Brighton la primera playa p¨²blica legalizada los nudistas ingleses

Herodoto dej¨® escrito que ?el sol alimenta los m¨²sculos?. La pr¨¢ctica del naturismo, transmitida por los griegos a trav¨¦s de los siglos, ha conocido en los ¨²ltimos a?os un resurgimiento espectacular, principalmente en Europa. Desde el pasado d¨ªa 1, la localidad inglesa de Brighton se ha unido a la modesta lista de ciudades que cuentan con lugares donde la pr¨¢ctica del nudismo est¨¢ permitida. Iniciado hace dos siglos con fines sanitarios, el nudismo ha trascendido ¨¦stos para, en una armonizaci¨®n con la naturaleza, convertirse en una reivindicaci¨®n del propio cuerpo y en la culminaci¨®n del falso pudor.

La apertura al p¨²blico de la primera playa nudista inglesa, realizada el pasado martes en Brighton, ha tenido una inauguraci¨®n poco afortunada, seg¨²n cuenta el peri¨®dico londinense The Guardian. Quienes, el pasado agosto, votaron en favor de una playa para nudistas, no pod¨ªan imaginar que, a pesar de la inclemencia del tiempo, un hombre iba a estar dispuesto a acogerse a las nuevas disposiciones legales. Desafiando los seis grados de temperatura, Arthur Albrow, fontanero, de 61 a?os de edad, decidi¨® darse un ba?o tocado exclusiva mente con una gorra de visera para convertirse en el pionero del nudismo legalizado ingl¨¦s. Este abuelo de Kemp Town realiz¨® esta proeza nudista, considerada como la aurora del nudismo brit¨¢nico, a las 7.30 de la ma?ana, cuando se dirig¨ªa a su trabajo. El Ayuntamiento de la ciudad manifest¨® que no hab¨ªa previsto ninguna ceremonia especial para celebrar el acontecimiento y que s¨®lo hab¨ªa dispuesto lo necesario para hacer efectivas las nuevas disposiciones legales.El fuerte viento que soplaba en la playa era fr¨ªo y h¨²medo, cuando Arthur, dando la espalda a los fot¨®grafos reunidos, se quit¨® con todo recato los calzoncillos de lana y se sumergi¨® en el agua helada. Como contrapunto de la escena, un poco m¨¢s all¨¢, la miss del lugar, la esbelta Susan Bessant posaba para satisfacci¨®n de los fot¨®grafos que la hab¨ªan contratado, pero sin, al parecer, interesar a los mirones.

En otro lugar de la playa se encontraba un reducido grupo de ba?istas, donde en el verano suele ser punto de reuni¨®n para los ministros baptistas y sus esposas. Sin embargo, el m¨¢s ferviente baptista no podr¨ªa haber objetado nada a lo que sucedi¨® en la playa de Brighton. S¨®lo una mujer, aparte de miss Brighton, apareci¨® en la playa y el promedio de edad del grupo de ba?istas era de cincuenta a?os. Una antigua miss y modelo en sus tiempos de la p¨¢gina tres de un dominical, Jane Warner, no accedi¨® a desprenderse de su biquini para acceder a las demandas del equipo de la BBC, que hab¨ªa acudido a filmar los acontecimientos. Simplemente declar¨®: ?El nudismo es hermoso, pero s¨®lo en un lugar apropiado.? Sin duda se refer¨ªa a la inclemencia del tiempo, que no animaba a emular la haza?a realizada horas antes por el fontanero Arthur.

Los numerosos fot¨®grafos no se descorazonaron y tuvieron la oportunidad de plasmar en sus c¨¢maras a un pintoresco personaje, el dentista Frederick Allen, de 57 a?os, que se ba?a siempre con su sombrero. ?Se trata?, explic¨® con humor, ?de conservar el calor en la cabeza mientras nado, porque soy calvo.? Tambi¨¦n tuvieron la oportunidad de asistir a una manifestaci¨®n de la Uni¨®n de Ocupantes Ilegales de terrenos bald¨ªos.

Pero el art¨ªfice de todo esto, el concejal Jakes, presente en la playa, rehus¨® desnudarse para la prensa y se limit¨® a celebrar el acontecimiento descorchando una botella de champa?a. ?No me averg¨¹enza la desnudez?, dijo; ?vine al mundo desnudo y saldr¨¦ de ¨¦l tambi¨¦n desnudo.? La idea del concejal es que los 2.000 naturistas de la zona y los millones de personas que acuden al sur de Francia para practicar el naturismo puedan hacerlo en Brighton. La oposici¨®n a las ideas de Jakes en el Ayuntamiento est¨¢ representada en el concejal John Blackman, len opina que ?esto no es el sur de Francia?, aduciendo que una playa pedregosa, como la de Brighton, no es el mejor lugar para que acudan los verdaderos nudistas. De todas formas, los due?os de hoteles pr¨®ximos a la playa piensan ya en una subida espectacular del precio de las habitaciones, justificada por el espect¨¢culo que, de ahora en adelante, podr¨¢n disfrutar los hu¨¦spedes.

No se sabe, sin embargo, las reacciones que esta medida de legalizar la pr¨¢ctica del nudismo en la playa podr¨¢ despertar en la multitud de jubilados y rentistas que escogen esta zona del sur de Inglaterra como lugar ideal para su retiro o sus vacaciones.