Comentario al problema de la investigaci¨®n
Actualmente se habla continuamente de la investigaci¨®n. Se discuten especialmente tres aspectos: el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, la investigaci¨®n en la universidad, y la conveniencia general de m¨¢s apoyo econ¨®mico a la investigaci¨®n. Pero en esta cuesti¨®n hay un problema previo, al que se atiende poco. La gran mayor¨ªa de las personas no sabe bien qu¨¦ es y qu¨¦ necesita la investigaci¨®n: tienen ideas parciales y simplistas, y en funci¨®n de el las opinan. Lo malo es que este conocimiento inseguro tambi¨¦n afecta a algunos de los responsables de la financiaci¨®n y ordenaci¨®n de la investigaci¨®n nacional. Por ello, parece conveniente hacer las siguientes puntualizaciones.1. Investigaci¨®n es la actividad que busca sistem¨¢ticamente ampliar el conocimiento y el dominio del hombre sobre la realidad en que existe. Sin duda, la investigaci¨®n cient¨ªfica es la m¨¢s importante, y se refiere a realizar este avance, en cualquier campo, adoptando el m¨¦todo cient¨ªfico; es decir, observando y experimentando, haciendo inducciones generales basadas en esa experiencia y observaci¨®n, y comprobando met¨®dicamente si las inducciones, o teor¨ªas, siguen siendo v¨¢lidas cuando el campo de comprobaci¨®n se ampl¨ªa. Este es el ¨²nico m¨¦todo en el que la verdad se comprueba continuamente, y por ello es el ¨²nico que consigue no s¨®lo avances seguros, sino una forma de progreso continuada. La investigaci¨®n cient¨ªfica es aplicable a casi todos los ¨¢mbitos del conocimiento.
Hay otra separaci¨®n que es tambi¨¦n poco significativa: la de ciencia y tecnolog¨ªa. Estrictamente, la tecnolog¨ªa es la aplicaci¨®n pr¨¢ctica del conocer cient¨ªfico, pero en la realidad cotidiana, lo que es ciencia ?pura? y lo que es tecnolog¨ªa est¨¢n en continua e ¨ªntima interdependencia. Hay casos en que el investigador aborda un problema te¨®rico, sin pensar en su posible utilidad, como ocurre a menudo en las matem¨¢ticas y tambi¨¦n en la f¨ªsica, y su utilidad pr¨¢ctica surge despu¨¦s, como ha pasado en el caso de la l¨®gica matem¨¢tica y su posterior enorme importancia en la industria de las computadoras. Pero tambi¨¦n muchas veces pasa justamente lo contrario: al pretender resolver alg¨²n problema pr¨¢ctico se plantean nuevos problemas te¨®ricos, que pueden conducir a extensas ramificaciones en la ciencia ?pura?. Por ello la separaci¨®n en investigaci¨®n ?pura? y ?aplicada? en el mundo moderno resulta algo ingenua y simplista, quiz¨¢ peligrosa.
2. Actualmente parece haber confusi¨®n respecto a c¨®mo, d¨®nde y por qui¨¦nes ha de realizarse la investigaci¨®n. La calidad y eficacia de la investigaci¨®n dependen, ante todo, de los siguientes tres factores: dinero disponible, experiencia y vocaci¨®n de los investigadores; existencia de organizaciones en que los investigadores puedan desenvolverse, y que ellos mismos puedan, progresivamente, ir adaptando a las circunstancias reales. Los dos primeros factores son los m¨¢s importantes. S¨ª los investigadores est¨¢n bien escogidos y disponen de medios materiales, ellos, por muy diversos cauces, sabr¨¢n perfeccionar sus organismos de trabajo y descubrir¨¢n cu¨¢les son los campos y temas de trabajo que con mayor provecho general han de abordar.
Pero en un pa¨ªs como Espa?a, todav¨ªa con poca capacidad para abordar costosos proyectos de investigaci¨®n avanzada, lo correcto es que se busque lo siguiente:
a) Una variedad adecuada de centros que trabajen en los campos principales de la investigaci¨®n, y que sirvan de enlace coordinador con los centros de similar especialidad en el extranjero, para reunir y facilitar informaci¨®n, organizar y participar en reuniones y congresos, editar libros y trabajos, mantener bibliotecas, y servir de focos de relaci¨®n en su especialidad. Estos centros da lo mismo que sean privados, que est¨¦n en la universidad o que sean centros estatales, como lo son los institutos del CSIC.
b) Adem¨¢s, los centros han de trabajar seriamente, al nivel que el pa¨ªs pueda costear, para repetir y, en alg¨²n aspecto, quiz¨¢ superar el trabajo que ya se realiza en los pa¨ªses m¨¢s avanzados. Esta labor de emular con creciente amplitud la m¨¢s avanzada actividad cient¨ªfica del extranjero constituye la verdadera infraestructura sobre la que cada pa¨ªs, paulatinamente, puede mejorar su nivel general de investigaci¨®n propia. Pero estos centros necesitan contar con cierta independencia, flexibilidad de organizaci¨®n y, sobre todo, con medios econ¨®micos.
c) Los centros donde se practica la investigaci¨®n pueden y deben ser de muy variada organizaci¨®n. Es necesario que en las facultades de las universidades se investigue, tanto por los profesores como por los alumnos, unos guiando, otros aprendiendo y ayudando. Tambi¨¦n las grandes empresas y, en general, la industria privada tienen la responsabilidad de desarrollar su propia investigaci¨®n, o al menos de financiarla y participar indirectamente apoyando ciertos centros. Finalmente, el Estado est¨¢ obligado a dedicar una proporci¨®n razonable de sus recursos a desarrollar ,una buena investigaci¨®n a trav¨¦s de centros estatales, como el CSIC, y tambi¨¦n por medio de organismos regionales, y similares. El Estado debe atender, sobre todo, a aquellos aspectos de la investigaci¨®n que encajan menos bien en la universidad y en las empresas.
3. El avance cient¨ªfico y t¨¦cnico es global. Cada pa¨ªs no cuenta con su propia investigaci¨®n, cuenta con la de todo el mundo. El retraso hasta que se filtra un avance cient¨ªfico de un pa¨ªs a otro, excepto en raros casos, depende principalmente de la capacidad cient¨ªfica y t¨¦cnica que cada pa¨ªs tiene para asimilar y saber aprovechar ese avance. Por ello no es necesario que cada pa¨ªs, sobre todo los que no est¨¢n en la vanguardia del progreso y de los recursos econ¨®micos, pretenda cubrir todas las ramas de la investigaci¨®n. Basta entender, aprovechar y participar, por ese orden, del progreso de la ciencia y tecnolog¨ªa mundiales. Actualmente, la investigaci¨®n en Espa?a es esencial, no tanto por lo que pueda aportar de nuevo, sino por hacer posible que el pa¨ªs se integre progresivamente, sin quedarse atr¨¢s, en la actividad investigadora conjunta del mundo. Cada a?o Espa?a debe a?adir m¨¢s de su propia cosecha al acerbo com¨²n de la humanidad, pero la necesidad urgente inmediata es conocer y saber aprovechar lo que ahora se est¨¢ haciendo fuera en los niveles m¨¢s avanzados. No olvidemos que la investigaci¨®n es casi la ¨²nica resultante creadora, el ¨²nico medio verdadero, que tiene el hombre para mejorar su destino.
4. Pensamos que en este momento lo m¨¢s sencillo y sensato, para iniciar un aut¨¦ntico desarrollo de la investigaci¨®n en Espa?a es aumentar en seguida, en unos 10.000 millones de pesetas anuales, el dinero que el Estado adscribe a este cap¨ªtulo; dar facilidades para la concesi¨®n de becas y contratos de trabajo (bien retribuidos) para investigar, pero recortar en lo posible el sistema de oposiciones y puestos permanentes en el Estado (excepto si se trata de la universidad) para cargos de investigaci¨®n; suspender las continuas revoluciones estructurales, y, en cambio, ir mejorando poco a poco, con prudentes y bien pensadas medidas, los puntos d¨¦biles que ahora existen en el conjunto de la investigaci¨®n espa?ola, muchos de los cuales son humanos, otros formales, y otros, simplemente circunstanciales. Sobre todo, se necesita atraer a la investigaci¨®n a la gente con mejor historial, acad¨¦mico que sale de la universidad, pero no con la tentaci¨®n de una plaza permanente de funcionario, sino con la posibilidad de. un contrato de trabajo dignamente pagado y unos a?os de labor creadora.
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