Henry Miller pas¨® en la capital francesa de la miseria a la fama
Henry Miller, ?uno de los grandes monstruos del siglo?, ?uno de los m¨¢s grandes escritores contempor¨¢neos?, ?el escritor liberador?, ?el profeta del desorden salvador?, tal como ayer saludaron su obra tos franceses, cuando lleg¨® la noticia de su fallecimiento, naci¨® literariamente en Par¨ªs. Aqu¨ª vivi¨® muchos a?os y aqu¨ª se sacudi¨® del puritanismo americano.
Miller ten¨ªa 36 a?os cuando lleg¨® a Par¨ªs, durante el mes de mayo de 1928. Sin un c¨¦ntimo en el bolsillo, un amigo lo instal¨® en la Rue Delambre, en el coraz¨®n del barrio de Montparnasse, el para¨ªso de los intelectuales y artistas de la belle ¨¦poque. Esta primera experiencia parisiense dur¨® poco. Fue en 1930 cuando Miller aterriz¨® de nuevo ¨¦l s¨®lo en la capital para ?desahogarse?. Su amigo Alfred Perl¨¦s le busc¨® un ?agujero? para vivir y consigui¨® que publicaran algunas colaboraciones suyas en el peri¨®dico Chicago Tribune. M¨¢s tarde iba a vivir en el barrio de Clichy, en pleno enjambre de Pigalle, para¨ªso de prostitutas, del equ¨ªvoco, de aventuras inciertas. De aqu¨ª naci¨® D¨ªas tranquilos en Clichy. Sus coterr¨¢neos Hemingway y Fitzgerald fueron portavoces de su talento en la Rive Gauche el primero y en la Rive Droite el segundo; es decir, en los cen¨¢culos de la inteligenizia parsiense durante los a?os locos.Miller, por el contrario, se tir¨® de cabeza en el Par¨ªs del hampa, de los miserables, de los marginales, de las se?oras de petite vertu y de los chulos inexorables.
Pigalle y Montmartre, lo s¨®rdido y lo sublime, fueron el man¨¢ de su obra y de su vida en la capital. Miller ya ten¨ªa 43 a?os cuando, tras miserias y oficios sin cuento, public¨® en Par¨ªs su primer libro, Tr¨®pico de C¨¢ncer. Blaise Cendrars, uno de sus amigos intimos, exclam¨®: ?Nos ha nacido un escritor americano. Es un libro real, un libro atroz?. An?s Nin, otra de sus amigas: ?He aqu¨ª un libro que podr¨ªa devolvernos el gusto por las realidades fundamentales?. Elliot, Ezra Pound, Brassa? (el fot¨®grafo amigo de Picasso) lo ponen por las nubes.
Durante el per¨ªodo 1934-1939, Miller escribi¨® seis libros m¨¢s, entre ellos Tr¨®pico de Capricornio. Con Michel Fraenkel mantuvo una correspondencia ?literaria? y los contactos y los amigos c¨¦lebres se multiplicaron. Por entonces conoci¨® a uno de sus grandes admiradores, Lawrence Durrell. En 1939 abandon¨® Par¨ªs para dirigirse hacia el Sur, a Manosque, en donde viv¨ªa Jean Giono. Pero su deseo de conocerlo qued¨® frustrado: el autor de Canto del mundo estaba ausente, y Miller se embarc¨® camino de Grecia. Aqu¨ª, con Durrell, vivi¨® una ¨¦poca de ?borrachera feliz?, que dio como resultado literario El coloso de Marussi, el libro del que ¨¦l iba a decir en la ¨²ltima entrevista, que se public¨® en Par¨ªs hace alg¨²n tiempo: ?En el futuro desear¨ªa ser conocido por el Coloso m¨¢s que por ning¨²n otro libro?.
En 1936, cuando ya era reconocido por los americanos, el Cartel de acciones sociales y morales desencaden¨® en Francia una campa?a con el fin de conseguir la prohibici¨®n de algunos de sus libros. Todos los ?grandes? de aquella ¨¦poca: Sartre, Camus, Breton, Bataille, Gide, se asociaron a un comit¨¦ de defensa de Miller. En 1952, c¨¦lebre ya en el mundo entero y millonario, visit¨® Par¨ªs de nuevo y fue recibido como ?el maestro?. A¨²n iba a retornar a esta capital, y cada vez todos los atributos de la gloria fueron la escolta de quien ahora los franceses dicen que ha sido ?el Rousseau de Brooklyn?.
Babelia
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