La inesperada victoria de Kennedy en Nueva York y Connecticut supone, una seria advertenciapara Carter
La inesperada victoria del senador dem¨®crata Edward Kennedy en las elecciones primarias celebradas el martes en los Estados de Nueva York y Connecticut constituye una sorpresa pol¨ªtica de talla, en la medida en que da un giro a la campa?a electoral presidencial de Estados Unidos. Representa, sobre todo, un rechazo para el presidente Jimmy Carter de su actual pol¨ªtica econ¨®mica y de relaciones exteriores, especialmente en el tema palestino. El actual presidente contin¨²a en primera posici¨®n en n¨²mero de delegados (747 contra 399), que en la convenci¨®n del Partido Dem¨®crata del mes de agosto nombrar¨¢n el candidato dem¨®crata a la elecci¨®n presidencial del 4 de noviembre. Sin embargo, el triunfo de Kennedy -calificado de ?inesperado? e ?hist¨®rico? por el diario The New York Times-, enturbia la carrera de Carter hacia su reelecci¨®n.
Las restantes primarias deber¨¢n demostrar si el fen¨®meno Kennedy se limita a lo sucedido en los Estados de Nueva York y Connecticut, junto a la victoria hace tres semanas en su Estado natal de Massachussetts, o por el contrario los ciudadanos norteamericanos comienzan a sensibilizarse profundamente ante la discutible pol¨ªtica de Carter eri lo econ¨®mico, con una previsi¨®n de inflaci¨®n del orden del 18% anual; y en lo exterior, sobre todo en Oriente Pr¨®ximo, donde la actitud de la Administraci¨®n Carter en relaci¨®n con el tema palestino se salda con el voto de losjud¨ªos norteamericanos para Kennedy.Entre los republicanos, el ex gobernador de California, Ronald Reagan, gan¨® el mayor n¨²mero de delegados en Nueva York, garantiz¨¢ndose pr¨¢cticamente la investidura de su partido, en julio pr¨®ximo en Detroit, como candidato a la Casa Blanca. Georges Bush gan¨® a Reagan en el Estado de Connecticut y el republicano-liberal John Anderson demostr¨® que su programa encuentra un buen eco entre el electorado joven.
I love New York (?Amo a Nueva York ?) exclam¨®, jubiloso, Edward Kennedy, rodeado de su mujer Joan y su hijo Edward, en medio de centenares de entusiastas seguidores que aclamaban su triunfo en un c¨¦ntrico hotel de Manhattan. Veinticuatro horas antes de las elecciones primarias, todos los sondeos de opini¨®n daban a Kennedy como perdedor, a pesar de disminuir sus diferencias con Carter. Una vez m¨¢s los sondeos se equivocaron y la realidad invirti¨® las previsiones. Kennedy gan¨® a Carter por el 59% contra el 41 % en el Estado de Nueva York y por 47 % contra 41 % en el Estado de Connecticut. Unas diferencias de dieciocho puntos en el primero de los Estados que horas antes del voto posiblemente, no so?¨® ni el propio Kennedy.
?Ha sido un refer¨¦ndum popular contra la pol¨ªtica de Carter. El pueblo de Nueva York y de Connecticut ha dicho claramente, con potencia y con fuerza, que la pol¨ªtica de la Administraci¨®n Carter es inadeculada para las familias trabajadores de este pa¨ªs?, afirm¨® Kennedy.
Muchos comentaristas de la prensa y la televisi¨®n dudan que el factor del voto jud¨ªo, negro e hispano -que apoy¨® casi masivamente a Kennedy en el Estado de Nueva York- se repita en las restantes primarias. No excluyen, sin embargo, que cale entre la poblaci¨®n la oposici¨®n a la pol¨ªtica econ¨®mica de Carter, que ha supuesto, adem¨¢s del fuerte aumento de precios, una subida dr¨¢stica del cr¨¦dito bancario, la limitaci¨®n del uso de las populares tarjetas de cr¨¦dito, el aumento del precio de la gasolina y la reducci¨®n de la ayuda financiera del Gobierno federal para las grandes ciudades.
?El presidente no cambiar¨¢ su estrategia electoral?, coment¨® lac¨®nicamente en Washington Jody Powell, portavoz de la Casa Blanca, felicitando a Kennedy por su ¨¦xito electoral. Hasta ahora, el presidente Carter ha dejado su campana electoral en manos de su vicepresidente, Walter Mondale, de su esposa, Rossalyn, y su jefe de campa?a electoral, Robert Strauss. Carter ha justificado hasta ahora su aparente desinter¨¦s por el elector gracias a los importantes problemas internacionales centrados en la situaci¨®n de los cincuenta rehenes norteamericanos en Teher¨¢n y la invasi¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n. Los hechos pueden volverse contra el presidente si contin¨²a el bloqueo de la cuesti¨®n iran¨ª y fracasa su intento de boicotear los Juegos Ol¨ªmpicos de verano en Mosc¨².
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