El ayuntamiento desconoce su actual patrimonio art¨ªstico
En los jardines del Retiro, en un lugar conocido como Las Estufas, pr¨®ximo a la estatua del Angel Ca¨ªdo, donde est¨¢n los dep¨®sitos de la secci¨®n de Parques y Jardines, al menos veinte estatuas se encuentran arrimadas a una pared bajo uno de los soportales de los barracones. Ni siquiera uno de los t¨¦cnicos cualificados del departamento, que acompa?¨® a los periodistas en su recorrido, sabe a qui¨¦n corresponden los bustos y las estatuas, cu¨¢nto tiempo llevan all¨ª apiladas, cu¨¢nto tiempo m¨¢s permanecer¨¢n sin ser restauradas y cu¨¢l ser¨¢ su futuro destino.Un par de centenares de metros m¨¢s lejos, el visitante puede ver con asombro c¨®mo se oxidan las verjas de hierro de casi veinte metros de altura, que en su d¨ªa pertenecieron al palacio de Romanones, sin que nadie les preste mayor atenci¨®n, junto a numerosos restos de fuentes y monumentos, de los que se desconoce igualmente su procedencia. Monta?as de piedras arquitect¨®nicas, algunas de indudable valor, se desgastan al relente, junto a otros restos de verjas, sin que a los t¨¦cnicos municipales parezca importarles siquiera conocer d¨®nde estuvieron ubicadas en el pasado. Nada est¨¢ numerado ni catalogado, y los mismos t¨¦cnicos reconocen que se trata de una riqueza irrecuperable.
Seis dep¨®sitos municipales
El del Retiro, con ser quiz¨¢ el m¨¢s importante, es s¨®lo uno de los seis dep¨®sitos municipales de este tipo de obras de arte. En la Casa de Campo, junto a la carretera de Extrernadura, conocida en ese tramo como avenida de Portugal, existe otro dep¨®sito de restos arquitect¨®nicos, quiz¨¢ m¨¢s espectacular que el del Retiro por encontrarse en un estado de mayor desamparo. Millones de toneladas de piedra se encuentran amontonadas. La erosi¨®n ha hecho irreconocibles las figuras que en su d¨ªa formaron parte de grupos escult¨®ricos o de fuentes en losjardines p¨²blicos.
Nadie, por muy estudioso o entendido que fuera en la materia, ser¨ªa capaz de identificar al menos una sola de las fuentes que all¨ª se amontonan o alg¨²n grupo escult¨®rico de los all¨ª desmenuzados. Tal es su estado de conservaci¨®n.
Misterio en torno a una puerta
Por ello, carece de mucho fundamento la denuncia p¨²blica formulada hace ahora casi dos a?os por la Asociaci¨®n de Defensa Ecol¨®gica y del Patrimonio Hist¨®rico Art¨ªstico (Adelpha) de que en este ¨²ltimo dep¨®sito arquitect¨®nico pudiera hallarse desmontada la Puerta de San Vicente, una puerta casi coet¨¢nea de la de Aleal¨¢, de un valor art¨ªstico similar, y que fue desmontada durante la pasada guerra espa?ola.El misterio en torno a esta puerta, que estuvo instalada en la glorieta de San Vicente (que durante los a?os del franquismo fue denominada de Ramiro Ledesma Ramos, y que ahora ha recuperado su nombre tradicional), es total. Nadie se explica c¨®mo puede desaparecer un monumento de estas caracter¨ªsticas, y nadie, tampoco, ha dado alguna pista sobre su posible paradero.
Mientras para los adelphos se encuentra entre los restos de la Casa de Campo, el concejal de Cultura del ayuntamiento sostiene que las piedras del monumento se utilizaron en parte para hacer el muro de circunvalaci¨®n del Retiro, en el tramo de la avenida de Men¨¦ndez y Pelayo.
Adem¨¢s de los dos dep¨®sitos cilados, existen otros locales municipales, como el de Garc¨ªa Morato, donde se encuentra solamente un plinto que en d¨ªa soport¨® la estatua de Quevedo en la glorieta del mismo nombre, y unos s¨®tanos en la Casa de la Villa, sede del ayuntamiento, donde hay algunos cuadros de poco valor y algunas estatuas peque?as, todo ello apilado junto a las calderas de la calefacci¨®n. Dos peque?os locales, en fin, uno situado en la calle del Alcora y otro en la avenida de Daroca completan la n¨®mina de las instalaciones que el ayuntamient destina a dep¨®sito de sus obras de arte.
Cuando Enrique Moral, concejal de Cultura, tom¨® posesi¨®n de su sill¨®n de delegado, en su despacho de la calle Mayor, n¨²mero 83, primer piso (un despacho de techos altos, chimenea francesa, mesa de caoba y sillas de estilo) se qued¨® alucinado, seg¨²n ¨¦l mismo relata, al comprobar que no exist¨ªa ning¨²n cat¨¢logo completo de obras de arte municipales; m¨¢xime cuando todas las estatuas, bustos, fuentes, grupos escult¨®ricos y dem¨¢s monumentos situados en las v¨ªas p¨²blicas son propiedad del ayuntamiento.
Las corporaciones anteriores demostraban a las claras que eran como aquel ?rico-tonto? que teniendo un enorme patrimonio lo despreciaba ol¨ªmpicamente, sin darle el valor adecuado, ni tener siquiera una lista de sus propiedades. Ha habido grandes expolios, por mucho que Enrique Moral asegure lo contrario. No pueden hacerse acusaciones directas de qui¨¦nes han, sido los expoliadores, pero s¨ª pruebas concluyentes de que faltan monumentos; y no peque?as estatuas o fuentes que pudieran trasladarse hasta las casas de campo de quienes tuvieran acceso a este tipo de obras municipales, sino monumentos enteros.
Al triste ejemplo citado de la puerta de San Vicente podr¨ªa a?adirse el grupo escult¨®rico de Pablo Iglesias (fundador del PSOE), del que s¨®lo se ita recuperado la cabeza, que un grupo de militantes socialistas enterr¨® en el Retiro durante la guerra y que fue rescatada hace ahora un a?o, en tiempos del mandato interino de Luis Mar¨ªa Huete como alcalde de Madrid. Se trata de un monumento que estaba situado en el parque del Oeste, pr¨®ximo a la actual estatua de San Mart¨ªn. Hab¨ªa sido erigido en 1935 por suscripci¨®n popular de los madrile?os y realizado por el escultor Emiliano Barral. Constaba de varios sillares con sus correspondientes columnas, a modo de peque?os soportales (peque?a plaza porticada) y ten¨ªa frisos del pintor Quintanilla. Fue dinamitado en 1952. Seg¨²n Moral, la piedra del monumento pudo haberse utilizado igualmente en la construcci¨®n de los sillares de las verjas del Retiro.
Estatua desaparecida
Asimismo, una estatua dedicada a Mendiz¨¢bal, de dos metros de altura, fundida en bronce, que estuvo situada en la antigua plaza del Progreso (hoy de Tirso de Molina), desapareci¨® durante la guerra, sin que se sepa su actual paradero. Igual suerte corrieron un grupo escult¨®rico dedicado a Julio Antonio y el templete de la m¨²sica situado en su d¨ªa en los jardines del paseo del Pintor Rosales. Nadie conoce en la actualidad d¨®nde pueden hallarse estos monumentos, y las autoridades municipales no han mostrado un inter¨¦s desmedido en investigarlo.
Ocurre adem¨¢s algo ins¨®lito: el patrimonio municipal depende de tres departamentos distintos. Por un lado, quien se lleva la parte del le¨®n es la Delegaci¨®n de Obras y Servicios Urbanos, a cuyo cargo corre la conservaci¨®n de todos los monumentos ubicados en plazas y v¨ªas p¨²blicas. Le sigue a continu¨¢ci¨®n la Delegaci¨®n de Saneamiento y Medio Ambiente, que es propietaria de todas las obras de arte situadas en los parques y jardines de Madrid. Cultura, en fin, es s¨®lo responsable del control del patrimonio. Tampoco se ha pensado hasta ahora en unificar el mando sobre esta importante parcela.
Un cat¨¢logo particular
Una excepci¨®n podr¨ªa citarse dentro de esta fabulosa ceremonia de la confusi¨®n: una iniciativa particular debida a tres estudiantes de arte que han iniciado por su cuenta un cat¨¢logo de los monumentos inaugurados desde el final de la guerra, para lo cual obtuvieron el permiso correspondiente, con el fin de utilizar los archivos de la villa. Se trata de los estudiantes Mercedes Miguel Pasamontes, Mar¨ªa Jes¨²s Vega Gonz¨¢lez y Javier Carlos Fern¨¢ndez Delgado, que realizan una tesina sobre el tema.
Los estudiantes citados tienen ya catalogados 83 monumentos, inaugurados desde el 9 de noviembre de 1941, fecha en que se coloc¨® una estatua de la Virgen de la Almudena en la cuesta de la Vega.
De los 83 monumentos, 41 est¨¢n situados en parques y jardines (trece en el Retiro, ocho en el parque del Oeste y el resto en otros parques de la ciudad; 31, en plazas p¨²blicas, y el resto, en calles. Una notable concentraci¨®n de dichos monumentos se encuentra en los distritos c¨¦ntricos. El conde de Mayalde y Carlos Arias fueron los alcaldes m¨¢s prol¨ªficos: veintitr¨¦s monumentos inaugu-rados, por cabeza.
lnventario de cuarenta a?os
Entre los ciclos de monumentos destacan los dedicados a los ca¨ªdos de la guerra (Cruz de los Ca¨ªdos, 1943; Ca¨ªdos de Chamart¨ªn de la Rosa, 1946; Ca¨ªdos de la Cuesta de la Vega, 1967; Ca¨ªdos del Cuartel de la Monta?a, 1972; adem¨¢s de los M¨¢rtires de la Sacramental de Sin Isidro, 1943, y de los Angeles de la Paz, 1964), a motivos latinoamericanos (Isabel la Cat¨®lica, 1951; Fuente de Cuba, 1952; N¨²?ez de Balboa, 1954; busto de Rub¨¦n Dar¨ªo, 1967; Hispanidad y Sim¨®n Bol¨ªvar, ambos de 1970; Agust¨ªn Lara, 1975, y Juan Domingo Per¨®n, 1975), as¨ª como motivos de la fiesta nacional, religiosos y de la villa de Madrid. El Popular Oso y Madro?o de la Puerta del Sol fue inaugurado en 1967.
Figuran igualmente entre los monumentos inaugurados en esta ¨¦poca el de la Infanta Isabel, 1955 (hoy desmontado); otro de Francisco Franco, 1959 (plaza de San Juan de la Cruz); un grupo escult¨®rico dedicado a Calvo Sotelo, 1960 (en la plaza de Castilla); una estatua de Felipe II, 1962 (plaza de la Armer¨ªa); un monumento dedicado al doctor Fleming, 1964 (plaza de toros de Las Ventas); una fuente dedicada al doctor Jim¨¦nez D¨ªaz, 1969 (plaza de Cristo Rey); un monolito a Jos¨¦ Antonio, 1971 (poblado M¨ªnimo de Vallecas); una estatua a Jacinto Benavente, 1972 (jardines del Retiro); una fuente a Gustavo Adolfo B¨¦cquer, 1974 (jardines de la Fuente del Berro), y un monolito y relieve dedicado a Edison, 1977 (Universidad Aut¨®noma).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.