones. Ambos son antiguos amigos del vicepresidente econ¨®mico, y no se descarta que cualquiera sustituya al actual ministro, cuya permanencia en el cargo es cada d¨ªa m¨¢s problem¨¢tica. Durante la ¨²ltima semana han sido frecuentes las reuniones y entrevistas entre Fernando Abril y Luis Garc¨ªa, en las que el presidente del FORPPA y probable socio del vicepresidente Abril ha adoptado presumiblemente la decisi¨®n final de no celebrar negociaciones con las organizaciones campesinas.

Mientras, los colectivos m¨¢s representativos del agro espa?ol estudian y debaten las posiciones a adoptar, en unas circunstancias poco favorables para sus prop¨®sitos. La mayor parte de las organizaciones campesinas se encuentran en aguda fase de debilitamiento y perciben claramente c¨®mo el Gobierno, consciente de su debilidad, intenta anularlas definitivamente. Todo parece indicar que est¨¢ a punto de conseguirlo.