Dos sacerdotes espa?oles, expulsados de Burundi
Dos sacerdotes diocesanos de Tarazona, que llevaban cinco a?os al frente de una parroquia de Nygangwa, en Burundi, fueron expulsados de este pa¨ªs centroafricano el pasado viernes, bajo la acusaci¨®n de haberse opuesto a los planes educativos del Gobierno de Bujumburu. Se trata de Pedro Mendoza, de 31 a?os, y de Roberto Miranda, de 34, que abandonaron Burundi el 18 de abril con una orden de expulsi¨®n rubricada por el Ministerio de Defensa de aquel pa¨ªs.
Los dos sacerdotes espa?oles, cuya expulsi¨®n fue precedida, desde junio de 1979, por la de una decena de religiosos de nuestro pa¨ªs establecidos en parroquias burundesas, manifestaron a su llegada a Madrid que su expulsi¨®n contraviene los derechos humanos y que en ning¨²n momento mostraron su oposici¨®n a los planes gubernamentales de Burundi. ?Nosotros nos negamos a autorizar que un local nuestro, destinado inicialmente para ser taller de carpinter¨ªa, fuera convertido por las autoridades en una escuela para minor¨ªas?, dice Pedro Mendoza. ?La escolarizaci¨®n es muy baja en Burundi, y la educaci¨®n se imparte casi exclusivamente a los miembros de la etnia tutsi, minoritaria pero hegem¨®nica en aquel pa¨ªs?, agrega Roberto Miranda.Burundi, con cuatro millones de habitantes, tiene su poblaci¨®n dividida entre un 15% de tutsis, de origen watusi, y un 84% de hutus, adem¨¢s de un 1 % de pigmeos, aproximadamente. Desde el acceso de Burundi a la independencia, en 1962, a?o en que continu¨® siendo una monarqu¨ªa feudal hasta 1976, este peque?o pa¨ªs ba?ado por el lado Tanganika y enclavado en el coraz¨®n de Africa, entre Ruanda, Tanzania y Zaire, ha sido dirigido por los tutsis, que controlan el Ej¨¦rcito, de unos 15.000 miembros, y el partido ¨²nico, Uni¨®n para el Progreso Nacional (Uprona). No existe Parlamento ni Constituci¨®n.
?Pese a que las nuevas autoridades se declaran socialistas, la lucha entre familias de la etnia hegem¨®nica no ha desaparecido. El socialismo africano tiene muy poco que ver con el socialismo cient¨ªfico?, se?ala Roberto Miranda, que ha realizado estudios antropol¨®gicos de modo simult¨¢neo a sus tareas pastorales.
?Hasta el momento no ha habido represi¨®n cruenta contra los religiosos?, dice Pedro Mendoza. ?Las autoridades expulsan gota a gota a los religiosos blancos, que tenemos que abandonar all¨ª nuestras tareas alfabetizadoras y de educaci¨®n?. ?Para sacerdotes progresistas como nosotros?, agrega, ?resulta muy contradictorio que seamos expulsados de un pa¨ªs que se dice socialista, pero nos lo explicamos por el cariz demag¨®gico de algunos reg¨ªmenes africanos, que, pese a sus autodenominaciones, siguen ejerciendo la segregaci¨®n racial y el caciquismo contra otras etnias, incluso mayoritarias, como la de los hut¨²es?.
?El 70% de la poblaci¨®n es cristiana en Burundi, uno de los pa¨ªses africanos con mayor tasa de practicantes de la religi¨®n cat¨®lica?, agrega Miranda. ?Lo peor de todo esto es que el Estado burund¨¦s utiliza la infraestructura de la Iglesia cat¨®llica para equipar al pa¨ªs y algunas jerarqu¨ªas religiosas de all¨ª no dicen nada en contra?.
Una carta conflicitiva
Los sacerdotes enviaron el mes de febrero una carta a Juan Pablo II en la que destacaban algunos aspectos cr¨ªticos hacia la labor de la Iglesia en el mundo actual. ?De un modo chocante, en el comunicado en el que las autoridades burundesas nos comunicaban la exulsi¨®n del pa¨ªs, se especificaban los motivos y se inclu¨ªa nuestra carta a Juan Pablo II, calificada como injuriosa y cocausante de la expulsi¨®n?, dicen los sacerdotes expulsados.?En Burundi no existen n¨²cleos urbanos apenas. Los mercados cumplen algunos papeles similares, pero la gente vive diseminada. Es uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, su renta no alcanza las 6.000 pesetas por habitante y a?o.
El concepto Estado no exist¨ªa all¨ª hasta que las autoridades lo han africanizado desde el franc¨¦s, y en lengua nativa, el kurundi, se denomina let¨¢, fon¨¦ticamente similar al franc¨¦s?. Burundi es una Rep¨²blica que se autodenomina laica y moderna. El Estado centraliza la producci¨®n y distribuci¨®n del caf¨¦, cuya exportaci¨®n supone el 80% de las divisas del pa¨ªs.
En 1972, poco antes de que llegaran al poder en Ruanda miembros de la etnia hutu, mayoritaria en Burundi, se desat¨® en este pa¨ªs una represi¨®n feroz que caus¨® entre 150.000 y 200.000 muertes entre los hutus burundeses; m¨¢s de 300.000 miembros de esta etnia se refugiaron en los Estados lim¨ªtrofes, y los que quedan hoy en el pa¨ªs, la gran mayor¨ªa a¨²n, soportan la dominaci¨®n de los tutsis con el temor de una nueva matanza como aqu¨¦lla.
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