La Real especul¨® mucho y se qued¨® sin nada

El gusto por la especulaci¨®n perdi¨® a la Real en Sevilla. Con empate en el marcador, dos expulsados en el equipo contrario y veinticinco minutos por delante, renunci¨® a atacar y trat¨® de conservar el resultado con cesiones hacia atr¨¢s. Bertoni rob¨® una de esas cesiones, hizo gol y comprometi¨® seriamente las posibilidades de la Real de ganar el t¨ªtulo.El curso del partido fue normal hasta el minuto 65. La Real sali¨® cerrada, con la solidez de siempre atr¨¢s, pero con menos salida que otras veces por la falta de L¨®pez Ufarte, cuyo papel no puede desempe?ar Gaztelu con plena efectividad; arriba, tampoco Amiano era para Satr¨²stegui el compa?ero eficiente que es Id¨ªgoras, m¨¢s joven, r¨¢pido y agresivo que ¨¦l. Pero atr¨¢s la Real era fuerte, por la cantidad de hombres y la soltura con que se desenvolv¨ªan, y los empujones del Sevilla no consegu¨ªan inquietar mucho a Arconada, que con alguna que otra salida resolv¨ªa los problemas.
A la media hora de juego cay¨® el primer gol. Fue un buen bal¨®n largo para Juan Carlos, que lo recogi¨® a espaldas de la defensa donostiarra y lo entreg¨® a Bertoni, que necesit¨® de dos disparos a bocajarro para vencer a Arconada. La Real estaba por detr¨¢s en el marcador, todos los m¨¦ritos hasta el momento los hab¨ªa puesto el Sevilla y el p¨²blico comenz¨® a retirarles su afecto a los donostiarras.
Hubo luego una fase de 35 minutos (interrumpida por el descanso) en la que la Real se ech¨® algo hacia adelante, pero sin perder nunca de vista su propia ¨¢rea y sin acierto en sus combinaciones de ataque, sin duda por culpa de las citadas bajas de ld¨ªgoras y L¨®pez Ufarte. Valero, debutante, se mostr¨® en principio seguro, y la Real apenas dejaba impresi¨®n de rozar el gol, ante un Sevilla que, a su vez, confiaba en aguantar hasta el final sin m¨¢s cambios en el marcador. Ormaechea sustituy¨® a Amiano por Id¨ªgoras (saliente de una lesi¨®n) en el minuto 59, y el f¨²tbol de ataque de la Real se alegr¨® algo.
La jugada decisiva lleg¨® en el minuto 65, cuando Satr¨²stegui baj¨® un bal¨®n de cabeza para Zamora, que lo transform¨® en gol. La protesta masiva de los sevillistas les dej¨® con. dos hombres menos y no consigui¨® mover el gol del marcador. Con veinticinco minutos por delante y nueve hombres enfrente la Real renunci¨® al ataque. El Sevilla, enfurecido contra el ¨¢rbitro, se desahog¨® con una especie de t¨¢ctica de tierra quemada? y durante algunos minutos atemoriz¨® a los donostiarras con entradas dur¨ªsimas, ante las que Soriano (tan firme y acertado al negarse a consultar al linier para que le explicara una jugada que ¨¦l hab¨ªa visto perfectamente) se inhibi¨®.
M¨¢s a¨²n se inhibi¨® la Real, que decidi¨® (al menos lo decidieron la mayor¨ªa de sus hombres) que el empate era bueno. En lo que restaba de partido, la Real perder¨ªa no s¨®lo ese punto que le bastaba y, con ¨¦l gran parte de sus posibilidades de ganar, por primera vez en su historia, el t¨ªtulo; perdi¨® tambi¨¦n casi toda la gloria conseguida a lo largo de 32 partidos anteriores. Los balones a Arconada desde medio campo, la renuncia al ataque, la p¨¦rdida de tiempo, encresparon al p¨²blico, que se volc¨® definitivamente del lado del Sevilla, que, por contra, buscaba el ataque en un generoso derroche de fuerzas, dejando las espaldas sin cuidar y a riesgo de contraataques que la Real apenas intentaba. Ni la tremenda inseguridad de Valero en esta fase (hubo jugadas en las que fue al bal¨®n y se cruz¨® con ¨¦l sin tocarlo) anim¨® a la Real. Uno de tantos pases atr¨¢s fue birlado por Bertoni y convertido en gol con un sensacional disparo. S¨®lo entonces fue la Real arriba, pero sin acierto, como anonadada por la estupidez que hab¨ªa estado cometiendo hasta ese momento. El Sevilla volvi¨® a echar mano de las entradas duras y aguant¨® sin problemas hasta el final, adelantado por obra y gracia del ¨¢rbitro, al que desde hac¨ªa tiempo se le notaban las ganas de marcharse pronto a casa para no tener m¨¢s problemas. El Sevilla celebr¨® su triunfo como si fuera la copa del mundo, y la Real se march¨® en llanto.
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