Las seiscientas vallas publicitarias instaladas en el centro de Madrid son ilegales
Alrededor de las seiscientas vallas publicitarias existentes en el centro de Madrid son ilegales, ya que la legislaci¨®n sobre monumentos hist¨®rico-art¨ªsticos, las prohibe expresamente. Todo el centro de la ciudad est¨¢ considerado, desde junio de 1977, como conjunto hist¨®rico-art¨ªstico. El Ayuntamiento est¨¢ estudiando la posibilidad de comenzar una campa?a para erradicarlas, que entrar¨¢ en conflicto con el poder¨ªo econ¨®mico de las empresas dedicadas a ese tipo de publicidad.
El centro de Madrid est¨¢ lleno de vallas publicitarias que ofrecen al viandante toda clase de oportunidades consumistas. Se puede calcular que, s¨®lo en el distrito de Centro, existen del orden de las seiscientas vallas publicitarias, posiblemente, m¨¢s. Pues bien, todas ellas son absolutamente ilegales: el centro de la ciudad -comprendido por la totalidad del distrito municipal de Centro y parte de los de Salamanca y Chamber¨ª tiene incoado expediente para su declaraci¨®n como monumento, hist¨®rico-art¨ªstico, lo que, seg¨²n toda la legislaci¨®n actualmente vi gente sobre el particular, conlleva la absoluta prohibici¨®n de colocaci¨®n de anuncios.Un estudio realizado por la Asociaci¨®n de Vecinos de Malasa?a demuestra que en dicho barrio -s¨®lo uno de los seis que componen el distrito de Centro- existen, en la actualidad, un total de 144 vallas publicitarias, todas ellas instaladas sin contar para ello con la preceptiva licencia que deber¨ªa otorgar la Gerencia Municipal de Urbanismo. Pero la raz¨®n por la que no disponen de dicha licencia es, sencillamente, porque no fue solicitada, ya que, aunque lo hubieran hecho, nadie se le podr¨ªa haber concedido.
Ya el reglamento de abril, de 1936, que desarrolla la ley del Tesoro Art¨ªstico de 1933, establece que ?queda prohib¨ªa la colocaci¨®n de anuncios en los monumentos hist¨®rico-art¨ªsticos?. Si existieran dudas acerca de si el centro de Madrid -conjunto hist¨®rico-art¨ªstico, desde junio de 1977 constituye un monumento, la misma ley asegura que ?todas las prescripciones referentes a los monumentos hist¨®rico-art¨ªsticos son aplicables a los conjuntos urbanos?.
La infracci¨®n de la ley puede que no se produzca ¨²nicamente porque el colocar unas vallas publicitarias en el centro de la ciudad produzca unos ping¨¹es beneficios. Lo cierto es que la mayor¨ªa de los edificios sobre los que se asientan esas vallas -con toda su monumentalidad individual o colectiva a cuestas- ocupan unos solares que, si desapareciese el edificio en cuesti¨®n, podr¨ªan ser vendidos y construidos a precios del mercado inmobiliario, mucho m¨¢s ventajoso econ¨®micamente que mantener un monumento para las generaciones venideras.
En este sentido, una valla publicitaria puede cumplir un doble cometido: por un lado, sirve de pantalla y oculta la progresiva degradaci¨®n que sufre el edificio que, sin recibir el necesario cuidado, puede alcanzar f¨¢cilmente la ruina precisa para conseguir su demolici¨®n. Por otro, la propia valla, con su peso -las hay que llegan casi a la tonelada- sirve para tirar de la casa a la que est¨¢ atornillada e ir provocando, directamente, su ruina.
Pero no todas las vallas est¨¢n colocadas tapando los edificios. Tambi¨¦n las hay -tan ilegalmente como las otras- en solares. Hay un caso ya c¨¦lebre en la esquina de las calles de San Bernardo y de la Manzana. El terreno que hoy es un solar estaba ocupado, hasta 1974, por una casa. Las obras de demolici¨®n del mismo exigieron la colocaci¨®n de una valla de protecci¨®n que ocupa m¨¢s de media acera. Desde entonces, all¨ª sigue la valla. Pero, adem¨¢s, alineada con la valla de cemento y ladrillos -o sea, m¨¢s all¨¢ de la mitad de la acera- est¨¢n los soportes de una valla publicitaria. Sobre ella pende ya la advertencia de la asociaci¨®n de vecinos de la zona para quitarla por sus medios, si, en el plazo de quince d¨ªas, no lo hace el Ayuntamiento.
Una guerra sorda
Hace ahora unos cuatro a?os, el Ayuntamiento de Madrid, a trav¨¦s de su Gerencia Municipal de Urbanismo, quiso terminar con esta ocupaci¨®n ilegal de las calles de la ciudad. Lleg¨®, incluso, a quitar alguna valla. Pero la en¨¦rgica acci¨®n municipal se vio inmediatamente contestada por las empresas dedicadas a ese tipo de publicidad: donde antes hab¨ªa una valla, ahora colocaban cuatro.Hubo quien sospech¨®, en su d¨ªa, de posibles conexiones entre algunos funcionarios de Gerencia y los responsables de tales agencias.
El Ayuntamiento quiere volver ahora a la carga: est¨¢ redactando una lista con todas las vallas infractoras para, despu¨¦s de la oportuna comunicaci¨®n a los infractores, proceder contra ellos si se niegan a quitarlas. La Gerencia est¨¢ dispuesta, incluso, a quitarlas por su cuenta, ejercitando la acci¨®n sustitutoria.
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