Paco, el guarda, busca vivienda a sus ochenta a?os

Francisco Sep¨²lveda, Paco, a punto de cumplir ochenta a?os, contemplaba ayer con cierta inquietud el traslado de la ciudad de la chatarra, que durante a?os ¨¦l ha estado encargado de guardar a cambio de unas escasas propinas que le permit¨ªan subsistir.?He estado viviendo como los marranos. Entre ratas y rateros?, comenta socarronamente; ?ahora me tirar¨¢ n tambi¨¦n la casa, pero y yo ?d¨®nde me meto?? Esta tarde, a las 6.30, tiene una cita con el presidente, de la junta municipal, quien asegura que le va a encontrar vivienda ya mismo, aunque ayer Paco no se lo acababa de creer.

Paco Sep¨²lveda, extreme?o de nacimiento, lleg¨® a Madrid hace muchos a?os, no sabe cu¨¢ntos, cuando se le cas¨® una hija que ahora vive en Parla y a la que ve muy de tarde en tarde. Hace quince a?os, con su mujer y una nieta, se construy¨® con restos de lat¨®n una chabola en medio de la chatarra. Los industriales le dejaron quedarse a cambio de que vigilara los desguaces y le daban unas propinas que, seg¨²n Paco, eran una aut¨¦ntica miseria.

?Pero hace siete a?os, cuando se muri¨® mi mujer y luego se fue mi nieta, yo ya dije que no me encargar¨ªa de vigilar nada. Con la pensi¨®n del Estado que tengo, aunque sea otra miseria, yo puedo vivir, pero lo que ya no puedo es ponerme ahora a buscar una casa y encima pagarla.? Estos d¨ªas, dice que tiene que vigilar con mucho ciudado que no le quiten sus cosas: las fotograf¨ªas que tiene de su mujer y su nieta, la cama, los cacharros. ?Es lo ¨²nico que me queda, y s¨®lo falta que, venga un listo y me lo quite.?