Los levantadores de piedra, inferiores t¨¦cnicamente a los de peso
El pasado domingo, d¨ªa 11, en Leiza, el forzudo levantador navarro I?aqui Perurena levant¨® hasta tres veces en menos de diez minutos una piedra de 270 kilos de peso. Con ello obten¨ªa la mejor marca de toda la historia en esta modalidad del deporte rural vasco. Tras esta haza?a, ha cabido hacer, una vez m¨¢s, la comparaci¨®n con el levantamiento de pesos, deporte ol¨ªmpico, y, tambi¨¦n la pregunta de si Espa?a pierde as¨ª habitualmente grandes figuras de categor¨ªa mundial y medallas de oro en potencia. La contestaci¨®n, aun siempre dentro de la pura teor¨ªa, es que no. Se trata de ejercicios suficientemente distintos como para no permitir un positivo ?trasvase?. Y eso, a pesar de que Vassilie Alexeiev, sovi¨¦tico, el hombre que mayor carga ha alzado en halterofilia, consigui¨® el 1 de noviembre de 1977 levantar s¨®lo 256 kilos.
Calibrar si tiene m¨¢s m¨¦rito una plusmarca en levantamiento de pesos o de piedras es dif¨ªcil ya de por s¨ª, ante las diferencias entre ambas modalidades. De cualquier forma, la t¨¦cnica de la primera parece inalcanzable por la rudimentaria segunda. Para empezar, mientras en la primera existen dos tipos de movimientos, denominados arrancada y dos tiempos, y en ambos se trata de elevar las cargas por encima de la cabeza con los dos brazos extendidos, en la segunda la alzada s¨®lo es hasta los hombros. Si en la halterofilia se maneja una barra a la que se a?aden los pesos correspondientes en sus extremos, en el levantamiento de piedras ¨¦stas var¨ªan incluso en su geometr¨ªa, que puede ser rectangular -paralelepip¨¦dica, para ser exactos-, c¨²bica, cil¨ªndrica o esf¨¦rica.As¨ª, pues, ya existen diferencias entre la altura a que se iza la carga y tambi¨¦n la forma de ¨¦sta. La tercera variante, y cada vez m¨¢s fundamental por el desarrollo de la t¨¦cnica en la halterofilia, es la velocidad de los movimientos. Mientras en el deporte ol¨ªmpico resulta imprescindible, en el levantarniento de piedras se tarda m¨¢s tiempo en la alzada. Raz¨®n clara para ello es el contacto continuo de la piedra con el cuerpo, cosa que no ocurre en las pesas.
Seg¨²n todo ello, y sin desmerecer m¨¦ritos de unos y otros, resulta evidente que la mayor t¨¦cnica requerida en la halterofilia permitir¨ªa un mejor ?trasvase? de atletas practicantes de ella hacia el levantamiento de piedras, pero no al rev¨¦s. Un halter¨®filo requiere unas cualidades que no tiene por qu¨¦ reunir el tipo de forzudo vasco. Este, que quiz¨¢ posea m¨¢s resistencia, puede tener una flexibilidad incluso menor que una persona normal y no le es perjudicial. Para el levantador de peso, como la velocidad, le es imprescindible.
En cuanto al trabajo de los distintos grupos musculares, el parecido es ya mayor, aunque tambi¨¦n existen marcadas diferencias. La similitud es que en ambos esfuerzos se levanta m¨¢s con el cuerpo en su totalidad que solamente con los brazos, pero al utilizar ¨¦stos es curioso observar una gran variante. El levantador de piedra tiene los b¨ªceps como arma fundamental -aunque ayud¨¢ndose del cuerpo-, pero todo halter¨®filo que los emplee como ¨¦l antes de tiempo ser¨¢ un mal levantador. Precisamente por la velocidad que es necesario imprimir a los movimientos toda utilizaci¨®n de m¨²sculos peque?os es negativa, pues interfieren a los grandes y no transmiten bien el esfuerzo. En general, en un levantador de piedra los m¨²sculos que m¨¢s trabajan son los b¨ªceps y los dorsales, en uno de pesos, los trapecios, los lumbares -para no tener la espalda curvada, como en aqu¨¦llos, lo cual ser¨ªa otro defecto- y los de las piernas. No puede olvidarse que la posici¨®n de las piernas, la potencia en ellas para equilibrar los movimientos de la alzada, quiz¨¢ incluso m¨¢s que para resistir, es fundamental en la halterofilia, donde el centro de gravedad de la carga (al deber quedar ¨¦sta por encima de la cabeza) est¨¢ mucho m¨¢s desplazado y es m¨¢s dif¨ªcil de equilibrar que en el levantamiento de piedras.
Como resumen de ?aptitudes? se podr¨ªa decir que el levantador de piedras tiene o necesita resistencia y fuerza, sobre todo, y el de pesos velocidad y tambi¨¦n fuerza, pero ¨¦sta no primordialmente, pues ser¨ªa fatal. Los tipos de entrenamiento son, pues, distintos, y al adaptarse a dos formas de levantamiento diferentes los defectos ya citados del levantador de piedras son m¨¢s dif¨ªciles de limar en caso de intentarse una integraci¨®n a las pesas. Por esa raz¨®n, por la tradicion y por el mucho dinero que se mueve en las apuestas del deporte vasco, la halterofilia espa?ola no ?ha aprovechado nunca? esta cantera te¨®rica. Por otro lado, y al entrar el dinero por medio, resulta curioso observar el misterio con que los practicantes del deporte vasco llevan su preparaci¨®n. Tratan as¨ª de ?esconder? la capacidad de atleta para efectuar las repeticiones hasta la hora de la apuesta.
De todas formas, no resulta extra?o esta ocultaci¨®n, pues en los altos niveles de la halterofilia, corno en otros deportes de ¨¦lite, los m¨¦todos de preparaci¨®n, especialmente en los pa¨ªses del Este, se mantienen en una especie de secreto estatal. Justamente por ello, un peque?o pa¨ªs, Bulgaria, ha podido derrotar varias veces a la gigantesca URSS y con m¨¦todos m¨¢s que discutibles, ilegales. Al tratarse de un deporte de fuerza, el doping con anabolizantes -productos para hacer crecer la musculatura- ha estado a la orden del d¨ªa.
Todas estas sofisticaciones no han llegado, en cambio, al levantamiento de piedras, donde las prote¨ªnas necesarias se encuentran sobradas en unas abundantes chuletas.
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