Tensiones en la mayor¨ªa gubernamental portuguesa
Menos de tres meses despu¨¦s de su victoria electoral, la coalici¨®n de centro-derecha en el poder en Lisboa evidencia problemas y malestar internos.No ser¨ªa justo hablar de divergencias en el seno de un frente cuyas principales componentes realzaron siempre su deseo de autonorn¨ªa y personalidad propia. Tampoco cabe ignorar que la oposici¨®n cifra sus principales esperanzas en la ruptura de la coalici¨®n y est¨¢ siempre al acecho de la menor oportunidad para denunciar y exasperar las contradicciones del Gobierno y de su mayor¨ªa; pero es tambi¨¦n ilusorio, por parte del poder, intentar justificar con ?maniobras de la oposici¨®n? estas mismas contradicciones.
Las tensiones existentes en el seno de Alianza Democr¨¢tica, susceptibles de degenerar o no en crisis, se desarrollan a varios niveles.
Hay problemas de orientaci¨®n fundamental, en materias tan importantes como la pol¨ªtica exterior y la estrategia a seguir cara a las elecciones presidenciales. En los dos casos, los dem¨®cratas cristianos del CDS evidencian una mayor decisi¨®n y coherencia interna que los socialdem¨®cratas del PSD. La existencia de varias tendencias o ?sensibilidades? en el partido de Sa Carneiro origin¨® un serio enfrentamiento en el seno de la direcci¨®n de la federaci¨®n de Lisboa del PSD.
M¨¢s dif¨ªciles de explicar son las contradicciones registradas al m¨¢s alto nivel jer¨¢rquico en el PSD, acerca de la eventualidad de la candidatura presidencial de Sa Carneiro.
Mala imagen
Lo menos que se puede decir es que el Gobierno se muestra particularmente infeliz en sus esfuerzos para crear la imagen de competencia, decisi¨®n y honradez prometida al electorado durante la campa?a.Es tambi¨¦n verdad, corno lo afirma el Gobierno, que los partidos de izquierda tampoco han conseguido hasta la fecha encontrar una estrategia alternativa, pero, como afirmaba un dirigente socialista, ?el privilegio de la oposici¨®n es criticar; el deber del Gobierno es gobernar?. En un per¨ªodo electoral como el que vive Portugal, la imagen del poder es tan importante como el propio poder, y la imagen del Gobierno no es buena.
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