EE UU inicia la retirada de Europa de 1.000 cabezas nucleares
Coincidiendo con la reuni¨®n cumbre del Pacto de Varsovia en la capital polaca, ha comenzado la retirada de Europa de mil cabezas nucleares norteamericanas, en lo que se considera la respuesta oficial de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) a la decisi¨®n del Pacto de Varsovia de reducir en mil el n¨²mero de sus carros de combate estacionados en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana.Estados Unidos tiene alrededor de 7.000 ojivas nucleares en Europa, la mayor parte en Alemania Federal, destinadas a misiles t¨¢cticos, minas y artiller¨ªa at¨®micos. Tras la decisi¨®n de la OTAN de desplegar en Europa los misiles Pershing 2 y Crucero, gran n¨²mero de ellas se han convertido, por anticuadas, en in¨²tiles.
El comienzo de esta operaci¨®n, mientras que el nuevo secretario norteamericano de Estado estrena su cargo en Europa y los ministros de Defensa de la OTAN acuerdan reforzar militarmente la Alianza Atl¨¢ntica, se interpreta como un signo de la voluntad negociadora occidental hacia Mosc¨² para la reducci¨®n de armamento estrat¨¦gico.
Los ministros de la OTAN propusieron que se iniciaran estas negociaciones en diciembre, a la vez que acordaban instalar en suelo europeo 108 misiles Pershing 2 y 464 tipo Crucero, para contrarrestar antes de 1983 los SS-20 sovi¨¦ticos. Fuentes diplom¨¢ticas de Bruselas se?alan que la retirada de estas mil ojivas at¨®micas satisface a varios pa¨ªses de la Alianza que han deseado siempre esta reducci¨®n, sobre todo Holanda y Dinamarca.
El martes, por sexta vez en seis meses, un destacamento de tropas sovi¨¦ticas estacionadas en la RDA ha abandonado Alemania para regresar a la URSS. Los movimientos comenzaron en diciembre de 1979, dos meses despu¨¦s de que Breznev anunciara en Berl¨ªn este que Mosc¨² estaba dispuesto a retirar de la RDA, en el plazo de un a?o, ?hasta 20.000 hombres y mil blindados ?.
Los observadores occidentales se interrogan, sin embargo, por el alcance real de esta retirada sovi¨¦tica. Siete meses y medio despu¨¦s de la promesa del n¨²mero uno sovi¨¦tico, nadie cree que se haya llegado a la mitad de las cifras prometidas. Los periodistas occidentales destacados en la RDA nunca han visto regresar a la URSS m¨¢s que peque?os convoyes ferroviarios.
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