Conferencia del fil¨®sofo Lled¨® sobre "Los or¨ªgenes de la democracia"
El ciclo sobre el ?Pensamiento espa?ol contempor¨¢neo?, en la Fundaci¨®n de Investigaciones Marxistas, continu¨® con una conferencia del profesor Emilio Lled¨® sobre Los or¨ªgenes de la democracia. La palabra democracia expresa y esconde, a la vez, una realidad, dijo el conferenciante, porque el lenguaje es manifestaci¨®n de la vida y de los intereses de los hombres. Nadie piensa por el mero placer de pensar: hay siempre un para qu¨¦. Se piensa para vivir, para conformar el propio destino hist¨®rico.El t¨¦rmino ?democracia?, se puede afirmar, ha configurado la historia. Sin embargo, la democracia no es un concepto metaf¨ªsico, inm¨®vil, que planea sobre la historia, nace, se desarrolla y cambia en el proceso dial¨¦ctico de la realidad misma. Para los griegos, que son los primeros que acu?aron este t¨¦rmino, democracia significaba igualdad.
Todos sabemos que la democracia nace en Atenas y de esta forma: el demos es una costra que se crea en torno al castillo del se?or, constituido por siervos de la gleba que terminan por vencer y predominar. As¨ª se cre¨® un poder popular que constituy¨® el suelo hist¨®rico de la democracia. Estos ideales, al la igualdad, superando el dualismo de los que mandaban y obedec¨ªan. La bondad y la justicia eran metas de la democracia. Estos ideales, al ser interiorizados por el individuo, sigui¨® explicando el profesor Lled¨®, operaron una transformaci¨®n moral. Pero la democracia no se podr¨ªa haber llevado a cabo sin una revoluci¨®n institucional, que separ¨® a los arist¨®cratas del poder y lo entreg¨® al pueblo para que ¨¦ste eligiese a los mejores ciudadanos.
La base de la democracia, para el profesor Lled¨®, es la ideal aristot¨¦lica del bien com¨²n, que solamente se puede realizar por el predominio de los intereses colectivos sobre los individuales. Esta realidad democr¨¢tica se expres¨® a trav¨¦s del nomos, que establece la igualdad de los hombres ante la ley. El ideal democr¨¢tico culmina, seg¨²n el profesor Lled¨®, en la paide¨ªa, es decir, en la educaci¨®n de los hombres, en su formaci¨®n por la cultura con la firme convicci¨®n de que todos pod¨ªan llegar ala perfecci¨®n humana, hacerlos mejores. Tambi¨¦n se expres¨® la democracia por el di¨¢logo, el logos compartido, que ya no es privilegio de nadie. Se discut¨ªa en la plaza,? en la calle, ejercicio pr¨¢ctico de la democracia, esp¨ªritu que encarnaron los sofistas. Pero la democracia griega no pudo realizar estos ideales de igualdad, pues la demagogia y la corrupci¨®n la destruyeron, pese a que los dem¨®cratas predicaban la sofrosine, es decir, la mesura o sensatez que vela por la comunidad de intereses frente a la parcializaci¨®n demag¨®gica.
Por ¨²ltimo, el profesor Lled¨® extrajo unas consecuencias del valor ideal de la democracia griega para nuestra incipiente democracia espa?ola: esta democracia fracasar¨¢ si no se crean instituciones que borren las tremendas desigualdades existentes y ense?en a los espa?oles a amar y a convivir.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.