"Editora Nacional servir¨¢ a la cultura sin sectarismos"

Jos¨¦ Luis Castillo Puche, presidente de Editora Nacional, organismo aut¨®nomo reci¨¦n remodelado por el Ministerio de Cultura, ha dicho a EL PAIS que ?su posici¨®n es de apertura a los escritores de todas las tendencias, de puesta en servicio de la Editora Nacional respecto a las necesidades culturales de la sociedad espa?ola, de acudir a los lectores donde est¨¦n y si no est¨¢n, crearlos?.

Concibe su trabajo como de animaci¨®n cultural, que favorezca a ?esos escritores buenos, pero desconocidos; a esos finalistas eternos, pero llenos de tes¨®n; esos poetas que tienen algo que decir y que hay que descubrir?,- y est¨¢ dispuesto a abandonar ?si no conseguimos hacer de Editora Nacional algo que ponga contentos a los escritores y algo que est¨¦ en servicio de la cultura de una manera abierta, sin sectarismos y sin recomendaciones?.? Si no tuviera la esperanza de que Editora Nacional va a ser algo distinto, con otra imagen y otro rango, no hubiera aceptado este puesto?, dice el se?or Castillo Puche. ?Y estoy convencido de que lo vamos a conseguir.? ?Estoy particularmente contento porque en el consejo asesor de Editora Nacional va a haber escritores y tambi¨¦n editores y libreros. La presencia de los editores permitir¨¢ llegar a acuerdos de posibles coediciones y otras formas de la acci¨®n subsidiaria de Editora Nacional.? ?Y, por otra parte?, dice el se?or Castillo Puche, ?me alegra tambi¨¦n la elecci¨®n del se?or De la Puente como director, porque ¨¦l, adem¨¢s de funcionario, es un hombre educado en un mundo de inquietudes intelectuales y culturales, licenciado en letras y disc¨ªpulo de Zubiri, y un tiempo secretario de Revista de Occidente. ?

El tema de la intervenci¨®n subsidiaria de Editora Nacional suscita en esta entrevista el de la situaci¨®n de algunas editoriales en los ¨²ltimos a?os. Algunos casos flagrantes, como la desaparici¨®n de Barral y Alfaguara, y la necesidad de que algunas de sus colecciones se habla en concreto del caso reciente de Cl¨¢sicos Alfaguara deber¨ªan estar subvencionados de alg¨²n modo por el Estado. Preguntado por el posible papel de Editora Nacional en este terreno, su nuevo presidente dijo: ?De los casos concretos s¨®lo puedo decirte que son casos a estudiar, ¨¦stos y otros. No creo que en ning¨²n caso el nuestro sea un apoyo global a ciertas firmas, sino m¨¢s bien un apoyo selectivo a determinados t¨ªtulos, por su necesidad o por su oportunidad, etc¨¦tera. Creo que esa labor, en cambio, en otros pa¨ªses la resuelven las fundaciones, que es adem¨¢s como pueden satisfacer a Hacienda. En cualquier caso, Editora Nacional lo que s¨ª tiene que hacer es poner todos sus medios para sensibilizar al p¨²blico de las situaciones en lo que ¨¦stas tienen que ver con la cultura y la vida social. No descarto posibles convenios, naturalmente, pero habr¨¢ que estudiar caso por caso.?

Tambi¨¦n habr¨¢ que estudiar, ?caso por caso?, los problemas que ha heredado la actual Editora Nacional de su anterior gerencia. ?No se trata?, dice, ?de volver todo al rev¨¦s, pero si se plantean los problemas, se van a estudiar uno por uno y a resolver.? Los problemas -le digo est¨¢n planteados. Un par¨®n de varios a?os en la producci¨®n editorial, el final de una l¨ªnea editorial que fue muy esperanzadora en su momento, algunas colecciones que se han limitado a producir lo que programaron y contrataron sus directores, ahora despedidos, esos mismos casos de despido que a¨²n no ve clara su procedencia, libros retirados por sus autores en solidaridad con los despedidos de Editora, colecciones enteras suspendidas, como Ediciones del Centro. ?La pol¨ªtica del libro tiene que ser nueva?, dice el se?or Castillo Puche. ?Lo que puedo decir ahora es que no se va a cerrar nada de lo que existe y que se van a crear nuevas ideas y nuevas colecciones. Tambi¨¦n puedo decir que esto no se va a hacer de una manera caprichosa: el criterio es sacar adelante lo que sea de bien com¨²n y de inter¨¦s cultural. ?