Espontaneidad y respeto

En la cr¨®nica de J. M. Costa sobre el concierto que recientemente ofreci¨® Archie Shepp en Madrid, se me alude directamente, primero con una de cal y, despu¨¦s, con otra de arena, al decir que sub¨ª al escenario ?con una mezcla de sana espon taneidad y de falta de respeto hacia los m¨²sicos y la audiencia?.Quiero, por ello, agradecer al cronista lo de la ?sana espontaneidad?. Pero, en cuanto al resto de la frasecita, deseo exponer que no me explico c¨®mo puedo haber faltado al respeto a un p¨²blico que, en su abrumadora mayor¨ªa, me tribut¨® un caluros¨ªsimo aplauso, sin que nadie, que yo sepa, diera muestras de desagrado., Tampoco s¨¦ c¨®mo. he podido faltar al respeto de unos m¨²sicos que me sonre¨ªan emocionados, mientras me aplaud¨ªan un¨¢nimemente, cuando, al finalizar el concierto, me desped¨ª de ellos.

Lo que realmente pretendo es que se restablezca el hacer JAM al final de los conciertos (improvisaci¨®n libre con los artistas visitantes como observadores).

Como modesto aficionado, reconozco que es petulante hablar bien de m¨ª mismo, pero entiendo que debo hacerlo para defenderme de lo que creo un error.