El asesinato del arzobispo de San Salvador
?( ... ) Voz de los que no tienen voz monse?or Romero lo era de verdad, seg¨²n la pr¨¢ctica de los prelados, sacerdotes y laicos cat¨®licos, en todo Latinoam¨¦rica. M¨¢s que en cualquier otro pa¨ªs del subcontinente, tal vez, era necesario que un hombre hablase alto y claro para todos los oprimidos -los campesinos sin tierra, los sindicalistas asesinados, las familias de los desaparecidos y de los presos- Monse?or Romero era el hombre que intentaba, seg¨²n la palabra de la Iglesia de El Salvador en duelo, despertar la conciencla de los id¨®latras del dinero y del poder.En su ¨²ltima homil¨ªa dominical, horas antes de caer bajo las balas de cuatro desconocidos, el prelado, en su af¨¢n de defender a los perseguidos, hab¨ªa franqueado un l¨ªmite que los defensores del orden no pod¨ªan aceptar. Refiri¨¦ndose a los miles de personas asesinadas en las ¨²ltimas semanas en las zonas rurales (guerrilleros asesinados cuando tend¨ªan emboscadas a las fuerzas del orden, seg¨²n la versi¨®n oficial, campesinos asesinados, seg¨²n la Iglesia cat¨®lica), el arzobispo pidi¨®, el domingo d¨ªa 23, a los oficiales y soldados que no obedecieran las ¨®rdenes contrarias a la ley de Dios.
El asesinato del arzobispo de San Salvador es un acontecimiento de extrema gravedad para el pa¨ªs. ( ... ) Plantea un desaf¨ªo al Gobierno de la actual Junta, compuesta en su mayor¨ªa por miembros de la Democracia Cristiana. ( ... ) ?Cu¨¢l puede ser hoy la respuesta de los democristianos salvadore?os ante el martirio del primer representante de la Iglesia cat¨®lica en El Salvador??
26 de marzo
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