Se acent¨²a la divisi¨®n interna en el PNV de Vizcaya

La asamblea municipal de Bermeo del PNV, reunida el pasado fin de semana, acord¨® ratificar su solidaridad con la junta local del partido, recientemente expulsada bajo la acusaci¨®n de ?contumaz indisciplina? por el tribunal regional interno. Fuentes pr¨®ximas al sector Ormaza, con el que se identifican los expulsados, anunciaron ayer que varias juntas municipales de Vizcaya han expresado ya, o lo har¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas, su solidaridad con los sancionados y que preparan un acto masivo de apoyo, a celebrar en Bermeo.

Si a ello se a?ade el duro art¨ªculo contra quienes decidieron la expulsi¨®n publicado en la prensa local el domingo por Josu Arenaza, considerado como el ?cerebro? del sector Ormaza, cabe hablar, en conjunto, de una reacci¨®n en toda regla de la tendencia que fue puesta en minor¨ªa en diciembre pasado por el actual presidente del PNV, Xabier Arzallus.La asamblea de militantes de Bermeo -localidad que cuenta con unos 1.500 afiliados y unos 6.000 votantes, sobre un total de 10.000- acord¨®, por una parte, recurrir contra la sanci¨®n ante el tribunal supremo del partido, y redactar, por otra, un informe sobre el surgimiento y desarrollo de la disidencia que ha provocado la expulsi¨®n, confirmando en ¨¦l su adhesi¨®n a la direcci¨®n local. El informe ser¨¢ enviado a todas las juntas municipales de la provincia. Algunas de ¨¦stas, como, en particular, la de Gald¨¢cano -cuyo ayuntamiento cuenta con trece concejales del PNV, sobre un total de veintiuno-, han decidido ya solidarizarse con los sancionados y pedir al tribunal regional que reconsidere su decisi¨®n, a la que califican de ?partidista?. Otras juntas -o sus asambleas correspondientes- podr¨ªan seguir el mismo camino en los pr¨®ximos d¨ªas, si bien fuentes pr¨®ximas al sector Arzallus quitaron importancia a tales pronunciamientos.

En su art¨ªculo, Josu Arenaza, tras recordar que ?el partido es un medio y no un fin?, se pregunta qui¨¦n es capaz hoy en el. PNV de ?tirar la primera piedra en cuesti¨®n de disciplina?, ya que, en su opini¨®n, ?para poder acusar de desacato hay que tener la conciencia tranquila, en el sentido de no haber cometido esa misma falta con el ejecutivo anterior?. Se refiere a la ¨¦poca en que su tendencia era mayoritaria en un comit¨¦ que presid¨ªa Ant¨®n Ormaza y al que perte nec¨ªa el propio Arenaza. En otro p¨¢rrafo, el autor recuerda que, en 1915, Luis de Arana Goiri, hermano del fundador del nacionalismo vasco, fue tambi¨¦n expulsado del partido por una corriente rival, lo que no fue obst¨¢culo para que a?os despu¨¦s fuera elegido presidente del partido reunificado. ?Naturalmente?, dice Arenaza, ?esto ocurr¨ªa tras una dictadura en la que a muchos de sus detractores se les hab¨ªa mojado la p¨®lvora de miedo ?. La insinuaci¨®n enlaza con el reproche habitualmente dirigido por el sector Ormaza, que se considera a s¨ª mismo como la ?vieja guardia? del partido, a la corriente rival, a la que acusa de estar controlada por personas no especialmente activas durante el per¨ªodo de la clandestinidad.

Sin embargo, para la direcci¨®n actual, tales insinuaciones no son sino el resultado de una mala asimilaci¨®n de la derrota electoral sufrida en la asamblea de diciembre pasado.