Asesinado por error el abogado madrile?o Adolfo Cotelo
Adolfo Cotelo Villarroel, abogado de cincuenta a?os de edad, padre de nueve hijos y actualmente director de los estudios de doblaje Exa, fue asesinado ayer, sobre las nueve de la ma?ana, a pocos metros de su domicilio. Mar¨ªa Teresa, una de sus hijas peque?as, a las que acompa?aba al colegio, result¨® gravemente herida en un ojo. Ha sido detenido uno de los presuntos autores del atentado, el supuestamente palestino Said Al¨ª Salman, que el pasado 18 de febrero lleg¨® a Espa?a, procedente de Om¨¢n, y que, al parecer, proyectaba asesinar a Max Mazin, presidente honorario de la comunidad jud¨ªa de Madrid y directivo de la secci¨®n espa?ola de la asociaci¨®n jud¨ªa B'nai B'rith.
Al parecer, Adolfo Cotelo y el ex vicepresidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE) guardaban cierto parecido f¨ªsico, adem¨¢s de ser ambos vecinos de Eduardo Dato, 19, circunstancias ¨¦stas que pudieron motivar la equivocaci¨®n del pistolero, que llevaba en el pasaporte, posteriormente encontrado por la polic¨ªa, una foto del empresario.El ch¨®fer de Max Mazin hab¨ªa estacionado su autom¨®vil frente al domicilio de su jefe, que tendr¨ªa que bajar a la calle, como cada ma?ana, entre las nueve y las 9.15 horas. A las nueve y cinco, seg¨²n calcul¨® el due?o de un quiosco de prensa cercano a la casa, Dionisio Yag¨¹e, sali¨® a la calle el abogado Cotelo con sus dos hijas peque?as, a las que, tras haber o¨ªdo misa en la cercana iglesia de San Ferm¨ªn de los Navarros, iba a acompa?ar al colegio. El se?or Cotelo conduc¨ªa un Seat 131 Familiar, que, siguiendo su itinerario habitual, tuvo que detener a la altura del sem¨¢foro, en la esquina de la glorieta de Rub¨¦n Dar¨ªo. Algunos testigos cuentan que para entonces un hombre, junto al portal del n¨²mero 19 de Eduardo Dato, hab¨ªa alzado un peri¨®dico en alto, ?como quien hace una se?al?. En cualquier caso, y desde la acera, un joven de rasgos ¨¢rabes abri¨® instantes despu¨¦s su gabardina blanca, por la que apareci¨® una peque?a metralleta, similar a la c¨¦lebre Marietta, y dispar¨® contra el conductor del 131 por la ventanilla del acompa?ante. Dionisio Yag¨¹e oy¨® tres descargas, y un oficinista afirm¨® haber distinguido hasta ?seis disparos, que escuch¨¦ con toda nitidez desde mi despacho?. El ch¨®fer de Max Mazin sali¨® de su coche y se dirigi¨® al de la v¨ªctima. ?Es Cotelo, est¨¢ muerto?, dijo. Un automovilista, igualmente parado en el sem¨¢foro, dijo haber visto salir huyendo al autor del atentado, y coment¨® que lo podr¨ªa reconocer. Dentro del Seat quedaba el cad¨¢ver del abogado, destrozado por los proyecti les, y Mar¨ªa Teresa Cotelo O?ate, de siete a?os, en el asiento contiguo, con la cara cubierta de sangre. Su hermana hab¨ªa escapado corriendo hacia la casa. Cuando fue trasladada hacia la cl¨ªnica El Cisne, donde se le examin¨® y diagnostic¨® cortaduras por cristal, que han penetrado en la c¨®rnea, y un fuerte shock traum¨¢tico, quedaban en el coche una cartera de colegio, un cuaderno y, colgado en el mando del encendido, un rosario. Quedaban tambi¨¦n, en un muro de los n¨²meros impares de Eduardo Dato, algunos impactos de bala apenas se?alados. Uno de los testigos presenciales marc¨® el n¨²mero de la polic¨ªa. Algo despu¨¦s de las diez, el juez ordenar¨ªa levantar el cuerpo.
Desde la central de la Puerta del Sol, y seg¨²n fuentes policiales, se puso en marcha el mecanismo previsto para estos casos, y que consiste en la situaci¨®n de diversos coches policiales en puntos estrat¨¦gicos de la zona. Se movilizaron, pues, las unidades adscritas al nuevo Servicio de Seguridad Ciudadana y las de la comisar¨ªa de Chamber¨ª, algunas de las cuales tratar¨ªan de cortar el camino del autor del atentado, quien, seg¨²n los primeros testigos, habr¨ªa salido corriendo calle arriba. Dos de los agentes, que iban a pie hacia la glorieta de Rub¨¦n Dar¨ªo, detuvieron un autom¨®vil que conduc¨ªa un particular, tratando de neutralizar un posible trayecto del fugitivo desplaz¨¢ndose por la calle de Rafael Calvo, paralela a Eduardo Dato, calle que actualmente circula en sentido ¨²nico hacia Rub¨¦n Dar¨ªo, para seguir inmediatamente por Joaqu¨ªn Garc¨ªa Morato. Por fin, junto a la calle Manuel Cortina vieron a un hombre de rasgos ¨¢rabes y gabardina blanca que respond¨ªa a las primeras descripciones. Cuando le fueron a detener intent¨® hacer uso de nuevo de su arma, por lo que los agentes debieron actuar por la fuerza. Tras un violento forcejeo qued¨® reducido el hombre, que hasta el momento estaba indocumentado y, en cambio, llevaba en un bolsillo una granada de mano, adem¨¢s de la metralleta, sin marca ni n¨²mero y de tipo similar a las Marietta. ? ?No me peguen, no me peguen!?, dijo en castellano, antes de ser conducido a la Direcci¨®n General de Seguridad, donde est¨¢ siendo interrogado con ayuda de un int¨¦rprete, dado que, seg¨²n las mismas fuentes policiales, desconoce nuestra lengua.
En un interrogatorio posterior se fij¨® su actual domicilio, en una pensi¨®n de la zona de Sol. En su habitaci¨®n se encontraba el pasaporte a nombre de Said Al¨ª Salman, de veintisiete a?os, expedido en el Sultanato de Om¨¢n y sellado en Barajas el 18 de febrero pasado. En el mismo pasaporte constaba el visado extendido por el consulado italiano en Madrid, que permit¨ªa a Said Al¨ª Salman pasar ocho d¨ªas en Italia. Y entre las p¨¢ginas del mismo documento, la polic¨ªa encontr¨® lo que consider¨® prueba del error y del intento: una fotograf¨ªa de Max Mazin.
Casi inmediatamente de ser perpetrado el atentado que cost¨® la vida a Adolfo Cotelo Villarreal, y tras descartar sus familiares que hubiera ninguna causa ni amenaza previa sobre el abogado, se comenz¨® a barajar la hip¨®tesis del crimen por error. Efectivamente, tanto una hermana como el padre de la v¨ªctima, que con pocos minutos de intervalo reconocieron el cad¨¢ver todav¨ªa en el interior del coche, manifestaron su extra?eza ante el hecho, y negaron cualquier filiaci¨®n pol¨ªtica del empresario fallecido, que, casado con Mar¨ªa Teresa O?ate, era cu?ado de Virgilio O?ate, ex ministro de Agricultura, y cu?ado tambi¨¦n de Eugenio Font¨¢n, director general de la cadena SER. Alg¨²n vecino dijo que ?era una excelente persona?, y alguno m¨¢s afirm¨®, que era cat¨®lico practicante y que asist¨ªa a misa todos los d¨ªas.
La hip¨®tesis de que el destinatario de la muerte era el empresario espa?ol Max Mazin, dada por cierta por la existencia de la fotograf¨ªa en manos del s¨²bdito de Om¨¢n Said Ali Salman, se barajaba al principio con otras dos: la de que los tiros fueran destinados a otro de los habitantes de Eduardo Dato, 19; al teniente general De Santiago y D¨ªez de Mend¨ªvil, ex vicepresidente del Gobierno, que fue sustituido por el teniente general Guti¨¦rrez Mellado, o al diplom¨¢tico Manuel Alabart Fern¨¢ndez-Cavada, actualmente director de Relaciones Econ¨®micas con Am¨¦rica. Hip¨®tesis definitivamente descartada.
Condena de la OLP
La oficina madrile?a de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) difundi¨®, a ¨²ltima hora de la ma?ana de ayer, un comunicado en el que se condenaba el asesinato. ?A trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n?, se dice en la nota, ?nos hemos enterado del asesinato de Adolfo Cotelo Villarreal a manos de un asesino que pretende ser de origen palestino. Queremos reafirmar que la OLP condena todo tipo de violencia fuera de Palestina ocupada. Por consiguiente, condena en¨¦rgicamente al criminal y su crimen, aunque sea de supuesto origen palestino. La oficina de la OLP en Madrid presenta sus m¨¢s profundos sentimientos de dolor a la familia del se?or Cotelo y pide a las autoridades espa?olas que castiguen duramente al criminal asesino.?
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