La romer¨ªa de la Casa de Campo tuvo m¨¢s seguidores que los actos religiosos y deportivos de San Isidro
La romer¨ªa de la Casa de Campo, que concentr¨® a miles de madrile?os, constituy¨® el acto m¨¢s multitudinario de una fiesta de San Isidro que cont¨® con la presencia del ayuntamiento en los dos actos religiosos de la jornada: la misa de pontifical en la catedral y la procesi¨®n del santo a las ocho de la tarde. El programa de festejos en los barrios, confeccionado b¨¢sicamente a base de pruebas deportivas y actos culturales, apenas trajo ninguna innovaci¨®n respecto a a?os anteriores, aunque cont¨® casi siempre con una numerosa presencia de madrile?os.
El programa oficial de festejos se inici¨® por la ma?ana, con una misa pontifical oficiada en la catedral madrile?a por el cardenal Enrique y Taranc¨®n y a la que asistieron el alcalde, Enrique Tierno; los tenientes de alcalde Ram¨®n Tamames y Jos¨¦ Barrionuevo y algunos concejales, siguiendo la costumbre que durante a?os hab¨ªan mantenido corporaciones anteriores.En la mayor¨ªa de las barriadas, el programa matutino se resumi¨® en una larga serie de actos de car¨¢cter deportivo, que consiguieron una notable participaci¨®n juvenil. Sin embargo, la concentraci¨®n festiva m¨¢s importante tuvo como marco todo el recinto de la Casa de Campo. El d¨ªa soleado ayud¨® a que cientos de familias de madrile?os se dirigieran hasta los merenderos del parque, con la comida preparada en las correspondientes bolsas, para correr, hacer punto o simplemente tomar el sol. Los ni?os ten¨ªan grandes posibilidades de disfrutar haciendo peque?os viajes en globo alrededor del lago, aunque con los consiguientes disgustos para muchos peque?os por la escasez de plazas. El alcalde, Enrique Tierno, estuvo un momento con los ni?os, pero no quiso subir en el globo cuando algunos peque?os le invitaron, ?porque en ese momento ten¨ªa un compromiso?.
Numerosos puestos y casetas de feria colocados a lo largo del recinto por partidos pol¨ªticos y asociaciones intentaban dar algo de sabor castizo a la fiesta, aunque la gente estaba m¨¢s por el disfrute del sol y del campo que por el disfraz castizo o la b¨²squeda infructuosa de rosquillas del santo.
A la romer¨ªa de la ermita de San Isidro llegaron tambi¨¦n cientos de personas, cuyo principal problema fue conseguir una mesa en la que comer la tortilla y sacar la bota de vino. Por lo dem¨¢s, solamente la venta de sombreros -la mayor¨ªa cordobeses-, flautas, globos o molinillos, adem¨¢s de alg¨²n organillo perdido, daban un toque isidril a la fiesta.
"Rock" y vino en el anfiteatro
Mientras la gente mayor aprovechaba el primer d¨ªa del largo ?puente? de san Isidro tumbado sobre la hierba, a la espera de la hora de comer, desde las once de la ma?ana el anfiteatro de la Casa de Campo reun¨ªa a varios cientos de j¨®venes para presenciar la final del tercer concurso de rock de la villa de Madrid. Algunos de los grupos resultaron especialmente anodinos, a juicio de los que reconoc¨ªan ir de profanos en la materia. Sin embargo, otros se encargaron de dar marcha a la gente, que a golpe de vino y porro asist¨ªa Impasible al desfile musical. Ya al final fue cuando se consigui¨® mayor ambiente y participaci¨®n. Los componentes del conjunto C¨®pula de Helado consiguieron divertir y entusiasmar a muchos o, por lo menos, sacarlos del adorm¨ªlamiento. Luego, el grupo Guadalquivir se encarg¨® de cerrar el concurso, entre el entusiasmo de todos los asistentes al anfiteatro.Con todo, puede decirse que, salvo en algunos momentos, este fue el lugar de la Casa de Campo donde mayor ambiente festivo hab¨ªa, pese a que muchos de los que no consiguieron llegar al recinto -no hab¨ªa se?ales indicadoras y los no habituales de la Casa de Campo estaban perdidos- aparec¨ªan al final clamando contra el alcalde y todos sus concejales por haberse perdido el espect¨¢culo.
Deporte para los barrios
Los programas organizados para las barriadas madrile?as han consistido, fundamentalmente, en actos deportivos, y en algunos bailes que han recogido una importante asistencia vecinal.En San Blas, Carabanchel, Orcasitas o San Crist¨®bal de los Angeles, el programa oficial matutino comprend¨ªa pruebas de atletismo, cross, balonmano y carreras de sacos, con el premio final de una copa del alcalde para los ganadores. Tal vez por la estrechez del presupuesto, al margen del deporte, apenas si hubo otra cosa que pasacalles, alg¨²n concurso de cuca?as y juegos para ninos. A ello cabe a?adir numerosos actos culturales: t¨ªteres, teatro, zarzuela y conciertos.
Procesi¨®n y fuegos artificiales
Por la tarde, otro acto religioso se se?alaba en el programa como uno de los puntos m¨¢s destacados: procesi¨®n con el santo patr¨®n, que sali¨® de la catedral para hacer el mismo recorrido de a?os anteriores. Un concierto de zarzuela en el distrito de Hortaleza, carreras de galgos en el can¨®dromo y k¨¢rate en el Palacio de Deportes tampoco consiguieron una respuesta masiva de los madrile?os. A ¨²ltima hora de la noche se quemaron castillos de fuegos a¨¦reo-acu¨¢ticos en los estanques del Retiro y el Lago, mientras que en el parque de Berl¨ªn, en Chamart¨ªn, se celebraba el concurso de chotis. Sin embargo, en la Casa de Campo, lugar en el que a lo largo del d¨ªa pasaron la jornada miles de madrile?os, se esperaba que despu¨¦s de los fuegos artificiales hubiera una verbena; pero no se habilit¨® nada para que los m¨¢s animosos pudieran marcarse un baile antes de volver a sus casas.
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