C¨®rdoba, el principal banco de pruebas de la pol¨ªtica municipal comunista
?Si este Ayuntamiento funciona bien y existe colaboraci¨®n entre las diferentes fuerzas pol¨ªticas es, en buena medida, gracias a ese se?or que se sienta tras la mesa de alcalde?, dice Juan Antonio Hinojosa, concejal de UCD. Julio Anguita, alcalde del Partido Comunista de Espa?a (PCE), de C¨®rdoba, tiene 38 a?os y es licenciado en Historia moderna y contempor¨¢nea. Hace un a?o abandon¨® sus clases como profesor de Ense?anza General B¨¢sica y se fue al Ayuntamiento para intentar conjugarlos intereses pol¨ªticos del PCE, PSOE, PSA y UCD. Julio Anguita, que con frecuencia usa pistola, por razones de seguridad, cuando sale a visitar barrios, considera que el deterioro del orden p¨²blico y la delincuencia deben atajarse mediante ?el aislamiento que haga el movimiento ciudadano. No es cuesti¨®n de pedir m¨¢s polic¨ªas, aunque considero que debe haber un n¨²mero sufi,ciente de ellos. Tendremos un buen orden p¨²blico cuando los ciudadano tomemos la calle, porque la gente en la calle act¨²a como inhibidor de la delincuencia. Tambi¨¦n considero importante la labor de la Polic¨ªa Municipal para tener una fuerza coercitiva en los barrios. Pero para eso hace falta personal, dinero para pagarlo y efectivos?.La labor de Julio Anguita es observada con lupa por la burgues¨ªa cordobesa especialmente. Los constructores, promotores y grandes comerciantes observan expectantes el d¨ªa a d¨ªa de un Ayuntamiento comunista en el que se ha volcado, con especial mimo, todo el aparato del Partido Comunista de Andaluc¨ªa. Lo que este Ayuntamiento obtenga de aqu¨ª a 1983 puede ser un ejemplo a ofrecer en la pr¨®xima campa?a electoral.
Un largo proceso de adaptaci¨®n
?Creo que lo m¨¢s importante que ha pasado en este a?o de gesti¨®n ha sido el paso de la clandestinidad al Gobierno, con la necesidad de r¨¢pida adaptaci¨®n que esto conlleva. Durante los primeros cuatro o cinco meses hubimos de adaptarnos a la relaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas existentes, a nuestra posici¨®n ante el Gobierno Civil y el central. Desde entonces hemos tenido que formar un equipo de gobierno, hacer un plan de gesti¨®n consensuado entre las fuerzas pol¨ªticas y empezar a caminar sin desatender el d¨ªa a d¨ªa de la actividad municipal.?
Seg¨²n Antonio Zurita, teniente de alcalde y portavoz del grupo del PSOE, ?se nota cierta desilusi¨®n entre los cordobeses porque no se ven resultados pr¨¢cticos de una labor mayoritaria de izquierdas tras un a?o de trabajo. Creo que esta desilusi¨®n es general en todo el pa¨ªs. Las propuestas electorales y la forma en que se hicieron dieron a entender al pueblo que las transformaciones iban a ser inmediatas, pero una cosa son las propuestas electorales y otra el tener que formar un sistema realmente democr¨¢tico que cambie la vida de la ciudad. Eso no es posible sin la participaci¨®n del pueblo ?.
Todos en el Ayuntamiento piensan que en un plazo no superior a un a?o podr¨¢n empezarse a notar las transformaciones ciudadanas que resultar¨¢n del trabajo actual. Tambi¨¦n todos han coincidido a la hora de preparar un Reglamento de Participaci¨®n Ciudadana en la Gesti¨®n Municipal, o, lo que es lo mismo, meter el Ayuntamiento en las juntas de barrio. Todos los sectores pol¨ªticos, ciudadanos, art¨ªsticos culturales, recreativos, deportivos: juveniles y de tercera edad estar¨¢n representados por un miembro de cada una de estas asociaciones, elegidos por los respectivos socios o miembros. Un reglamento que, de forma oficial, ?saca de la clandestinidad y la pura reivindicaci¨®n de comunicado a muchas entidades de barrio y acerca al Ayuntamiento a sectores completamente olvidados en ayuntamientos anteriores?. El art¨ªculo sexto de las disposiciones adicionales de este Reglamento, como dando a entender las posibilidades reales de futuro que conlleva, dice textualmente: ?Por razones de legalidad vigente, la participaci¨®n ciudadana a trav¨¦s de las juntas a que se refiere este Reglamento, tendr¨¢ el car¨¢cter de consultiva y provisional en tanto se aprueba y desarrolla la futura ley de R¨¦gimen Local. ? De ella piensa Julio Anguita que es ?la segunda gran constituci¨®n de este pa¨ªs. De la participaci¨®n que los ayuntamienios tengamos en su desarrollo depende el triunfo de la democracia o que ¨¦sta quede hibernada para mucho tiempo ?.
La imposibilidad econ¨®mica y legal de realizar una pol¨ªtica progresista de transformaci¨®n municipal se une a la exigencia de los ciudadanos que esperan ver convertidos sus votos en resultados pr¨¢cticos. En esta situaci¨®n, la salida que le ha quedado al Ayuntamiento es la de plantear peque?as mejoras que den una apariencia de cambio f¨ªsico en la ciudad. C¨®rdoba est¨¢ hoy m¨¢s limpia, tiene algunos parterres m¨¢s y, sobre todo, se nota una presencia constante del Ayuntamiento en los conflictos de cada d¨ªa. Una ciudad marcada por el paro: ?Se empiezan a vender cardillos en el mercado otra vez. ?
El pacto se rompi¨® dos veces
?La burgues¨ªa cordobesa est¨¢ a la expectativa, al igual que las asociaciones de constructores y promotores?, dice Julio Anguita. La previsible incidencia de un Ayuntamiento de izquierdas en una ciudad como C¨®rdoba se ha reducido de hecho a la municipalizaci¨®n del servicio de autobuses. Aucorsa, empresa de transportes que no ofrec¨ªa un servicio adecuado a la ciudad, fue adquirida por el Ayuntamiento cordob¨¦s. Esta fue una de las dos ocasiones en el ¨²ltimo a?o en que se rompi¨® el pacto de izquierdas. El PSOE vot¨® junto a UCD, y el PSA apoy¨® al Partido Comunista. El empate a trece votos, ya que uno de los concejales de UCD se encontraba ausente, fue deshecho por el voto de calidad de Julio Anguita, lo que determin¨® la adquisici¨®n de Autobuses de C¨®rdoba, S. A., en una cantidad aproximada a 127 millones de pesetas. Tanto socialistas como ucedistas opinaban que era mejor esperar a que la empresa fuera declarada en quiebra para proceder a su compra, mientras comunistas y andalucistas insistieron en que ese plazo de tiempo podr¨ªa ser excesivamente largo.
La segunda ocasi¨®n en que se rompi¨® el pacto de la izquierda fue, como era de esperar, con el tema de la participaci¨®n ciudadana. Mientras el PCE y PSA manten¨ªan el derecho de las asociaciones de vecinos ajugar un papel destacado en esa participaci¨®n ciudadana, por su mayor trayectoria de reivindicaci¨®n pol¨ªtica que asociaciones culturales, recreativas, pe?as, etc¨¦tera, el PSOE opinaba que no deber¨ªa existir ning¨²n trato de favor a las asociaciones de vecinos con respecto a las dem¨¢s asociaciones. Los socialistas sospechaban que las asociaciones de vecinos eran mucho m¨¢s proclives a una pol¨ªtica municipal comunista que socialista, entre otras cosas porque la penetraci¨®n pol¨ªtica del PCA en los barrios era notablemente mayor que la del PSOE. En esta ocasi¨®n, UCD apoy¨® a los socialistas, y la propuesta de ¨¦stos derrot¨® Por catorce votos contra trece a la presentada por PCE y PSA. Aqu¨ª comenz¨® a gestarse el reglamento ya mencionado. A ra¨ªz de este debate, que origin¨® algunos enfrentamientos verbales entre concejales, con insultos de por medio, pudo suponerse que el pacto de izquierdas estaba definitivamente tocado. Sin embargo, Julio Anguita remat¨® el liderazgo del Ayuntamiento y volvi¨® a ser la cabeza visible de la pol¨ªtica consensuada.
Una oposici¨®n muy especial
?He dicho cientos de veces que los votos de UCD en C¨®rdoba no representan a la derecha cordobesa, sino al centro. Los ciudadanos que nos dieron sus votos hasta convertirnos en la segunda fuerza pol¨ªtica de la ciudad lo hicieron porque, seg¨²n los estatutos de UCD, somos un partido reformista, progresista e interclasista, no porque seamos la derecha.? Juan Antonio Hinojosa, teniente de alcalde de UCD y delegado municipal de Tr¨¢fico y Transportes, responde as¨ª a las voces que han acusado a los centristas cordobeses de ser una oposici¨®n domesticada con una postura muy a la izquierda de su partido. ?Si los que nos dieron los votos?, dice, ?no est¨¢n de acuerdo con lo que estamos haciendo, nos los quitar¨¢n en 1983. Estoy seguro que nuestros votantes no esperaban de nosotros que vini¨¦ramos aqu¨ª a hacer una pol¨ªtica obtruccionista, sino todo lo contrario.?
Los concejales ucedistas han sido catalogados en los plenos como la derecha en muchas ocasiones. ?Soy tan anticapitalista como antimarxista. Me gustar¨ªa que nuestra forma de ser oposici¨®n en este Ayuntamiento la utilizaran otros partidos para ser oposici¨®n en el Parlamento. Los concejales de UCD hemos perdidos varias votaciones y no por ello hemos roto bancos, hemos insultado o abucneaco a otros concejales. Hemos sido insultados y nuestra respuesta ha sido la de trabajar. Ah¨ª puede estar la clave de que este Ayuntamiento vaya hacia adelante. Los concejales de UCD estamos aportando a este Ayuntamiento honradez y trabajo ante una mayor¨ªa absoluta del pacto. Pero no somos la derecha y cuando en algunos plenos se dice "es que la derecha no quiere esto o lo otro", yo miro a la derecha de mi banco, y no hay nadie porque los cordobeses no votaron concejales de AP o FN, sino de UCD.?
El pasado refer¨¦ndum auton¨®mico de Andaluc¨ªa, celebrado el d¨ªa 28 de febrero, fue una piedra de toque para muchos ucedistas en Andaluc¨ªa. Los concejales cordobeses, que hab¨ªan votado el art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n para conseguir la autonom¨ªa andaluza, se vieron en un grave aprieto cuando se dict¨® la orden, prolijada por Cecilio Valverde, de propugnar la abstenci¨®n. ?Nadie desconoce aqu¨ª que nosotros votamos s¨ª el 28-F. Ni que somos la izquierda de UCD. Cuando se habla de una derechizaci¨®n del partido, contestamos que hay que distinguir entre Gobierno y partido. Hay fuerzas que obligan al Gobierno a adoptar posturas que no encajan en la concepci¨®n pol¨ªtica del partido. UCD de C¨®rdoba es consciente de la derechizaci¨®n del Gobierno, pero, insisto, a nosotros no nos ha votado la derecha. Al margen de esto, creo que se minti¨® al pueblo durante la campa?a electoral pasada. Tan mentira es que ese d¨ªa se jugaba el tener o no tener autonom¨ªa, como el que por ambos art¨ªculos se consiguiera la autonom¨ªa en el mismo plazo de tiempo.?
Al ciudadano medio cordob¨¦s puede darle la impresi¨®n de que en este Ayuntamiento, con concejales de cuatro partidos diferentes, ?las ideolog¨ªas pol¨ªticas han quedado aplazadas para mejor ocasi¨®n?.
?Un Ayuntamiento como ¨¦ste?, dice Julio Anguita, ?corre el riesgo de ser impopular, pero en la Espa?a de hoy hay que ser impopular si se quiere reflejar fielmente lo dif¨ªcil de nuestra situaci¨®n. ?
La ciudad de C¨®rdoba, ?no va a quedar hipotecada para una gesti¨®n de izquierdas. Estamos tratando de liquidar una estructura dictatorial y antidemocr¨¢tica en el propio Ayuntamiento para que sirva a los intereses de un municipio democr¨¢tico, o una ciudad que, desde el punto de vista urban¨ªstico, es salvable en un 90%.
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