El Museo Munnicipal y las riquezas de la Casa de la Vacas

Para el acopio de las 1.500 piezas que se muestran en la exposici¨®n sobre la historia de Madrid en el Museo Municipal, la Delegaci¨®n de Cultura hubo de recurrir a algunas instituciones p¨²blicas y privadas, entre ellas, las municipales, y a coleccionistas particulares. As¨ª las cosas, el museo ha logrado presentar al p¨²blico obras de la categor¨ªa de la maqueta de Madrid del siglo XIX, de Gil de Palacios; varios cuadros de Goya; una tabla de Berruguete del siglo XVI; la custodia de la Villa, de la misma ¨¦poca; el Arca de san Isidro, del siglo XIII; el Fuero de Madrid de 1202 y un sin fin de piezas de un valor incalculable.Curiosamente, donde la Delegaci¨®n de Cultura ha tenido notables dificultades para conseguir obras de arte para presentar en el museo ha sido en la Casa de la Villa, sede del ayuntamiento, que acumula verdaderos tesoros art¨ªsticos.

De esta forma, el secretario general del Ayuntamiento, Pedro Barcina, no consinti¨® que un cuadro colgado en su despacho -que por otra parte necesita una restauraci¨®n-, obra de Palomino, titulado San D¨¢maso, fuera trasladado, siquiera de forma provisional, al museo. Tampoco se han expuesto un lienzo de Palmaroli titulado Fusilamientos del 3 de mayo (instalado en la Sala Goya del ayuntamiento), una estatua de Ricci, La Piedad (igualmente en la Sala Goya), o un cuadro-an¨®nimo, La Virgen de la Paloma (ubicado en la saleta de La Paloma, de la Casa de la Villa), por citar solamente los ejemplos m¨¢s destacados.

S¨ª se concedi¨® permiso para que el museo albergase por espacio de unos meses la magn¨ªfica Custodia de la Villa, obra del platero madrile?o Francisco Alvarez (instalado junto al Patio de Cristales); una magn¨ªfica tabla de Berruguete, titulada Virgel con el ni?o, que se encuentra en el despacho oficial del alcalde, y un lienzo de Goya de 1810, A legor¨ªa de la Villa de Madrid (Sal¨®n Goya), obras que han vueltoal ayuntamiento.

La magna exposici¨®n del. Museo Municipal, que ha sido alabada con justicia por cr¨ªtica y p¨²blico -s¨®lo en las primeras semanas de exposici¨®n fue visitada por 15.000 personas, cuando la media diaria de entradas a los museos est¨¢ por debajo de forma sensible-, bien pudiera servir de piedra de toque del inter¨¦s del madrile?o por su historia y su cultura.

Por ello, debieran de tenerse en cuenta las sugerencias de los cr¨ªticos y otras personas con prestigio profesional, en el sentido de que las riquezas art¨ªsticas depositadas en la Casa de la Villa y otros edificios municipales sean expuestas, si no de forma permanente, al menos con car¨¢cter rotatorio, en el Museo Municipal de Madrid, con el fin de que puedan ser contempladas por todos aquellos madrile?os que lo deseen y no solamente por los privilegiados que tienen la posibilidad de acceder a esas dependencias.