La flota ballenera de Mass¨®, obligada a limitar sus capturas
Estados Unidos ha advertido al Gobierno espa?ol que, de no aceptar la cuota de caza de ballenas asignada a Espa?a por la Comisi¨®n Internacional allenera, podr¨ªa retirar los permisos para que la flota espa?ola faene en sus aguas territoriales Esta noticia coincide con el hundimiento de dos de los cinco balleneros que tiene la factor¨ªa de Juan Mass¨®, la ¨²nica que existe en Espa?a.
En 1978, la factor¨ªa ballenera del industrial espa?ol Juan Mass¨®, situada en la localidad de Mar¨ªn, en Pontevedra, caz¨® 582 ballenas a pocas millas de las costas gallegas. En 1979 se cazaron m¨¢s de setecientas. Hasta ese a?o, Mass¨® hab¨ªa cazado cet¨¢ceos ignorando la existencia de la Comisi¨®n Internacional Ballenera (CIB), constituida en 1946 por la mayoria de los pa¨ªses que capturaban ballenas, y que, a medida que ha ido aumentando el peligro de extinci¨®n de los cet¨¢ceos, han ido abandonando su caza o reduciendo las cuotas de capturas a los pa¨ªses miembros que a¨²n no han abandonado esta actividad.La impunidad con la que la flota de Mass¨® ven¨ªa matando ballenas desde 1931, sin someterse a m¨¢s l¨ªmites que los que daban la capacidad de captura de sus barcos anticuados, y que, por tanto, no son precisamente los mayores responsables de la alarmante disminuci¨®n de las ballenas, acab¨® cuando la CIB promulg¨® una norma seg¨²n la cual ning¨²n pa¨ªs miembro de la comisi¨®n pod¨ªa importar aceite y carne de ballena de pa¨ªses que no ertenecieran a la misma. Mass¨®, que exporta el 50% de sus ballenas a Jap¨®n, pa¨ªs miembro de la CIB, presion¨® ante las autoridades espa?olas para que Espa?a ingresara en la CIB, lo que el Gobierno espa?ol hizo en 1979.
La primera actuaci¨®n de la delegaci¨®n espa?ola en la comisi¨®n fue impugnar la cuota que el subcomit¨¦ cient¨ªfico de la CIB asign¨® a Espa?a para la temporada de 1980: 14.3 ballenas. Seg¨²n Juan Jos¨¦ Chao, delegado de Espa?a en la CIB, en la reuni¨®n que este organismo celebr¨® en Londres el 9 de julio de 1979 ?no se pod¨ªa aceptar una cuota tan baja, asignada sin ninguna base cient¨ªfica y muy inferior a la cifra que se viene cazando?.
La cuota hab¨ªa sido calculada haciendo la media del n¨²mero de ballenas que Mass¨® caz¨® en los ¨²ltimos diez a?os. La impugnaci¨®n de los espa?oles caus¨® una ola de protestas en todo el mundo. En la Direcci¨®n General de Pesca se han recibido miles de cartas de numerosos pa¨ªes ?tach¨¢ndonos de poco menos que de asesinos?, comenta a un funcionario de este organismo.
A los norteamericanos tampoco les gust¨® que la Administraci¨®n espa?ola impugnara la cuota de la comisi¨®n, y han amenazado al Gobierno espa?ol con aplicarles su ley de Pesca, seg¨²n la cual los pa¨ªses que no se sometan a las decisiones de la CIB ser¨¢n privados del 50% de las licencias de pesca en aguas territoriales norteamericanas y, en caso de reincidencia, se les negar¨¢ totalmente la entrada a sus caladeros para capturar cualquier tipo de peces.
La Administraci¨®n espa?ola ha realizado intensas gestiones para que en la pr¨®xima reuni¨®n de la CIB, que se celebrar¨¢ a mediados de junio en Londres, Mass¨® obtenga una cuota de captura de ballenas m¨¢s alta. Para ello han encargado un estudio sobre la poblaci¨®n de ballenas de las costas espa?olas a un bi¨®logo del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa (lEO) y han facilitado apoyo econ¨®mico a un equipo de cient¨ªficos de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona que ven¨ªan estudiando las ballenas desde hace a?os.
Sin embargo, los expertos consideran que es imposible realzar un informe medianamente serio en el plazo de dos meses -tiempo que le han dado al bi¨®logo del IEO- para presentar su trabajo ante el comit¨¦ cient¨ªfico de la CIB, y mucho menos teniendo en cuenta que los ¨²nicos datos disponiles sobre las capturas de ballenas en Espa?a son los que ha dado el propio Mass¨® y que la Administraci¨®n considera como v¨¢lidos, a pesar de que nunca fueron controlados.
Cuando las organizaciones ecologistas Green Peace y Amigos de la Tierra hab¨ªan anunciado una campa?a para pedir una moratoria indefinida en la caza de ballenas, que se inici¨® ayer con una rueda de prensa celebrada en la sede de la asociaci¨®n Aepden, en Madrid, el pasado domingo, un d¨ªa antes de que la flota ballenera de este industrial se hiciera a la mar para iniciar la actual temporada, dos de los cinco buques de Mass¨® se hund¨ªan misteriosamente en las aguas del puerto de Mar¨ªn (Pontevedra), despu¨¦s de que hicieran explosi¨®n dos bombas adosadas al casco.
Mass¨® seguir¨¢ cazando
En un principio se especul¨® con la posibilidad de que los autores de este sabotaje fueran los ecologistas de Green Peace, pero ¨¦stos han desmentido rotundamente cualquier relaci¨®n con e hecho. En su opini¨®n, ?en estos momentos, en los que la CIB insiste en obligar a Espa?a a aceptar la cuota de 143 ballenas, a Mass¨® le sobran balleneros y mano de obra, que ¨¦l puede, por otro lado, absorber perfectamente en su gran industria conservera. Hundirle dos barcos es hacerle un favor?.
Juan Mass¨® declar¨® a EL PA?S ue ?el hundimiento de los balleneros Ibsa I e Ibsa II, valorados cada uno de ellos en unos treinta millones de pesetas, dejar¨¢n sin trabajo a treinta personas?. Los buques de la serie Ibsa, de los que ahora s¨®lo queda a flote el Ibsa III, fueron comprados hace dos a?os en Noruega, a una empresa de desguace. Est¨¢n construidos en los a?os treinta y llevan unos motores especiales, de baja revoluci¨®n, para que al acercarse a las ballenas ¨¦stas no se espanten.
A pesar de todos estos sucesos, Mass¨® declar¨® a EL PA? que la campa?a de caza seguir¨¢ adelante. Sin embargo, sus planes parecen haberse alterado en algo. Hasta hace pocos d¨ªas, tanto Juan Mass¨® como la Direcci¨®n General de Pesca hab¨ªan declarado repetidas veces que Espa?a cazar¨ªa el n¨²mero de ballenas que le pareciera oportuno. En sus ¨²ltimas declaraciones Mass¨® afirm¨® que este a?o no cazar¨ªa m¨¢s de 143 ballenas.
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