Refer¨¦ndum andaluz

El resultado ha sido contundente: m¨¢s del 55% de los andaluces -censo oficial-, lo que en la pr¨¢ctica vendr¨¢ a suponer m¨¢s del 60%, han dicho s¨ª al art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n, a pesar de las trabas y procedimientos discriminatorios y antidemocr¨¢ticos del Gobierno.Hoy se nos dice que porque una provincia, que representa el 6,35%, se ha quedado a siete puntos de la cota exigida los andaluces no tendremos la autonom¨ªa pedida. Con an¨¢logo criterio, los espa?oles no tendr¨ªamos la actual Constituci¨®n, pues en el Pa¨ªs Vasco no se lleg¨® ni al 50% de participaci¨®n. Con an¨¢logo criterio, los catalanes no andar¨ªan ahora inmersos en un proceso electoral.

Si hoy o ma?ana los partidos particulares que pidieron el s¨ª, que hicieron toda suerte de propaganda y que claramente expusieron las diferencias -como lo hizo el se?or Clavero- entre ambos procedimientos, reniegan del importante compromiso contra¨ªdo, si dicen: ??Qu¨¦ se le va a hacer! Aceptamos la v¨ªa del 143? -con peros o sin ellos-, estar¨¢n defraudando a todo un pueblo, habr¨¢n demostrado que no son dignos del pueblo andaluz, habr¨¢n conseguido que el desencanto de la democracia aumente vertiginosamente en Andaluc¨ªa. Y el despegue de los ciudadanos de las instituciones es tan peligroso que puede poner al mismo sistema en la picota. Si ello ocurre, habr¨¢n conseguido la radicalizaci¨®n de los que se sienten burlados por partida doble, se le habr¨¢ dado la raz¨®n a aquellos que dicen'que s¨®lo con metralletas es posible hacerse o¨ªr, habr¨¢n impulsado que de las primitivas agresiones a mano o arma blanca se pase a otro tipo de violencia.

El pueblo andaluz no ha pedido, ni quiere, el Estatuto de Carmona, consensuado por el 143 quiere el procedimiento bien diferenciado del 151 y luego votar su Estatuto; en definitiva, ser part¨ªcipe de su propio r¨¦gimen estatutario.

El pueblo andaluz ha ganado moral y pol¨ªticamente. S¨®lo hay un camino: presentar los pertinentes recursos legales -ante tanta cacicada y burla-, si es preciso; invalidar el refer¨¦ndum globalmente, corregir el censo y volverlo a celebrar. No decimos modificar la ley de refer¨¦ndum -que debe hacerse para no discriminar a unos pueblos respecto de otros y evitar as¨ª el incumplimiento de la Constituci¨®n-, porque, sin necesidad de ello, se ha ganado en todas las provincias.

Hoy, m¨¢s a¨²n que sobre el propio Gobierno, cae por entero sobre los partidos, organizaciones y personalidades partidarios del s¨ª la responsabilidad de consolidar el sistema democr¨¢tico. Ellos tienen la palabra, pero si no cumplen sus obligaciones, que jam¨¢s vengan a hablarnos.