Creciente presencia nipona en los esquemas militares occidentales

Jap¨®n asistir¨¢ como observador por primera vez en su historia a la pr¨®xima asamblea del Atl¨¢ntico Norte, que se celebrar¨¢ en Luxemburgo los d¨ªas 6 y 7 de junio. El estatuto de ?observador? fue concedido tambi¨¦n a Espa?a hace aproximadamente dos a?os, y delegaciones de las Cortes Generales vienen asistiendo con regularidad a las sesiones de trabajo.La asamblea re¨²ne a 172 parlamentarlos procedentes de los quince pa¨ªses miembros de la Organizaci¨®n para el Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN), pero no tiene ninguna dependencia org¨¢nica de la Alianza.
La noticia de la admisi¨®n de Jap¨®n ha despertado inter¨¦s en los medios diplom¨¢ticos acreditados en B¨¦lgica, donde se subraya que Tokio ha acentuado en los ¨²ltimos meses sus contactos pol¨ªticos con Europa occidental.
El ministro japon¨¦s de Asuntos Exteriores visit¨® Luxemburgo con motivo de la reuni¨®n de la cumbre europea en la que se decidi¨® adoptar sanciones contra Ir¨¢n. Observadores japoneses estuvieron tambi¨¦n presentes el pasado mes de septiembre en una reuni¨®n informal patrocinada por la OTAN con expertos en defensa de todo el mundo occidental y hace escasamente dos semanas una delegaci¨®n de la asamblea del Atl¨¢ntico Norte, integrada por parlamentarios europeos y norteamericanos, celebr¨® una serie de entrevistas con representantes del Gobierno, del Parlamento y de sectores industriales nipones.
Los esfuerzos de Jap¨®n por estar presente, en el ¨²nico nivel posible, es decir, como observador, en actividades ?perif¨¦ricas? de la OTAN parecen guardar estrecha relaci¨®n con las crisis de Afganist¨¢n y de Ir¨¢n. La potencia industrial nipona depende fundamentalmente del petr¨®leo que compra en el golfo P¨¦rsico, y cualquier posible desestabilizaci¨®n de la zona traer¨ªa consecuencias imprevisibles para el desarrollo industrial japon¨¦s.
A ra¨ªz de la segunda guerra mundial, Jap¨®n se comprometi¨® a no invertir nunca m¨¢s del 1 % de su producto nacional bruto en el presupuesto militar, y, de hecho no cuenta con un ej¨¦rcito cl¨¢sico sino con una Agencia Nacional de Defensa, cuya ¨²nica misi¨®n, de acuerdo con la Constituci¨®n, es la autodefensa.
Pese a ello, el reci¨¦n dimitido Gobierno, de acuerdo con las peticiones del presidente norteamericano, intent¨® aumentar en lo posible los gastos militares. La ca¨ªda del Gabinete fue provocada entre otras muchas razones, por este intento.
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