El t¨²nel
La historia de este t¨²nel, que cambi¨® o aceler¨® al menos el curso de la historia contempor¨¢nea espa?ola, se ha llevado por dos veces al cine. En lo fundamental, en lo que el p¨²blico ya sabe de antemano, ambas coinciden, m¨¢s o menos. No as¨ª en la an¨¦cdota ni en los personajes. Para juzgar ciertos acontecimientos hist¨®ricos -y ¨¦ste lo es para los espa?oles-, se necesita perspectiva hist¨®rica capaz de acercarnos de modo aut¨¦ntico, ya que no objetivo, dentro de lo que cabe, m¨¢s all¨¢ del ensayo apresurado. La Historia puede esperar, no as¨ª el cine, tal como se produce siempre, en busca de una actualidad que raya a menudo en el oportunismo.As¨ª, este t¨²nel -t¨ªtulo inicial de la pel¨ªcula-, era, de por s¨ª, toda una tentaci¨®n para cualquier especialista en relatos pol¨ªticos, que, como suele suceder, s¨®lo convencen a los ya convencidos de antemano. En la primera versi¨®n, la Direcci¨®n General puso como condici¨®n para permitir exhibirla filmar ?a posteriori? un pr¨®logo sobre la vida de la v¨ªctima, una especie de No-Do, que produc¨ªa en el espectador el efecto contrario al previsto. En esta segunda, de mayores pretensiones y proyecci¨®n fuera de nuestro pa¨ªs, la historia de la aventura en s¨ª se pretende situar en el contexto hist¨®rico, a trav¨¦s de unos cuantos p¨¢rrafos, antes de los t¨ªtulos de cr¨¦dito.
Operaci¨®n Ogro
Direcci¨®n: Gillo Pontecorvo. Gui¨®n: Ugo Pirro, Giorgio Allorio y Gillo Pontecorvo. Fotograf¨ªa: Marc Gatti. M¨²sica: Ennio Morricone. Int¨¦rpretes: Gian Maria Volont¨¦, Jos¨¦ Sacrist¨¢n, ?ngela Molina, Eusebio Poncela, Saverio Marconi, Georges Staquet, Nicole Garc¨ªa, Estanis Garc¨ªa, Jos¨¦ Cervino, Luis Politi. Cine pol¨ªtico. 1979. Local de estreno: Roxy B.
Pretender ofrecer en esos p¨¢rrafos y un mapa las l¨ªneas esenciales del problema vasco y en unas cuantas im¨¢genes la realidad de un pa¨ªs en trance de conquistar la democracia, resulta no s¨®lo in¨²til, sino fr¨ªvolo. Un tema y otro han sido y son bastante m¨¢s profundos y complejos.
Luego viene la acci¨®n. La historia ya se conoce y da poco de s¨ª. Los momentos decisivos de la Historia a veces duran s¨®lo un instante. No as¨ª sus consecuencias y sus preliminares. Para llenar tal apartado, tres guionistas italianos han acumulado demasiados esquemas y no poca imaginaci¨®n en torno a un pu?ado de verdades. El resultado ha sido una pel¨ªcula impersonal, un tanto paternalista, en la que a la aventura se le a?ade la cuesti¨®n de la necesidad de seguir o no seguir la lucha armada tras la muerte de Franco.
La voladura
El n¨²mero final de la voladura, plato fuerte para un p¨²blico no deImasiado iniciado, se aplaza o esconde en la manga hasta el final, en un juego de prestidigitaci¨®n, que no tiene inconveniente en saltarse los tiempos reales.
En el caso de estos temas recientes, el camino entre la verdad y lo veros¨ªmil suele a veces desencadenar efectos imprevistos. As¨ª, la huida en el cami¨®n de troncos despierta la risa del espectador, al igual que otros momentos de la an¨¦cdota o el di¨¢logo. Los actores est¨¢n bien en general, pero, seg¨²n su nombre resulta m¨¢s conocido, pierden en verdad, aunque, en el caso de Jos¨¦ Sacrist¨¢n, se trate de uno de sus trabajos peores. Es como si, salvadas las distancias, La batalla de Argel hubiera sido interpretada por Dustin Hoffman y Jane Fonda. Hubiera sido una batalla muy distinta, como sucede en este filme, que fuera de Espa?a no es f¨¢cil llegue a interesar, tal como sucedi¨® en Venecia y ha sucedido en posteriores proyecciones.
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