M¨¢s de cuatro mil prisioneros y desertores
?Me dijeron que iba a luchar a Eritrea porque la hab¨ªan invadido los ¨¢rabes. Todav¨ªa no he encontrado ninguno?, declara un soldado raso, herido en el pecho en el transcurso de la ¨²ltima ofensiva. Est¨¢ intemado en el hospital central de Auale, al igual que otros dos compa?eros suyos, uno de ellos con una grave herida en la cabeza que le tiene paralizado medio cuerpo, y el otro est¨¢ totalmente inmovilizado a causa de un disparo en la columna vertebral.?No esperaba que me tratasen as¨ª?, afirma. Recibe los mismos cuidados que cualquier otro hospitalizado, miembro del FPLE. Sus familiares desconocen su actual situaci¨®n y sabe que si vuelve a Etiop¨ªa ?no ser¨¦ aceptado all¨ª ni encontrar¨¦ trabajo?. Era alba?il desempleado en Addis Abeba y se alist¨® voluntario en el Ej¨¦rcito porque carec¨ªa de trabajo.
El FPLE tiene en su poder 4.000 soldados et¨ªopes. Su pol¨ªtica es irlos liberando poco a poco, en cuanto lo permitan las circunstancias (hasta ahora lo ha hecho con 2.500).
Adem¨¢s, el movimiento independentista tiene instalados, en la base administrativa de Arag, 110 desertores. Trabajan y reciben clases de alfabetizaci¨®n. Algunos de ellos, lo mismo que ciertos prisioneros, han ense?ado a los critreos a manejar las modernas armas sovi¨¦ticas capturadas.
Entre los desertores hab¨ªa dos oficiales. Uno de ellos era teniente, graduado en la Escuela de Polic¨ªa de Addis Abeba. ?Mengistu Haile Mariam -presidente et¨ªope- dijo que la soluci¨®n del conflicto era militar y que acabar¨ªa la guerra en cuatro meses? (en 1978). Durante seis meses recibi¨® un curso de educaci¨®n pol¨ªtica en Hungr¨ªa y posteriormente fue destinado al cuartel general et¨ªope de Agordat como int¨¦rprete de los sovi¨¦ticos.
Pose¨ªa un peque?o trozo de tierra que el Dergue le nacionaliz¨® para a?adirlo a una cooperativa. ?La junta militar dice que practica el socialismo cient¨ªfico, pero yo pienso que el socialismo no se dirige contra el pueblo. Habla de marxismo-leninismo, pero estamos en Africa y aqu¨ª las cosas se solucionan a tiros, por la fuerza. Los militares que est¨¢n ahora en el poder ayudaron a Haile Selassie a mantenerse en el trono antes de derrocarle.?
El otro oficial es un capit¨¢n. Reconoce que el Dergue puso fin a un r¨¦gimen feudal, pero quellos militares han heredado los vicios de la opresi¨®n de los anteriores amos. ?El Dergue?, dice, ?nos dio tierras para cultivarlas en cooperativas, pero en seguida reclam¨® contribuciones para la guerra, para las campa?as de alfabetizaci¨®n. Por eso mi familia est¨¢ pasando hambre. ?
Entre los desertores hab¨ªa un soldado somal¨ª. Cuando la guerra somalo-et¨ªope, le fue ordenado camuflarse de civil para pasar a Etiop¨ªa. Aqu¨ª fue capturado y enviado a luchar a Eritrea, donde desert¨® en la primera oportunidad.
De los cerca de setenta desertores que nos fueron presentados, tres quer¨ªanVolver a sus casas, dos unirse al FPLE, la mayor¨ªa aspiraban a trasladarse al extranjero y, cerca de una decena, prefer¨ªan unirse a los distintos frentes de liberaci¨®n que existen en sus regiones de origen.
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