La reuni¨®n de Par¨ªs manifest¨® la divisi¨®n en el movimiento comunista

La conferencia de los partidos comunistas europeos (salvo los nueve que se abstuvieron) celebrada en Par¨ªs los dos ¨²ltimos d¨ªas constituye un ?¨¦xito total? para sus organizadores, los comunistas franceses y polacos. El resto de la opini¨®n piensa lo contrario, porque ha servido, sobre todo, para evidenciar la divisi¨®n del movimiento comunista, y estima ?excesivo? el que se considere a la URSS como ?el centro mundial del pacifismo?.

Desde el principio hasta el final, la reuni¨®n de ?los veintid¨®s? en Par¨ªs ha dividido a los comunistas asistentes y a todos los dem¨¢s a prop¨®sito del objetivo de dicha asamblea: para los primeros se trataba de alertar a Europa sobre el peligro b¨¦lico que supone Estados Unidos. Para los segundos, como lo recordaba ayer toda la prensa parisiense, la reuni¨®n ?ten¨ªa por objeto afirmar la unidad del movimiento comunista europeo en torno a las posiciones sovi¨¦ticas en materia de relaciones internacionales?. Respecto a dicho objetivo, ?la conferencia ha sido un fracaso?, subrayan tambi¨¦n todos los observadores, ?porque no han asistido nueve partidos, entre los que se encuentran algunos de los m¨¢s importantes?.La apertura hecha a los ?socialistas, socialdem¨®cratas, cristianos y otros creyentes? indicar¨ªa, para algunos, que ?Marchais desea mantenerse en la tendencia eurocomunista?. Otros subrayan que esa apertura es vaga, como lo parece tambi¨¦n una eventual reuni¨®n de todas estas fuerzas europeas, y, por lo dem¨¢s, antes de atraer a su esfera de acci¨®n pacifista a los socialistas y cristianos, el primer problema de la URSS lo constituyen los partidos que, como el espa?ol y el italiano, han negado su participaci¨®n en la ofensiva pol¨ªtica lanzada en Par¨ªs. Sobre este mismo problema, el hecho de que en la reuni¨®n de Par¨ªs se evitara toda confrontaci¨®n con ?los nueve? partidos comunistas no asistentes ha llamado la atenci¨®n. Pero nadie da por resuelto el caso de esos disidentes. Algunos especialistas de la pol¨ªtica sovi¨¦tica estiman que, a largo plazo, lo que pretende la URSS con su t¨¢ctica de buenas maneras, con los italianos y espa?oles especialmente, consiste en ofrecer razones a las tendencias prosovi¨¦ticas de esos partidos para que acent¨²en su contestaci¨®n.