Bronca parlamentaria entre Gobierno y oposici¨®n por el secuestro de la pel¨ªcula "El crimen de Cuenca"
El Congreso de los Diputados debati¨® ayer, en medio de una gran bronca, la situaci¨®n creada por el secuestro de la pel¨ªcula El crimen de Cuenca, ordenado por la justicia militar. El vicepresidente del Gobierno, Fernando Abril, tuvo una intervenci¨®n, en tono airado, en la que advirti¨® a la oposici¨®n que no est¨¢n los tiempos para buscar conflictos con las instituciones, en una clara referencia a las Fuerzas Armadas. Alfonso Guerra, n¨²mero dos del PSOE, replic¨® que tal advertencia es una amenaza intolerable para el Parlamento.
El debate se suscit¨® por una pregunta del mismo Guerra al ministro de Cultura, sobre la situaci¨®n de la pel¨ªcula en cuesti¨®n. El dirigente socialista se interesaba por la actitud del Gobierno ante el secuestro de la obra y el procesamiento de su autora, Pilar Mir¨®, y sobre las intenciones del Gobierno en relaci¨®n con la lucha por la libertad de expresi¨®n.Ricardo de la Cierva contest¨® que la actitud del Gobierno ante una decisi¨®n de la justicia, en este caso la militar, no puede ser m¨¢s que acatarla. A?adi¨® que el Gobierno no puede dar instrucciones al ministerio fiscal para que la jurisdici¨®n militar se inhiba en favor de la ordinaria, ya que la justicia de las Fuerzas Armadas no puede ser mediatizada por el Gobierno, en virtud de la divisi¨®n de poderes constitucionalmente regulada.
En cuanto a la libertad de expresi¨®n, el ministro de Cultura afirm¨® que est¨¢ totalmente comprometido con ella, y cit¨® como ejemplos las felicitaciones que se le dieron cuando en tiempos pasados dimiti¨® de la Direcci¨®n General de Cultura Popular por haber llevado una pol¨ªtica liberal y abierta. Pero advirti¨® Ricardo de la Cierva que la libertad de expresi¨®n implica tambi¨¦n el respeto del derecho al honor y a la propia imagen, entre otras cosas.
A?adi¨® que el Gobierno en su conjunto est¨¢ en el mismo compromiso por la libertad de expresi¨®n, y cit¨® numerosos ejemplos de actuaciones en favor de la misma, al mismo tiempo que anunci¨® varias modificaciones de la legalidad vigente en el mismo sentido. Al t¨¦rmino de la intervenci¨®n, la oposici¨®n abuche¨® al ministro y aporre¨® los pupitres.
Alfonso Guerra replic¨® que no es cierto que el Gobierno haya respetado la legalidad, ya que el art¨ªculo veinte de la Constituci¨®n prohibe la censura previa y el secuestro si ¨¦ste no se hace en virtud de una resoluci¨®n judicial, y afirm¨® a rengl¨®n seguido que la autoridad militar no ha respetado la Constituci¨®n, la cual limita sus competencias al ¨¢mbito estricto de las Fuerzas Armadas.
Tambi¨¦n dijo que no se le hab¨ªa contestado a las interrogantes de si el Gobierno considera que narrar unos hechos reales ocurridos hace sesenta a?os es constitutivo de delito. ?Usted ha demostrado que no ejerce como ministro de Cultura?, termin¨® Guerra.
Ricardo de la Cierva replic¨® que estaba decepcionado por las pocas cualidades de jurista del dirigente socialista, e inici¨® una frase que dec¨ªa textualmente: ?Si hici¨¦ramos caso de la Constituci¨®n, que no lo hacemos...?. En ese momento la oposici¨®n dedic¨® un gran aplauso al ministro, queri¨¦ndole hacer ver que reconoc¨ªan que no se cumple la Constituci¨®n. Este aplauso se uni¨® a las protestas y pateos que hab¨ªan acompa?ado el debate hasta entonces.
El ministro de Cultura asegur¨® que el secuestro es constitucional, puesto que se ha producido en virtud de una resoluci¨®n judicial, y respecto a si la narraci¨®n de unos hechos es delito, afirm¨® que el diputado Guerra sabe de sobra que narrar cinematogr¨¢ficamente no equivale a narrar simplemente. Termin¨® mostrando serias dudas sobre la fidelidad de la pel¨ªcula a los hechos reales.
En ese momento pidi¨® la palabra el vicepresidente Abril, quien afirm¨® que la oposici¨®n no preguntaba realmente para aclarar una cuesti¨®n, sino para extraer conclusiones negativas supuestas de antemano. Afirm¨® que es absolutamente injusto decir que el Gobierno, que ha contribuido como el que m¨¢s a traer la democracia, no defiende la libertad de expresi¨®n.
Acus¨® a la oposici¨®r, de no reconocer que lo que no quieren es que el caso de la pel¨ªcula est¨¦ en la jurisdicci¨®n militar, ante lo que surgi¨® un clamor en los bancos de la izquierda, cuyos ocupantes gritaron: ?Claro que s¨ª?. Despu¨¦s dijo que una respuesta responsable al asunto consiste en tramitar urgent¨ªsimamente la reforma del C¨®digo de Justicia Militar, y termin¨® advirtiendo, que no est¨¢n los tiempos y la situaci¨®n para buscar conflictos con las instituciones o desgastar al Gobierno. La intervenci¨®n del vicepresidente acab¨® con un gran aplauso de UCD y los ya repetidos pateos de la oposici¨®n, en medio de una gran bronca.
Replic¨® Alfonso Guerra que si hab¨ªa dicho que el caso no debe estar en la jurisdicci¨®n militar y se mostr¨® sorprendido de que pida ese tr¨¢mite urgente del nuevo c¨®digo un representante del Gobierno que ha tenido meses para preparar el proyecto. Pregunt¨® qu¨¦ quiere decir la expresi¨®n ?que no se hagan conflictos con las instituciones? y si el deseo del Gobierno es que no se pueda discutir en el Parlamento sobre las Fuerzas Armadas.
El ministro de Defensa, Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n, pidi¨® la palabra a su vez para afirmar categ¨®ricamente que el Gobierno no ha retenido el proyecto del C¨®digo de Justicia Militar, sino todo lo contrario, pero que debe quedar claro que el c¨®digo que hoy est¨¢ vigente hay que cumplirlo. Alfonso Guerra respondi¨® que el presidente de Congreso y la Mesa son testigos d que el ministro de la Defensa desconoce el tema o no dice la verdad, ya que ha sido el representante del Grupo Socialista el que ha tenido que pedir ante la Junta de Portavoces que se re¨²na la ponencia que informa del proyecto.
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