Campa?a de Amnist¨ªa Internacional para abolir en todo el mundo la pena de muerte
?No existe ninguna relaci¨®n entre la pena de muerte y la disminuci¨®n de la delincuencia y de la criminalidad. Por esta raz¨®n, me declaro firmemente partidario de su abolici¨®n.? As¨ª resumi¨® el ex director general de Instituciones Penitenciarias Carlos Garc¨ªa Vald¨¦s el sentido de su libro La pena capital presentado el pasado mi¨¦rcoles en Madrid dentro de la campa?a organizada por Amnist¨ªa Internacional para conseguir la supresi¨®n del m¨¢ximo castigo en todos los pa¨ªses del mundo.
Carlos Garc¨ªa Vald¨¦s, que tambi¨¦n se declar¨® contrario a la aplicaci¨®n de la cadena perpetua ?porque a partir de los quince o veinte a?os de internamiento el recluso sufre un deterioro irreversible en su personalidad?, dijo haber sido el autor de los borradores que sirvieron de base para redactar el art¨ªculo 15 de la Constituci¨®n espa?ola, por indicaci¨®n directa del entonces ministro de Justicia, Landelino Lavilla. Este art¨ªculo, que dice textualmente: ?Todos tienen derecho a la vida y a la integridad f¨ªsica y moral, sin que en ning¨²n caso puedan ser sometidos a torturas ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra?, fue considerado por Garc¨ªa Vald¨¦s como ?muy progresista, en comparaci¨®n con otras legislaciones?.En efecto, en su libro se detallan las leyes referentes a la pena de muerte en los diferentes Estados del mundo, y, en una primera lectura, se puede afirmar que son los pa¨ªses que componen el bloque socialista y los integrantes del denominado Tercer Mundo los partidarios de la pena m¨¢xima, aunque, curiosamente, no existe la misma relaci¨®n entre reg¨ªmenes dictatoriales y liberales. Tal es el caso de Uruguay o el Portugal salazarista, en que est¨¢ prohibida la pena de muerte, y, sin embargo, en Francia, pa¨ªs que respeta formalmente las libertades, ha estado vigente la guillotina hasta hace muy poco, hasta que, el a?o pasado, el ministro de Justicia propuso su abolici¨®n, a t¨ªtulo experimental, durante tres a?os.
Tambi¨¦n neg¨® Garc¨ªa Vald¨¦s la creencia popular de que desde que en Espa?a qued¨® abolida esta pena se ha incrementado la delincuencia. ?Aunque, efectivamente?, dijo, ?tenemos en Espa?a 16.500 internos en las c¨¢rceles y esta es una cifra alt¨ªsima comparada con los dem¨¢s pa¨ªses europeos, el incremento empez¨® en el a?o 1973, coincidiendo con la crisis econ¨®mica, y nada tiene que ver con la abolici¨®n de la pena de muerte?. Del mundo carcelario espa?ol dijo que ocurr¨ªa un hecho muy grave y lamentable, como es el que el 63% de los presos sean preventivos. Del tema de las posibles torturas a los reclusos en el penal de m¨¢xima seguridad de Herrera de la Mancha, prefiri¨® no hablar, ?porque est¨¢ pendiente de resoluci¨®n y corresponde al juez dictaminar sobre estos hechos?.
Amnist¨ªa Internacional, por su parte, manifest¨® que estaban en plena campa?a de recogida de firmas entre las personalidades pol¨ªticas y culturales de todo el mundo para apoyar un escrito dirigido a las Naciones Unidas en el sentido de suprimir la pena capital en todos los pa¨ªses.
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