Utop¨ªa ol¨ªmpica

Jos¨¦ Antonio Eguidazu, ex presidente del Athl¨¦tic de Bilbao, tiene raz¨®n: los futbolistas espa?oles que han logrado la clasificaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos son profesionales. Pero su verdad es una verdad a medias. Porque tambi¨¦n son profesionales la mayor¨ªa de los inscritos por el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol. Es m¨¢s: algunos de los hombres del f¨²tbol ganan menos dinero que Brabender, quejuega al baloncesto, y est¨¢ considerado como amateur.La posici¨®n de Eguidazu es tan ut¨®pica que, de seguirse a rajata bla y en todos los pa¨ªses, los Juegos Ol¨ªmpicos no podr¨ªan celebrarse. El juramento ol¨ªmpico es la mayor hipocres¨ªa que puede presenciarse. Miles de deportistas responden en el estadio con la seriedad de los grandes embusteros. El reglamento fija unas cantidades en concepto de remuneraci¨®n, no salarial, que est¨¢n sobrepasadas por el 90% de los participantes. El reglamento coubertiniano, incluso, establece un n¨²mero de d¨ªas para participar en el extranjero que, de ser tenido en cuenta, impedir¨ªa la celebraci¨®n de los grandes meetings internacionales.

Los jugadores de f¨²tbol de los pa¨ªses socialistas son tan profesionales como los espa?oles. La soluci¨®n aceptable a la que se pudo llegar en este tema fue en el de poner topes de edad. Es lo ¨²nico que a estas alturas debe respetarse. Eguidazu fue hombre admirable en el Athl¨¦tic y lo ser¨ªa en la federaci¨®n. Pero su esp¨ªritu ol¨ªmpico est¨¢ demod¨¦. En un mundo basado en i-ina gran mentira colectiva no se puede jugar a purista. No se puede romper la baraja. Todos prefieren jugar.