Liderazgo y centralismo

Desde hace tiempo se viene hablando en los diferentes medios de comunicaci¨®n del fen¨®meno radical como respuesta a una determinada situaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y social en que estamos inmersos. Aparte de puntualizar que la respuesta a esta situaci¨®n supera el denominado fen¨®meno radical, y ejemplo de ello son las pr¨¢cticas de lucha aut¨®nomas de trabajadores, estudiantes, ciudadanos en general, es importante se?alar c¨®mo esta situaci¨®n de contestaci¨®n, a mi entender bastante generalizada, empieza a contar con sus, ?l¨ªderes?, ?dirigentes? o ?voceros?, y de manera un tanto forzada.Estas personas, entre las cuales algunas vienen renegando del ?centralismo democr¨¢tico?, pero no del marxismo-leninismo (v¨¦anse las declaraciones de Pina L¨®pez Gay a EL PA?S el s¨¢bado 17 de mayo), abrazan otros tipos de centralismo tan peligrosos como el anterior, como, por ejemplo, el culto a la personalidad, y que, en definitiva, vuelven a reproducir la relaci¨®n dirigente-dirigido, que se quer¨ªa superar. Conviene recordarles que una de las caracter¨ªsticas de esta nueva izquierda que d¨ªa a d¨ªa se va gestando en el detritus de la izquierda tradicional, y esto lo tiene muy claro, es que el ?liderismo? es un fen¨®meno que est¨¢ ligado al seguidismo, a la creatividad y al acriticismo en general y, por tanto, es una cuesti¨®n rechazable, sin que esto suponga rechazar la persona y su realidad diferenciada./