El Madrid, en la cuesta abajo

La Real Sociedad no cede terreno. El Madrid anda cuesta abajo en la rodada. La Liga se va hacia San Sebasti¨¢n. Vujadin Boskov, que aspiraba a tres t¨ªtulos, est¨¢ a un paso de no ganar ninguno. El domingo, en Sevilla, el Madrid acus¨® el stress de Hamburgo. La Real, en Burgos, desde el comienzo crey¨® en su triunfo. Quedan seis puntos por discutir y los del Madrid son mucho m¨¢s problem¨¢ticos que los de la Real. El Madrid tendr¨ªa que hacer un gran esfuerzo para no perder ninguno. Y no le valdr¨ªa de nada si la Real no perdiera al menos uno de los tres encuentros.

El final de la Liga puede ser de infarto. Porque, con todo, podr¨ªa darse el caso de que el ¨²ltimo encuentro fuera el decisivo. El Madrid recibir¨¢ el pr¨®ximo domingo al Atl¨¦tico de Madrid y despu¨¦s viajar¨¢ a Las Palmas. La Real se enfrentar¨¢ en Atocha al M¨¢laga y despu¨¦s ir¨¢ al campo del Sevilla. La jornada final ser¨¢ un doble enfrentamiento entre madrile?os y vascos. En Chamart¨ªn, Madrid-Athl¨¦tic de Bilbao, y en Atocha, Real-Atl¨¦tico de Madrid. El problema en la jornada final ser¨ªa mucho m¨¢s peliagudo para el Madrid, porque el Athl¨¦tic de Bilbao, sin prima, vendr¨¢ al Bernab¨¦u a cumplir su misi¨®n de ayudar a la Real. El Atl¨¦tico, en Atocha, no tendr¨¢ el mismo compromiso moral. El domingo, en el Manzanares, hubo reacciones gozosas con los goles donostiarras en Burgos. Al p¨²blico rojiblanco parece que le hace m¨¢s gracia el triunfo donostiarraEstos finales de campeonato son los que merecen la pena. Esos paseos del Madrid s¨®lo gustan en Chamart¨ªn. Al pa¨ªs le viene bien esta emoci¨®n cuando los primeros espadas de la pol¨ªtica han aburrido a su afici¨®n.

En Nervi¨®n, con Felipe Gonz¨¢lez y Rafael Escuredo en el palco, hubo bronca para Luis de Carlos. El presidente madridista hizo mutis y se retir¨® a los vestuarios para no seguir oyendo el ?As¨ª, as¨ª, as¨ª gana el Madrid?.

El primer espect¨¢culo de Marcel Domingo se produjo el domingo. Se levant¨® del banquillo para protestar y posteriormente, en la sala de prensa, perdi¨® los nervios y tuvo sus m¨¢s y sus menos con un informador de Radio Nacional que se limit¨® a pedirle que explicara qu¨¦ significaba eso de que el ¨¢rbitro hab¨ªa marcado a Arteche y Rub¨¦n Cano. Marcel, como es norma suya, mont¨® en c¨®lera. Vuelve donde sol¨ªa.

Radiotelevisi¨®n Espa?ola se ha autoerigido en organizadora de las competiciones oficiales de f¨²tbol. Desde Prado del Rey se ha decidido ya que la final de Copa se dispute el 31 de mayo en Mestalla y a las 8.30. Para ello, hay que suponer que han sido cursadas las ¨®rdenes oportunas para que Castilla y Valladolid sean eliminados de la competici¨®n. Aunque oficialmente nada se ha dicho, todo hace suponer que Pablo Porta ha sido sustituido por Luis Ezcurra. La pelea entre la federaci¨®n y televisi¨®n ha llegado ya a situaciones aut¨¦nticamente distorsionadoras.

Radiotelevisi¨®n Espa?ola ha anunciado en sus avances de programaci¨®n que transmitir¨¢ la final de Copa. Ello hace suponer que de no llegar a un acuerdo con la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, aplicar¨¢ el decreto de 1959. O tambi¨¦n que est¨¢ segura de que se firmar¨¢ un acuerdo satisfactorio por ambas partes. Televisi¨®n anuncia que el partido se disputar¨¢ en Mestalla. Esto hace pensar que ser¨¢ el escenario m¨¢s apropiado, porque el Rey asistir¨¢ a las ocho y media de esa tarde al homenaje a la bandera que se celebrar¨¢ en Valencia, en las v¨ªsperas del homenaje a las Fuerzas Armadas.

Radiotelevisi¨®n ha se?alado la fecha del 31 de mayo, decidida como orientativa en la asamblea del f¨²tbol espa?ol el 13 de julio. Pero esa fecha podr¨ªa no ser la adecuada si alguno de los dos equipos de Segunda Divisi¨®n, Castilla y Valladolid, lograran clasificarse para la final. En ese supuesto, la fecha de la final tendr¨ªa que ser pospuesta, porque el 1 de junio todav¨ªa hay Liga y el reglamento prohibe que un equipo dispute dos encuentros en menos de 48 horas.

Televisi¨®n, seguramente, con su anunci¨® quiere dar sensaci¨®n de que desea ahora hacer bien las cosas. Es decir, que no quiere pecar de falta de previsi¨®n, pero, de cualquier manera, evidentemente se ha pasado. Ha prescindido deliberadamente de los protagonistas de la retransmisi¨®n. Para los dirigentes de Prado del Rey los tiempos no han cambiado. Les basta con aplicar el decreto de 1959 para salirse con la suya.