Nueva reglamentaci¨®n de publicidad en la televisi¨®n belga
Los aceites que evitan el infarto de miocardio, la milagrosa agua mineral que permite adelgazar a base de beber vasos y vasos, el se?or con bata blanca que aconseja una crema que ?elimina el acn¨¦ ...? Todos estos anuncios desaparecer¨¢n inmediatamente de las pantallas de la televisi¨®n, la radio y los peri¨®dicos belgas. El Gobierno ha aprobado una severa reglamentaci¨®n para la publicidad sobre productos alimenticios o pseudofarmac¨¦uticos, cuya norma m¨¢s espectacular es la tajante prohibici¨®n de hacer referencia a productos queayudan a adelgazar. Quedan prohibidas tambi¨¦n ?todas las referencias que susciten o exploten los sentimientos de temor o miedo?.Las empresas publicitarias deber¨¢n ajustarse en el futuro a las siguientes normas: no mencionar jam¨¢s las palabras ?higi¨¦nico, medicinal, enfermo y enfermedad?, as¨ª como ?todos los derivados, compuestos o sin¨®nimos de estas palabras?, seg¨²n precisa la sabia orden ministerial. No podr¨¢n representar s¨ªntomas de enfermedades ni hacer creer que dando un mordisco a un pastelillo o chupando un caramelo mejora, por ejemplo, el sistema circulatorio o el sistema nervioso.
Jam¨¢s podr¨¢ aparecer en pantalla un se?or con bata que evoque la figura del m¨¦dico o del farmac¨¦utico, ni se dir¨¢ nada que pueda hacer creer que ese producto est¨¢ ?recomendado?. En t¨¦rminos generales, no se podr¨¢ hacer creer que el producto en cuesti¨®n posee propiedades ?que no puedan ser demostradas con criterios objetivos y mesurables? ni que ?es distinto? cuando los dem¨¢s productos de su g¨¦nero presentan las mismas cualidades.
Se pondr¨¢ tambi¨¦n mucho cuidado para evitar las ?menciones, indicaciones, designaciones, apelaciones, representaciones o s¨ªmbolos que induzcan a error en lo concerniente a la naturaleza, identidad, calidad, composici¨®n, forma de producci¨®n o de preparaci¨®n, estado, conservaci¨®n, caracter¨ªsticas de origen o procedencia? del producto alimenticio en cuesti¨®n o de las materias primas e ingredientes que lo componen.
Quedan condenados as¨ª, en la televisi¨®n belga, los anuncios publicitarios del ?chocolate fabricado como hace un siglo?, cuando sale de una f¨¢brica modern¨ªsima; el chorizo que se seca ?al puro aire de la sierra?, cuando lo hace en una c¨¢mara frigor¨ªfica, o cualquier otro de esos anuncios que campan a sus respetos por los medios de comunicaci¨®n de otros pa¨ªses europeos.
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