El rumor de Rumasa
Lo que parec¨ªa iba a ser un pl¨¢cido ciclo semanal al regreso de las vacaciones de Pascua se convirti¨® en una tanda conflictiva e inquieta por la acci¨®n de alg¨²n vendedor de bancos nervioso.Efectivamente, hasta el jueves, en que la tranquilidad se vio bruscamente interrumpida por un inesperado incremento en los vol¨²menes de oferta para el sector bancario, el pron¨®stico resultaba v¨¢lido.
El jueves, la alerta roja se encend¨ªa y todos los dispositivos del mercado eran prevenidos. Alguien hab¨ªa osado interrumpir la tregua, sorprendiendo por la retaguardia a buena parte de los m¨¢s caracterizados representantes del sector rey: el bancario. Inmediatamente se impart¨ªa la consigna: era absolutamente necesario encontrar al autor de semejante atropello.
Desde el primer momento, los intr¨¦pidos no dudaron en se?alar a Rumasa como causante del desaguisado.
Los m¨¢s sesudos se adentraban en un laberinto de c¨¢balas y suposiciones porque la afirmaci¨®n anterior presentaba innumerables lagunas. Si Rumasa ten¨ªa necesidades de tesorer¨ªa, como se afirmaba, porque se le presentaban algunos vencimientos fuertes, ?ser¨ªa l¨®gico que acudiese a la Bolsa a, intentar vender acciones bancarias?
De todos es bien sabido, y los responsables del holding l¨®gicamente tambi¨¦n lo conocer¨ªan, que las estrecheces actuales del mercado a duras penas permitir¨ªan realizar treinta o cuarenta millones de pesetas por sesi¨®n, y eso contando con la suerte como aliada. Y todo ello a costa de crear confusi¨®n y nerviosismo entre los bolsistas.
El viernes, ya con los ¨¢nimos m¨¢s calmados pero con una renovaci¨®n de la oferta de t¨ªtulos bancarios, pareci¨® llegarse a un cierto acuerdo en cuanto al origen de las ¨®rdenes vendedoras. De ser ciertas estas conclusiones, seria una sociedad de cartera, en busca de liquidez, quien estaba procediendo a la liquidaci¨®n de sus acciones de bancos, y a Rumasa se le hab¨ªa metido en el baile, porque las ¨®rdenes de venta hab¨ªan sido canalizadas a trav¨¦s de un banco del holding.
La responsabilidad del grupo que encabeza Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Mateos en esta ocasi¨®n era, por tanto, bien escasa, pero su afici¨®n a las pr¨¢cticas ocultistas y a la escasa transparencia informativa que caracteriza a sus empresas dieron pie al rumor y al p¨¢bulo.
El resto del mercado continu¨® manej¨¢ndose conforme a esas normas no escritas, pero ampliamente aceptadas. El sesteo generalizado continu¨® cobrando carta de ciudadan¨ªa, sobre todo entre los valores punteros, imitados, por una parte, por la escasa afici¨®n de los posibles compradores a tomar posiciones, y por otra, por la inequ¨ªvoca vocaci¨®n de los especialistas de turno en mantener, en la medida de lo posible, los precios de las acciones de las sociedades entregadas a su tutela.
As¨ª, el ¨ªndice se desliz¨® por una suave pendiente declinante y termin¨® la semana 54 cent¨¦simas por debajo del punto de apertura.
Por ¨²ltimo, apenas se?alar que en el mercadillo de letras de cambio parecen consolidarse los precios de los efectos librados a un a?o en torno al 13,5% de descuento nominal. Con ello, est¨¢n quedando fuera algunos de los integrantes iniciales del mercado -Indub¨¢n hace ya muchas sesiones que no acude-, mientras la banca extranjera considera que estos precios resultan excesivos.
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