El Madrid invirti¨® el pron¨®stico
Dos goles de Santillana poneri al Madrid en el camino de la final. El Hamburgo, demasiado pasivo, intent¨® m¨¢s que nada robar tiempo, no mostr¨® sus garras y mereci¨® esa derrota ante un equipo que, tras un primer tiempo s¨®lo discreto, derroch¨® fe y mejor¨® su juego en el segundo. La ventaja del Madrid invierte el pron¨®stico de la eliininatoria, que st resolver¨¢ dentro de catorce d¨ªas en Hamburgo.Boskov decidi¨® su duda en la alineaci¨®n con la inclusi¨®n en el equipo del rub¨ªsimo P¨¦rez Garc¨ªa, un lateral que esta temporada estaba a caballo entre el Castilla y el Madrid. Camacho y Angel jugaron como laterales, vigilantes de los extrernos retrasados del Hamburgo, Reimann y Milewski, mientras Sabido cerraba por el centro el paso a Hrubesch y Pirri quedaba libre. En la media, P¨¦rez Garc¨ªa se consagraba de forma exclusiva a la persecuci¨®n del ingl¨¦s Keegan.
Ah¨ª, en el marcaje a Keegan, estuvo la base del pobre juego del Hamburgo. Era importante frenar los contraataques, porque en estos partidos la obsesi¨®n es el posible gol del que juega fuera de casa, por ese valor especial que le concede el reglamento en caso de. empate. A eso se uni¨® la seguridad de los clos laterales en la funci¨®n defensiva, el soberbio partido del duro Sabido sobre Hrubesch y la perfecta colocaci¨®n y sentido del cruce de Pirri.
Boskov, pues, supo maniatar al Hamburgo. Pero el problema era hacer los goles. Ni Camacho ni Angel se atrev¨ªan a subir por sus bandas. P¨¦rez Garc¨ªa era nulo eri la construcci¨®n de juego y, aunque Pirri sub¨ªa de cuando en cu ando, el Madrid no ten¨ªa peso ofensivo. Y tampoco hubo, durante el prirrier tiempo, aciertos en las individualidades. Juanito y Cunningham apenas desbordaron, Stielike tuvo menoi presencia en el juego que otras veces y Del Bosque pareci¨® no sentirse seguro. A pesar de eso, por mero dominio territorial, el Madrid arranc¨® algunas ocasiones de peligro en la primera parte. Pirri lanz¨® un par de libres directos imponentes, a los que replic¨® Kargus con sendas buenas paradas; a poco del descanso, una brillante jugada de Juanito termin¨® en un fenomenal disparo de Stielike, connuevo parad¨®n de Kargus. Y, de cuandoen cuando, la inseguridad en los centros altos del meta alem¨¢n propici¨® alguna que otra esperanza.
Otra cosa fue la segunda parte. Con la misma seguridad atr¨¢s, el Madrid fue m¨¢s equipo adelante, por la simple raz¨®n de que cada una de sus individualidades mejor¨®. Del Bosque comenz¨® a hacer gran f¨²tbol Stielike se volc¨® como se espera siempre de ¨¦l y Juanito y Cunningham acertaron m¨¢s. El Hamburgo lo pas¨® mal en los primeros minutos de la continuaci¨®n y, para enfriar la ofensiva del Madrid, adelant¨® algo sus propias l¨ªneas para amenazar a Garc¨ªa Rem¨®n. Mejor¨® el espect¨¢culo y el Hamburgo demostr¨® una debilidad ofensiva inesperada. En esas estaba el partido, cuando un agujero de Nogly permiti¨® a Santillana cobrar el primer gol, que significa algo, pero no daba paso al optimismo. El equipo alem¨¢n busc¨® m¨¢s seriamente el tanto, pero'no consigui¨® sacudirse los marcajes madridistas y apenas puso a prueba a Garc¨ªa Rem¨®n, seguro en sus intervenciones. El partido creci¨® en inter¨¦s, el Madrid gan¨® en conflanza y en el minuto 76 un pase largo de Juanito lo transformaba Stielike, todo fe y coraje, en medio gol; Santillana puso el otro medio con s¨®lo empujar el bal¨®n. El Hamburgo, que se dedic¨® durante gran parte del encuentro a robar tiempo, tendr¨¢ que jugar con prisas dentro de quince d¨ªas.
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