Su¨¢rez, en el Congreso
Estoy sorprendida por las manifestaciones del se?or Abril Martorell, y conste que estamos ya curados de espanto respecto de las inexactitudes y la manera de burlarse del espa?ol de a pie que tiene el ministro. Dice que el presidente Su¨¢rez no hablar¨¢ al pa¨ªs ahora, cuando hay expectaci¨®n ante unas posibles explicaciones de lo que para el ciudadano normal son enormes dislates o errores en nuestra pol¨ªtica. (Parece que la reacci¨®n es ?ahora quieren; pues no, ahora no?.)El principio de que parte el ministro -como si de otorgar un favor se tratase- es err¨®neo: ?no ha entendido los procedimientos democr¨¢ticos? El presidente Su¨¢rez, un hombre elegido por mandato popular, debe dar explicaciones peri¨®dicamente al pa¨ªs, y mucho m¨¢s, cuando nos agobian graves problemas.
La situaci¨®n es muy dif¨ªcil. El comportamiento de UCD y del Gobierno en Andaluc¨ªa es escandaloso. Algo semejante ocurre en mi Pa¨ªs Valenciano, Canarias, Baleares, etc¨¦tera. El affaire de TVE requerir¨ªa dimisiones en cadena y sanciones en cualquier pa¨ªs civilizado que se precie. Las cotas de paro (y el paro tiene nombres y apellidos, hambre, mala vivienda, d¨¦ficit escolar) no son una variable m¨¢s para ?jugar? con ella -porcentajes, coeficientes- en cultos coloquios para entendidos. Muchos profesores (como es mi caso) estamos sin trabajo o hacemos otra cosa, cuando un problema secular de Espa?a es la falta de cultura. La pol¨ªtica econ¨®mica es un fracaso. Nuestra pol¨ªtica exterior tiene ciertos temas que hacen sonrojarse a cualquier espa?ol.
Entonces, l¨®gicamente -?Y d¨®nde est¨¢ la ?trampa??- esperamos en la voz del presidente hechos, razones, explicaciones y programas concretos y viables. Y tenemos derecho a ello.
No queremos un discurso de Su¨¢rez, ?comiendo c¨¢mara?, sin posibles preguntas ni aclaraciones, un discurso ojeroso, ambiguo, tan in¨²til y lleno de lugares comunes como otras veces. Falto de concreciones. Reducible a tres o cuatro esl¨®ganes: ?Yo o el caos?, ?lo hacemos muy bien y donde no lo hemos hecho bien es que no se puede hacer mejor?, ?solidaridad y apretarse el cintur¨®n? (d¨ªgale eso a sus amigos, bien colocados, con sueldos que los dem¨¢s no vemos juntos en todo el a?o). No. Que su exposici¨®n sea en el Parlamento, con absoluta libertad para que nuestros representantes interpelen o pregunten. Y, eso s¨ª: que se televise al pa¨ªs el debate entero. (?Hablan de desinter¨¦s, desencanto? Que hagan esta peque?a prueba.)
No es mucho pedir. Es el uso de una pr¨¢ctica democr¨¢tica habitual y sencilla, usada incluso en ocasiones menos graves que la que soportamos. Al aceptar un mandato constitucional, Su¨¢rez est¨¢ obligado a hacerlo. Que no alegue el ministro Abril ?perversas intenciones? en los partidos o en el pueblo: cumplimos nuestro papel, exigimos nuestros derechos, y, por si no ha reparado en ello, estamos pagando la parte m¨¢s ingrata de la crisis; como siempre, por otra parte./
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